Tras la marcha de Kanye West, ahora Adidas pierde a Beyoncé: rompen su acuerdo comercial por las bajas ventas | Estilo



No están siendo meses fáciles para Adidas. La marca deportiva alemana está viendo como su empresa pierde millones de dólares después de las decisiones tomadas en los últimos meses. Primero, la marcha forzada de Kanye West y su línea Yeezy y, ahora, el anuncio de que el acuerdo comercial con Beyoncé no va a ser prorrogado después de sus malos resultados económicos. Dos salidas muy diferentes en cuanto a motivos, pero que dañan el prestigio de la empresa al tratarse de sus principales reclamos de cara al público.

La línea de ropa deportiva de Beyoncé, llamada Ivy Park, nació en 2014 cuando la artista se asoció con el empresario británico Philip Green, propietario de marcas como TopShop, ya prácticamente desaparecida. Cuatro años más tarde, la texana adquirió la parte del empresario después de que estuviese involucrado en acusaciones de acoso sexual y racismo. Ahí fue cuando la artista se alió con Adidas, con quien relanzó la línea deportiva y desarrolló nuevas ideas y prendas para la marca, que estaba pensada tanto para hombres como para mujeres.

Después de cinco años de unión y tras grandes diferencias creativas entre ambos, Adidas y Beyoncé han decidido, de mutuo acuerdo, romper el contrato y separar sus caminos, tal y como ha informado en exclusiva The Hollywood Reporter. La ganadora de 32 premios Grammy quiere, de cualquier manera, relanzar la marca y mantener su libertad creativa, que parece que perdió durante sus años de unión.

Ivy Park ingresó el año pasado solo 40 millones de dólares (unos 37 millones de euros), según datos del diario económico The Wall Street Journal, unas cifras muy lejanas a lo que esperaba Adidas y que le estaban suponiendo pérdidas, ya que “aproximadamente la mitad de la mercancía que se produjo no se vendió”, afirma este medio. Para este ejercicio actual, la empresa habría previsto que esas cifras fueran de unos 335 millones de dólares. El contrato terminará a finales de año, a pesar de que lanzó en enero su última colección, que contó con piezas con colores llamativos, brillantes y de camuflaje para niños, hombres y mujeres. Con más de 300 millones de seguidores en su perfil de Instagram, esta vez y de forma excepcional la cantante y empresaria no ha subido a sus redes ninguna imagen de esta última colección.

Aunque en el caso de Beyoncé su marcha se debe a los malos resultados de sus colecciones, hace apenas cinco meses la compañía tuvo que hacer frente a la salida obligada de Kanye West. Adidas cortó tajantemente el contrato después de los comentarios racistas y antisemitas que el famoso rapero pronunció en público y en sus redes sociales el pasado mes de octubre. Yeezy, la colaboración que tenían en común, pasó de ser el motor del crecimiento y de ingresos de la marca a ser un quebradero de cabeza.

Yeezy era la línea más rentable de Adidas, a pesar de sus elevados precios. Los productos rondaban entre los 200 y los 400 euros, y se vendían sin necesidad de rebajas. La empresa calcula que podría perder hasta 700 millones de dólares si no consigue dar salida al stock acumulado de la colaboración. A pesar del rechazo inicial y de la retirada inmediata de su colección por parte de la compañía, esa cancelación inicial parece estar cayendo en el olvido. En los mercados de segunda mano, los precios de la colección se han disparado, llegando a pagarse hasta 600 euros por un par de zapatillas.





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