Cada año ocurre lo mismo en el mundo de la cultura: las listas con los mejores libros o las mejores series, los discos más notables o las películas más destacadas dominan los últimos días del año en los medios, pero no cabe todo. En el panorama televisivo la sensación se multiplica: la oferta de las plataformas es inabarcable incluso para el espectador más avezado. Por eso hemos elegido seis ficciones de calidad inapelable para quienes quieran añadir otra serie a su particular lista.
Silo
La trilogía de Hugh Howey ha encontrado acomodo en AppleTv+, la plataforma que ya adaptó con acierto Fundación o Slow Horses. Una distopía protagonizada con alta intensidad por Rebecca Ferguson, que imagina a la humanidad en un futuro hipertóxico, en el que todos están recluidos en un gigantesco silo bajo tierra. Allí, la vida es regida, y estratificada socialmente, hasta el último detalle. Resuelta al final de la primera temporada una de las grandes incógnitas de la trama, la serie sabe encontrar otros asideros dramáticos para mantener la acción y la tensión. Tim Robbins, en el papel de dirigente tiránico del lugar, encabeza un elenco de secundarios de buen nivel. Se ha confirmado una cuarta y última temporada.
Un caballero en Moscú
Ocho episodios intensos para relatar la vida de Alexander Rostov (un estupendo Ewan McGregor), un conde atrapado en un hotel en la capital rusa en plena revolución bolchevique. La serie adapta la novela homónima de Amor Towels con cuidado de no caer en excesos y consigue mantener ese equilibrio de la obra literaria entre lo hermoso y poético y la dura realidad política. Una maravillosa dirección de arte y un notable esfuerzo por mantener el ritmo y cierta intriga completan el buen hacer de este pequeño cuento histórico disponible en SkyShotime.
Evil
Que Evil haya llegado hasta la cuarta temporada es un milagro que solo podría haber ordenado Satán. Que en 2024 una serie en abierto sea tan original, divertida y audaz como este Expediente X vaticano de lo paranormal es algo que solo sucede si detrás están unos guionistas como el matrimonio King, responsables de The Good Wife. El nivel se ha mantenido hasta su final, con fans como Stephen King y un altavoz que le dio este año al estrenarse en EE UU en Netflix. En España se ha podido ver solo en lineal a través del canal SyFy, pero ahora por fin su primera temporada está disponible en SkyShowtime. Una maravilla que mezcla terror y exorcismos con humor, mucha mala leche religiosa y unas gotas de los miedos modernos más sorprendentes, desde los incels (célibes involuntarios) y su acoso digital hasta el uso de la inteligencia artificial (los King son los mejores retratando el mundo contemporáneo de la manera más sorprendente).
Somebody Somewhere
Esta serie comenzó con una trágica muerte en la familia, pero ha llegado a su final como una de las ficciones más optimistas y buenrrollistas de la televisión. Lo que conocemos como un lugar feliz. La historia de redescubrimiento de Sam cuando vuelve a su rural casa familiar en Kansas te hace volver a confiar en la amistad a medida que ves cómo crece una Bridget Everett que se sale de cualquier canon televisivo. Fuera prejuicios, desde los eclesiásticos hasta los físicos. Ella es una potra salvaje, pero no se deja por el camino ni un ápice de feminidad y alma. La serie de Max tiene un toque de los hermanos Duplass y Better Things, te abraza y habla de cosas relevantes. La vida viendo series a veces es maravillosa.
Mamen Mayo
En un gran año para la ficción televisiva española, esta comedia con mucho corazón ha quedado, inmerecidamente, sepultada. Su estreno en la recta final del año ha coincidido con otros que han hecho mucho más ruido y han sido más promocionados, por lo que es posible que a muchos espectadores se les haya escapado la historia de una mediadora de herencias y su equipo. Eduard Sola es el creador de esta producción (disponible en SkyShowtime) que, en capítulos de media hora, condensa un dilema en torno a una herencia, desde hermanos que no se ponen de acuerdo hasta el destino de una reliquia sagrada, no hay asunto que achante a Mamen. Silvia Abril encaja a la perfección en el papel protagonista y brilla el reparto que la rodea: Mona Martínez, Pablo Capuz y Clara Sans. Entre la risa y la lagrimita de emoción.
We Are Lady Parts
La comedia británica sobre las componentes de una banda de punk compuesta por mujeres musulmanas destacó en su primera temporada como una de las ficciones más refrescantes y desprejuiciadas de su género. La segunda entrega, estrenada este año en Filmin, ha elevado la apuesta. En sus tramas no importa tanto las habituales idas y venidas amorosas de las comedias protagonizadas por mujeres jóvenes (solo para una de las cinco protagonistas es un tema importante) como la búsqueda de la propia identidad y la reivindicación en la diferencia. Y lo hace con la ligereza y aparente falta de pretensiones que brillan en las letras de sus divertidísimas y afiladas canciones, tan asentadas en el día a día que hablan tanto de ellas como de cualquier otro.