Cuando le preguntan por qué ha cometido el sacrilegio de premiar económicamente a los campeones de los Juegos Olímpicos, donde solo la gloria y los laureles deben llenar las aspiraciones de los deportistas, Sebastian Coe responde con una historia. Cuenta que cuando acude a disfrutar de los Carifta Games, los campeonatos de atletismo para menores de 17 años del Caribe, comparte espacio al pie de la pista con agentes enviados por las universidades de Estados Unidos para reclutar deportistas. “Los Carifta Games son la cuna de los mejores velocistas del mundo. De allí salieron desde Don Quarrie en los años 70 hasta Usain Bolt o Shelly-Ann Fraser-Pryce en este siglo”, dice el presidente de World Athletics (WA), la federación internacional. “Y hay tantos agentes y entrenadores reclutando para baloncesto y la NFL como para atletismo. Así que tenemos un reto. Todos perseguimos la misma ambición, que es mantener a nuestros mejores atletas en el deporte el mayor tiempo posible en las mejores condiciones posibles. Si eres un atleta tienes un talento deportivo transferible, de base, que está muy solicitado por muchos, muchos otros deportes. El atletismo somos la madre de todos los deportes”.
Coe, uno de los siete candidatos a la presidencia del Comité Olímpico Internacional (COI) en las elecciones del próximo marzo, habla con EL PAÍS unos días antes de que Jordan Díaz recibiera un ingreso de 50.000 dólares (unos 47.500 euros) en su cuenta corriente, y 25.000 dólares cada uno, María Pérez y Álvaro Martín, una medalla de oro para dos, y como ellos, los restantes campeones olímpicos en atletismo en los Juegos de París. La federación internacional cumple así la promesa hecha en abril de que destinaría 2,4 millones de dólares de lo que le corresponde del reparto de los beneficios del COI para premiar económicamente a sus medallistas de oro en París. “No se trata solo del dinero, sino de buscar más igualdad y justicia en el reparto”, dice Coe, presidente de la única federación internacional que distribuye parte de sus ingresos olímpicos directamente entre sus deportistas, y su decisión ha levantado ampollas y críticas en un movimiento olímpico que ingresó 7.600 millones de dólares en el anterior ciclo olímpico, el de Tokio 2021. De tal beneficio, repartió 540 millones entre las 31 federaciones internacionales de verano que completan el programa de los Juegos. Las 30 restantes dedican el ingreso a su funcionamiento. Algunas, incluso, a su supervivencia como organización.
“La manera en la que WA decidió el reparto es una muestra de mi estilo de liderazgo. No fue una decisión unilateral. Fue una decisión que pasó por la junta ejecutiva, por el consejo, por nuestra comisión de competición, y llegamos a una posición consensuada”, añade Coe, quien, como gran aficionado al fútbol, al Chelsea concretamente, utiliza una metáfora futbolística para iluminar su campaña electoral olímpica: “A veces hay que pisar la pelota, pararse, mirar alrededor y pensar un poco, y para eso deberían servir estas elecciones”. “La realidad es que, desde mi primer discurso ante un Congreso Olímpico, en 1981, siempre he hablado del bienestar de los atletas. He hablado de su seguridad financiera. He hablado de comprender la contribución que hacen a nuestros programas comerciales. Somos lo que somos gracias a nuestros atletas. No somos lo que somos por nuestras estrategias de sostenibilidad o nuestro enfoque del desarrollo o nuestras políticas en materia de recursos humanos. Somos lo que somos gracias a nuestros atletas. Y nunca, nunca quiero despertarme durante el tiempo que me quede, pensando en ninguna organización deportiva en la que esté trabajando en la que los atletas no sean otra cosa que el elemento más importante que jamás tendremos”.
Tanto Coe como los restantes seis candidatos para suceder a Thomas Bach —el español Juan Antonio Samaranch, la zimbabuense Kirsty Coventry, el francés David Lappartient, el príncipe jordano Feisal Al Hussein, el británico Johan Eliasch y el japonés Morinari Watanabe— ya han enviado sus programas electorales al COI, que, según el calendario publicado, los hará públicos el 30 de enero. La elección tendrá lugar en Atenas entre el 18 y el 21 de marzo.