El canciller alemán, Olaf Scholz, ha invocado este miércoles “el principio de la inviolabilidad de las fronteras” ante la amenaza de Donald Trump de anexionarse Groenlandia, territorio autónomo de Dinamarca. Este principio, según ha recordado el canciller, se aplica tanto a países como Rusia como aliados occidentales como Estados Unidos.
Scholz, en una breve declaración sin preguntas en Berlín, ha explicado que acababa de conversar con varios líderes europeos y que todos han expresado “una cierta incomprensión respecto a las declaraciones actuales procedentes de Estados Unidos”. Esto se suma a las intervenciones de Elon Musk, el hombre más rico del mundo y aliado clave de Trump, siembran el desconcierto en una Unión Europea expectante e inquieta ante la segunda presidencia de Trump.
El canciller, que afronta una complicada campaña para las elecciones del 23 de febrero, ha declarado: “El principio de la inviolabilidad de las fronteras vale para cualquier país, no importa si se encuentra en Oriente u Occidente. Y todos los Estados deben atenerse a este principio, no importa si es un país pequeño o un Estado poderoso”. Y ha añadido: “Se trata de un principio fundamental del derecho internacional y un elemento central de lo que llamamos valores occidentales. Sobre esta cuestión no puede ni debe haber ninguna duda.”
El ministro francés de Exteriores, Jean-Noël Barrot, recordó en la cadena France Inter que “Groenlandia es un territorio de la Unión Europea”. “No es aceptable permitir que otras naciones del mundo, sean cuales sean, cuestionen sus fronteras soberanas”, añadió. “Si la pregunta es si Estados Unidos invadirá Groenlandia, la respuesta es no”, respondió Barrot a los entrevistadores. “Si la pregunta es si hemos entrado en una época en la que regresa la ley del más fuerte, la respuesta es sí”, cerró.
Las amenazas de Trump a Dinamarca, Canadá y también Panamá se suman a las intervenciones de Elon Musk, amo de la red social X y donante y colaborador de Trump, en la política británica y alemana. El presidente francés, Emmanuel Macron, ha acusado al magnate de “apoyar una nueva internacional de reaccionarios” y el primer ministro británico, Keir Starmer, lo ha acusado de “extender mentiras y desinformación” y “amplifican el discurso de la extrema derecha”.