“No revelo ningún secreto militar si digo que nuestro frente ha colapsado. Los rusos ya están en Selídove y se han atrincherado. Pronto la superarán rodeándola y la tomarán por completo”. Estas palabras la pronunció el general ucranio Dmitri Marchenko en una entrevista con el politólogo Borislav Bereza el pasado domingo. Dos días después, la tarde del martes, el Ministerio de Defensa ruso anunciaba que había capturado Selídove, en la provincia de Donetsk. El Estado Mayor ucranio no ha admitido todavía públicamente la derrota, pero Deep State, grupo de análisis ucranio de referencia de la guerra, sí ha revelado que el invasor ha tomado el control de prácticamente todo este municipio. Es el segundo gran núcleo urbano que captura Rusia este año tras conquistar Avdiivka en febrero.
Marchenko es una voz conocida en Ucrania por hablar sin pelos en la lengua. Próximo al cesado excomandante en jefe Valeri Zaluzhni, ha criticado decisiones de su sucesor al frente del ejército, Oleksandr Sirski, pero sobre todo ha criticado al presidente Volodímir Zelenski por la incursión ucrania en la provincia rusa de Kursk, porque considera que reduce recursos para defender su propio territorio. Las palabras de Marchenko son extremas cuando habla de un “colapso” del frente, pero llevan algo de razón. Las tropas rusas se encontraban el 21 de octubre en el perímetro oriental de Selídove. En poco más de una semana han podido ocupar una zona urbana que antes de la guerra tenía unos 30.000 habitantes.
Selídove alberga unas de las pocas minas de carbón de Donetsk todavía bajo control ucranio. Ya con Avdiivka perdió Ucrania la mayor planta de Europa de producción de coque, combustible metalúrgico derivado del carbón.
La velocidad con la que los rusos han asaltado Selídove indica que las Fuerzas Armadas de Ucrania se han retirado y han evitado el combate urbano. Así sucedió este octubre en Vugledar y así sucedió en Avdiivka, otro enclave con las mismas dimensiones que Selídove. La toma de este último municipio es una pésima noticia para las defensas ucranias porque pierde una de las últimas fortalezas desde la que podía en el futuro plantearse una contraofensiva sobre la ciudad de Donetsk y, sobre todo, porque pierde un bastión desde el que el enemigo avanzará con más fuerza hacia Pokrovsk, ciudad base de la retaguardia ucrania, y hacia Kurájove.
Rusia sigue la misma estrategia de avanzar por varias direcciones para sitiar cada municipio que está capturando. Kurájove está ahora amenaza desde su flanco oriental, el flanco norte desde Selídove y desde el sur, desde Vugledar. El progreso ruso desde este pueblo hoy arrasado, que había sido símbolo durante dos años de la resistencia ucrania y de las enormes bajas rusas, es sintomático de las advertencias del general Marchenko: en tres semanas, desde que las tropas del Kremlin lo tomaron, han avanzado 12 kilómetros hacia Kurájove.
Marchenko resumió que las razones del retroceso ucranio es la falta de armamento y munición, la escasez de soldados y un mando que toma decisiones incorrectas. EL PAÍS visitó este octubre Kurájove y oficiales de cuatro brigadas alertaron de que el principal problema es la falta de reemplazos para tropas agotadas, con turnos en las posiciones que duran de media 25 días. Ucrania se enfrenta a una situación en la que sus civiles ya no quieren acudir a la obligación de ser reclutados. El Parlamento ucranio aprobó esta semana una ampliación de la ley de movilización que reclama con urgencia 160.000 nuevos soldados, por debajo de los 190.000 que el ejército considera imprescindibles.
Posibles negociaciones
La difícil situación militar de Ucrania coincide con un incremento de las señales de que Kiev está cada vez más abierta a negociar con Rusia. Zelenski comentó el 23 de octubre que si el presidente Vladímir Putin suspendía sus bombardeos sobre la red de generación eléctrica ucrania, su ejército haría lo mismo contra la red energética rusa. El presidente ucranio dijo que si se tomara esta decisión por ambas partes, podría suponer el inicio de una desescalada bélica.
Una semana después, este miércoles, el diario Financial Times ha informado de que Rusia y Ucrania han iniciado negociaciones a través de un país intermediario, Qatar, para acordar un cese de los bombardeos contra sus respectivas industrias energéticas. El periódico británico ha asegurado, citando fuentes anónimas, lo que otros medios reportaron el pasado verano, que estas negociaciones ya se iniciaron en agosto, pero que Putin las suspendió después de que Zelenski ordenara la invasión de la provincia rusa de Kursk. La oficina del presidente ucranio ha evitado comentar la información. El Kremlin, a través de su portavoz, ha dicho que la noticia es falsa.