Ronaldo anuncia su candidatura para presidir la federación brasileña y la pronta venta del Valladolid | Fútbol | Deportes



Ronaldo Nazario ha anunciado en Brasil su intención de presidir la Federación Brasileña de Fútbol (CBF), para lo cual debe superar el requisito de no ser dirigente de ningún otro equipo. Este requerimiento implica la venta del Real Valladolid Club de Fútbol, entidad que adquirió en 2018 y donde se encuentra muy cuestionado por los pobres resultados futbolísticos y su gestión. “Estamos negociando una posible venta muy pronto y debemos cerrar la operación. No va a ser un impedimento para mi candidatura”, ha reconocido el brasileño en una entrevista en Globo Esporte, confirmando así meses de rumores acerca de su despedida del Pucela hacia un nuevo reto deportivo. Las elecciones se celebrarán entre marzo de 2025 y marzo de 2026.

El exfutbolista ha dado a conocer sus planes mediante dicha entrevista. “Este anuncio es para enviar un mensaje a los presidentes de las federaciones y de los clubes. Soy candidato a la presidencia de la CBF. Tengo planes increíbles y, antes de que se comprometan a votar, me gustaría tener conversaciones personales con cada uno. Voy a viajar a Brasil para eso”, ha asegurado, admitiendo que para ello deberá decir adiós al Real Valladolid. “Tengo cientos de motivaciones, pero la mayor es que el fútbol brasileño vuelva a ser respetado a nivel mundial. Lo que más me pasa en la calle es que la gente para y me pide que vuelva a jugar porque la situación de la selección no es la mejor, tanto dentro como fuera del campo”, ha añadido la leyenda futbolística, idolatrado en su país.

Su etapa en Pucela se encontraba en un momento difícil, con frecuentes cánticos e incluso concentraciones en su contra en el estadio José Zorrilla, pues los blanquivioletas transitaban últimos hasta esta pasada jornada, donde ganaron en casa 1-0 al también famélico Valencia. La afición le critica insistentemente sus medidas desde los despachos, pues desde su llegada a Valladolid entre grandes promesas y sueños apenas ha garantizado estabilidad: ha sufrido dos descensos, amén de dos ascensos, y aquello de “jugar en Europa en cinco años” se quedó en quimera. La hinchada tampoco ha conseguido aclarar cómo se ha actuado en la dirección deportiva en cuanto a los ingresos de los últimos años derivados de traspasos como el de Fresneda, Cyle Larin o Boyomo, cuyas ausencias mediante ingresos millonarios no fueron equilibradas con inversiones acordes.

Ronaldo, quien apenas acudía últimamente a la ciudad o al palco, se dejó ver por última vez hace unos días en una reunión de accionistas. El brasileño se convirtió en máximo accionista y en presidente en 2018, año en que la entidad subió a Primera, desembolsó unos 30 millones de euros y a partir de ahí abrió una etapa de altibajos y poco relumbrón pese a sus promesas ambiciosas. La etapa del exfutbolista sí ha acarreado mejoras en la profesionalización de la entidad, en la infraestructura del estadio y en el organigrama interno de la cantera, pero esos avances no se han prodigado sobre el terreno de juego y han menguado el apoyo de los aficionados a su presidente. Este ha ido deslizando en distintas comparecencias de los últimos meses, ninguna ante la prensa local, que barajaba desprenderse del Real Valladolid si bien sus delegados en la ciudad insistían en hablar del “proyecto” y que esta medida solo llegaría cuando se hubiesen consolidado esas ideas. Los últimos meses, especialmente tras el ascenso del pasado verano, se han plagado de rumores de venta: desde un grupo vallisoletano de constructores hasta fondos mexicanos, egipcios o estadounidenses.

Esta sucesión de nombres tiene una nueva sospecha con la última gran medida de la dirección de Ronaldo. El cese de Paulo Pezzolano, quien dejó colista y a la deriva al equipo, fue solucionado, tras dos semanas sin entrenador, con la incorporación del argentino Diego Cocca… ligado asimismo con uno de los conglomerados empresariales vinculados últimamente a la potencial adquisición del club. El mandatario no ha dejado señales o fechas de cuándo se podría producir el cambio de propiedad ni el precio por el cual esta podría ejecutarse.



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