El presidente de Renfe, Raül Blanco, ha comunicado este martes que dejará su cargo al frente de la empresa ferroviaria pública por motivos personales el próximo 14 de enero. El directivo catalán, que llegó a la operadora pública en febrero de 2023, no ha logrado así superar los dos años al frente de la compañía, en un periodo marcado por las dificultades por los problemas técnicos y el lento avance de la internacionalización de las operaciones, algo que destacaba como prioridad en esta entrevista de febrero pasado. Según fuentes de la compañía, el hasta ahora máximo ejecutivo está centrado en nuevos objetivos profesionales en el ámbito privado.
La información, adelantada esta mañana por El Economista y La Vanguardia, llega en un momento en que la compañía afronta la liberalización de nuevos servicios y una competencia cada vez mayor. En octubre del año pasado,Adif lanzó la segunda fase de este plan en tres nuevos corredores (Madrid-Galicia, Madrid-Asturias/Cantabria y Madrid-Cádiz/Huelva) que sumarán un máximo de 72 nuevos servicios diarios. Los datos a finales de 2024 son alarmantes: Renfe Viajeros muestra unas pérdidas de 43,4 millones de euros.
Sin embargo, tras el anuncio de su salida, el circulo de Blanco ha intentado resaltar el trabajo de los dos últimos años en la estabilización de cuentas. En este sentido, destacan que la salida en la presidencia se da en un contexto en que Renfe tiene la capacidad de ser rentable pese a la competencia, a la vez que ya opera en diez países. Además, destacan que, junto con Blanco, se ha mejorado la gobernanza de la operadora pública, así como la implementación de nuevas normas de transparencia y compliance.
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