Carles Puigdemont ha cerrado con un discurso telemático desde Bélgica el congreso político que Junts per Catalunya ha celebrado, desde el viernes y hasta este domingo, en Calella (Barcelona). La intervención del líder del partido, ahora ya líder oficial porque ha sido elegido presidente en sustitución de Laura Borràs, ha apelado a la necesidad de movilizar todos los efectivos disponibles para recolocar al partido en algún peldaño de poder: “Pasemos a la ofensiva”, ha manifestado este domingo Puigdemont, que tiene fresco en el recuerdo su tropiezo para recuperar la presidencia de la Generalitat. Junts tampoco manda en ninguna de las grandes capitales catalanas y solo controla la Diputación de Girona. Puigdemont ha hecho una llamada a ocupar “la centralidad” del espacio político catalán y ha pedido seguir mirando fuera de las ventanas de la formación: “Nos hace falta abrir más el partido”, ha dicho.
El expresident lleva meses apelando a la necesidad de convertir Junts en un espacio “transversal” del independentismo, ni que sea a costa de relegar de los puestos de decisión a figuras que habían mostrado tener un potente compromiso con el partido. En público, Puigdemont no tiene contestación y nadie ha osado presentar una lista alternativa a la que comandaban él y Jordi Turull, reelegido secretario general. Sin embargo, solo un 43% de la militancia ha votado para ratificar la nueva dirección del partido. Junts había dado a sus bases la posibilidad de votar telemáticamente.
El congreso político de Junts se ha hecho coincidir con el último fin de semana de octubre buscando un guiño a la puesta en escena que se realizó en el Parlament en 2017 para aprobar una resolución que pregonaba declarar la independencia de Cataluña y abrir un proceso constituyente. Este domingo se cumplen siete años de aquello. Y pronto se cumplirán siete meses del día en que, durante la campaña electoral por las catalanas del 12 de mayo, Carles Puigdemont comunicó que si no ganaba la presidencia de la Generalitat se iba a retirar del primer plano de la política: “Yo no puedo hacer política activa si no tengo la responsabilidad de la presidencia”, dijo entonces.
Puigdemont, que sigue pendiente de poder beneficiarse de la ley de amnistía, ha ofrecido un discurso de tono comedido ante sus fieles, ha hablado apenas un cuarto de hora, pero repetido una de las reflexiones que usa en los últimos tiempos: “ahora nos toca salir de los cuarteles de invierno”.
El recado político lo ha mandado Jordi Turull, cuando ha dicho que “el PSOE tiene que cumplir los acuerdos” si no quiere sufrir por falta de apoyos en el Congreso de los Diputados. “”No estamos casados con nadie, nos vamos a arrugar”, ha dicho el secretario general.