Pepe Álvarez: “Para ganar productividad, tenemos que subir los salarios y bajar la jornada” | Economía


El secretario general de UGT Confederal, Pepe Álvarez, este martes durante el congreso del sindicato, en Barcelona.
El secretario general de UGT Confederal, Pepe Álvarez, este martes durante el congreso del sindicato, en Barcelona.Gianluca Battista

Pepe Álvarez (68 años, Belmonte de Miranda, Asturias), estará cuatro años más al frente de UGT en su tercer mandato. El 80% de los delegados lo respaldaron este martes en el Congreso Confederal del sindicato en Barcelona, la ciudad donde se fundó la UGT en 1888. Álvarez llegó en 2016 al cargo, cuando relevó a Cándido Méndez, y después de haber estado 26 años al frente de UGT en Cataluña. Se siente con ánimo para seguir pilotando la organización en el que considera que es su mejor momento, y ante retos como el de las pensiones, la duración de la jornada laboral o la vivienda.

Pregunta. La patronal ha salido de la negociación para reducir la jornada laboral. ¿Se puede estar satisfecho si no hay consenso?

Respuesta. No, claro que no. Nosotros vamos a estar muy satisfechos si finalmente hay un acuerdo con la CEOE, pero sobre todo si el acuerdo se publica en el BOE. Lo que no podemos es darle a nadie la capacidad de veto. Si no fuera porque los conozco, pensaría que la patronal ha actuado de mala fe. Porque llevamos más de un año negociando, y daba la sensación de que efectivamente iban a dar el paso. Si realmente queremos que se apruebe en esta legislatura, necesitamos ocho meses, y en este tiempo vamos a reunirnos con las direcciones de los partidos políticos, con [el presidente del PNV, Andoni] Ortuzar; con [el coordinador general de EH Bildu, Arnaldo] Otegi, o con [el presidente de Junts, Carles] Puigdemont… Sabemos que al PNV les gustaría que llegáramos a un acuerdo con la CEOE, y en este periodo de tramitación parlamentaria estamos dispuestos a hablar con ellos.

P. ¿Y Junts qué votará? Si llega al Congreso dependerá mucho de ellos.

R. No hemos hablado con ellos, pero vamos a reunirnos en breve. Les explicaremos hasta qué punto esta medida afectará a más del 60% de los catalanes. Hay un impacto positivo, también para las empresas.

P. Usted ha dicho que reducir la semana a 37,5 horas es el primer paso para llegar a las 32. ¿Lo ve factible?

R. Sí, claro, es que en estos momentos la media de la jornada laboral pactada en los convenios en España es de 38,2 horas. Pero hay sectores que han quedado atrasados, por cierto, son aquellos donde las organizaciones sindicales no tenemos peso. No podemos abandonarlos. El objetivo de las 32 horas no es ninguna locura. En Alemania y Francia están por debajo de las 35, en los países nórdicos están cerca de las 32, todos ellos más productivos que España. Para ganar productividad, tenemos que subir los salarios y bajar la jornada.

P. Muchos convenios están bloqueados por la negociación, y hay el temor a que esto también bloquee la negociación para subir de nuevo el Salario Mínimo Interprofesional (SMI). ¿Cómo está actuando la patronal?

R. Como siempre, con argumentos del año 1983, cuando se estableció la jornada en 40 horas semanales, o con los de 1888, cuando se escandalizaban por las vacaciones pagadas. Siempre están con que viene el lobo y al final no viene, ni subiendo el SMI ni reduciendo la jornada.

P. ¿Cuánto debería crecer el SMI? ¿Un 2,6% como la inflación media o un 4% como el resto de salarios?

R. Las dos grandes organizaciones sindicales tenemos un objetivo: que crezca entre el 5% y el 6%. Por una razón muy sencilla: la masa salarial real, no la de los convenios colectivos, ha subido este porcentaje. Y si de verdad vamos hacia un SMI que sea el 60% del salario medio del país, el IPC ya no sirve, es un indicador viejo. Saldrá adelante, pero el Gobierno tiene que posicionarse claramente. Y la CEOE, que dijo que después del aumento del año pasado iban a venir las siete plagas de Egipto, ve que la economía española continúa brillando más que cualquiera de las de la Unión Europea.

P. Los datos son buenos, pero la tasa de paro es la más alta de Europa. ¿Qué estamos haciendo mal?

R. La economía española está en unas condiciones muy buenas. Eso no quiere decir que la gente esté muy bien, pero en el entorno en el que nos movemos, el crecimiento de España es realmente importante. Dicho eso, tenemos una tasa de paro alta. Lo que tenemos que abordar es la empleabilidad de las personas, hacer políticas de empleo, formación y ser más efectivos. Y luego, tenemos más de medio millón de inmigrantes sin papeles a los que hay que dar una oportunidad para trabajar. No se trata de regularizar, se trata de dar una oportunidad.

P. El lunes agradeció al presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, el apoyo a la última parte de la reforma de pensiones, aunque el PP no lo confirma. ¿Qué condiciones puso?

R. Ellos dijeron que lo estaban estudiando y que solo tenían una condición, y es que esta parte fuera sola, que no fuera con un decreto con más cosas. El acuerdo de pensiones está firmado por la CEOE, y tiene elementos como los contratos de relevo o la jubilación parcial para los autónomos, que yo creo que el PP debería facilitar que se aprobaran. Y si no, que lo expliquen en Navarra, Comunidad Valenciana, Andalucía, Cataluña… comunidades donde el contrato de relevo sería un instrumento muy poderoso para renovar el empleo en la industria y los servicios.

P. Sobre otro acuerdo al que llegaron con la patronal y el Gobierno, el que refuerza el papel de las mutuas en las bajas laborales, ha habido muchas quejas. ¿No hubiera sido mejor reforzar el sistema público?

R. Claro, yo a eso me apunto, pero la cuestión es que hoy en día en España una persona que tiene un accidente laboral, si va a través del servicio público de salud duplica o triplica el tiempo de recuperación respecto a si va por las mutuas. A mí el absentismo me importa, pero me importa más la salud de las personas. Las mutuas son organismos sin ánimo de lucro parapúblicos, porque los beneficios los tienen que entregar a la Seguridad Social, y están infrautilizadas. ¿Cuál es el inconveniente de que las utilicemos de forma intensiva, si además están muy avanzadas tecnológicamente?

P. Hace meses que sabemos que la indemnización por despido improcedente contraviene la Carta Social Europea. ¿Le sorprende que el Gobierno no haya puesto en marcha la reforma del sistema?

R. No me sorprende nada porque, como la CEOE, hemos visto que es mejor que la jurisprudencia vaya sentando qué es lo que hay que hacer. Y lo está haciendo: hace pocos días un tribunal de Castilla La Mancha condenó a una empresa a una indemnización extra. Tenemos que esperar a ver la doctrina que finalmente sentará el Tribunal Supremo. No tenemos fecha, pero creo que la línea que tomará será esta.

P. Otro tema importante es la vivienda, especialmente para los jóvenes. El sábado en Barcelona se llamó a una huelga de alquileres. ¿El sindicato lo apoyaría?

R. En las manifestaciones había gente joven y no tan joven. Es una expresión clara y diáfana del gran problema que tiene España. Intensificaremos el trabajo en común con las asociaciones y el Sindicato de Inquilinas, porque queremos sumar, ya lo hemos hecho en el pasado. Pero el tema tiene que entrar en cualquier negociación. ¿De qué sirve subir el SMI si el alquiler se lo come con creces? Sobre la huelga de alquileres, tienen todo el derecho del mundo, es una manera de expresar esta voluntad. La vivienda tiene que dejar de ser un bien especulativo y esta es una manera de denunciarlo. Y las autoridades públicas tienen que intervenir en los alquileres, y construir o rehabilitar para tener parque público de alquiler.

P. ¿Qué le ha animado a un tercer mandato?

R. He tenido muchísimas dudas. Yo tengo 68 años y no soy edadista, pero soy consciente que eso pesa más en la sociedad que en mi cabeza. Estoy en una organización a la que se lo debo todo, son muchos años militando y trabajando. Colectivamente hemos llegado a la conclusión de que voy a sumar, porque estamos en un momento óptimo del sindicalismo, hemos crecido un 20% en delegados en los últimos cuatro años. Y en un momento así, no debo generar en el sindicato un debate en relación a las personas que pueda frenar este ritmo de crecimiento.

P. Le ha pedido más financiación a Sánchez para los agentes sociales, ¿por qué?

R. Más financiación no, que nos paguen lo que nos deben. Solo la elaboración de planes de igualdad nos cuesta más de 15 millones de euros, y la subvención estatal para UGT en esto es de 6,1 millones, 17 millones para todos los sindicatos. En la negociación colectiva ocurre lo mismo: los afiliados al sindicato pagan con sus cuotas el trabajo para sacar adelante los convenios de todos los trabajadores, estén o no afiliados. No es razonable. Existe el discurso de que los sindicatos estamos subvencionados, y es un bulo. Si algo hemos hecho mal es dejar que haya esta idea de que vivimos del Estado.



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