El presidente de Banco Sabadell, Josep Oliu, ha criticado en su intervención en la junta general de accionistas el nuevo impuesto extraordinario al sector con el que el Gobierno pretende recaudar 3.000 millones de euros en dos años. “El banco deberá absorber la contribución extraordinaria del impuesto a la banca, que irá en detrimento de una mayor rentabilidad para el accionista”, ha avisado.
Oliu ha recordado en este sentido que la entidad, así como otros grupos, “ha recurrido la orden ministerial que impuso esta nueva carga” en defensa de los accionistas. Entre los bancos que ya lo han hecho, además del Sabadell, destaca CaixaBank —la entidad con mayor volumen de negocio en España en la que el Estado tiene una participación de algo más del 16% a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB)—. También impugnaron la orden ministerial las patronales del sector: la Asociación Española de Banca (AEB) y la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA).
Solo entre CaixaBank, Banco Santander y BBVA tendrán que abonar por el primer ejercicio en el que se aplica el nuevo gravamen unos 850 millones (400 millones CaixaBank, mientras que el Santander y el BBVA abonarán unos 225 millones cada uno). Para el Sabadell, la factura ascenderá a los 170 millones. Las otras dos entidades cotizadas, Bankinter y Unicaja, pagarán 90 millones y algo más de 70 millones, respectivamente. Fuera del parqué están Kutxabank, Abanca (les corresponderá abonar unos 50 millones a cada uno), Ibercaja y Cajamar (alrededor de 45 millones por grupo).
Inestabilidad bancaria
El otro gran tema que ha sobrevolado la junta del Sabadell ha sido la crisis bancaria desatada tras la caída del Silicon Valley Bank en Estados Unidos y Credit Suisse en Suiza. Sobre esta cuestión, el consejero delegado, César González-Bueno, ha sostenido que el comportamiento del banco en Bolsa sigue siendo positivo. “En un contexto como el actual, de alta volatilidad alrededor de nuestro sector, inversores institucionales han tomado la decisión de desinvertir tras unos meses de fuerte revalorización de los valores bancarios. Cuando esto ocurre, el inversor prioriza aquellos valores líquidos en los que atesora más plusvalías”, ha dicho.
Es decir, pese a las fuertes caídas registradas en las últimas jornadas (se ha dejado alrededor del 20% desde el inicio de la crisis de Silicon Valley Bank), el Sabadell sigue en positivo en el año y prevé que mantenga la fortaleza experimentada en los últimos años. “En lo que llevamos de 2023, somos el banco del Ibex con mayor revalorización”, ha enfatizado el consejero delegado. En lo que va de ejercicio, la entidad acumula un avance de más del 15%, a fecha de este jueves solo superado entre los bancos por el Santander. A lo que ha añadido: “Mirando hacia adelante, mantenemos intacta nuestra confianza en seguir mejorando la rentabilidad, y en conseguir los objetivos financieros que nos marcamos para 2023″.
Sobre esta cuestión, el presidente Oliu se ha referido al nuevo entorno de tipos de interés. El año pasado, desde verano, la política monetaria ha dado un vuelco para dejar atrás los tipos cero o negativos de los años pasados. Algo que, en principio, supone una bombona de oxígeno para la banca, que recuperaba parte de los ingresos de su negocio principal. Aunque también supone algunos riesgos, como se ha visto con los problemas de la entidad californiana.
“La adaptación al nuevo entorno económico de tipos de interés ha provocado y puede provocar episodios de inestabilidad de mercados, como el causado recientemente por la crisis del Silicon Valley Bank en Estados Unidos o del Credit Suisse aquí en Europa”, ha argumentado el presidente del banco vallesano.
Eso sí, las diferencias entre el sector financiero español y lo ocurrido en esta crisis bancaria son notables. En el caso del Sabadell, por ejemplo, González-Bueno ha resaltado su posición de liquidez: “La ratio LCR, es decir, la ratio de cobertura de liquidez a corto plazo por sus siglas en inglés, ha aumentado hasta el 234% en 2022, muy por encima del mínimo exigible del 100%. El promedio de esta ratio en España es del 192%, y en la UE del 162%”. Otra de las métricas importantes es la cantidad de crédito que se da sobre los depósitos, en la que el banco cerró el año pasado en el 95,6%. Es decir, tiene margen positivo y presta menos del dinero que consigue vía depósitos de clientes.
Cabe recordar que el curso pasado el Sabadell registró uno de los mejores años de su historia, con un beneficio neto de 859 millones: un 61,9% superior por la reducción de costes y la aportación de TSB. De cara a este 2023, por el momento, los vientos siguen siendo favorables, aunque existen incertidumbres. Uno de los riesgos que se esperaban era un aumento de los impagos por el freno económico. Para ello, el sector pactó con el Gobierno una ampliación del Código de Buenas Prácticas que sirviese de escudo de las familias vulnerables o en riesgo de vulnerabilidad. Aunque este riesgo no se está materializando aún. “Por el momento, no se está viendo un efecto negativo en las entradas de morosidad”, ha recordado Oliú.
Por último, el consejero delegado se ha referido al acuerdo con Nexi. La entidad catalana acordó recientemente con la firma italiana el traspaso de un 80% de Paycomet por 280 millones de euros. El banco mantiene el otro 20% durante al menos tres años y cuenta con una opción de venta por 70 millones, por lo que el importe total de la operación se eleva a 350 millones de euros, ampliables en función de determinados objetivos que no se han dado a conocer. La operación está todavía sujeta a las aprobaciones necesarias, y se espera que concluya en el último trimestre del año.
Por otro lado, en la junta se votará la aprobación de un dividendo complementario de dos céntimos de euros por acción a cargo del ejercicio 2022 (ya había repartido previamente otros dos céntimos en diciembre) y un plan de recompra de acciones por 204 millones de euros. Por otro lado, los accionistas tendrán que dar vía libre a la nueva política de remuneración para el consejero delegado para los próximos cuatro ejercicios (2023, 2024, 2025 y 2026), así como la renovación de Josep Oliu como presidente no ejecutivo para los próximos cuatro años.
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