La princesa Yuriko, el miembro más anciano de la familia imperial japonesa y tía abuela del emperador Naruhito, ha fallecido este viernes 15 de noviembre de madrugada a los 101 años en un hospital de Tokio (Japón), según ha informado un portavoz de la casa imperial japonesa. “Su alteza imperial la princesa Yuriko ha fallecido hoy a las 6.32 horas [hora local nipona] en el Hospital Internacional San Luis. Nos gustaría expresar nuestro más sentido pésame”, reza un comunicado publicado en página web de la familia imperial, que también informa que las visitas al palacio han quedado suspendidas hasta el próximo martes. Yuriko nació en 1923 y en 1941, al cumplir los 18 años, pasó a formar parte de la familia imperial japonesa cuando se casó con el príncipe Mikasa —fallecido en 2016 a los 100 años—, hermano menor del antiguo emperador Hirohito y tío abuelo del actual, Naruhito de Japón.
La princesa Yuriko fue ingresada el pasado mes de marzo por un infarto cerebral y una neumonía en el hospital del centro de Tokio en el que ha fallecido. Allí recibió tratamiento, pero las pruebas médicas realizadas mostraron un deterioro irreversible de sus funciones cardíacas y renales, según ha recogido la agencia de noticias japonesas Kiodo. La noticia de su muerte se produce días después de que dicha agencia informara que sus funciones de corazón y riñones estaban empeorando tras permanecer hospitalizada desde hace meses. Desde el día de Año Nuevo, cuando la princesa asistió a una ceremonia en el Palacio Imperial de Tokio y visitó la residencia de los emperadores eméritos, no había hecho apariciones públicas.
Al conocer la noticia del fallecimiento, el primer ministro de Japón, Shigeru Ishiba, ha querido dedicarle unas palabras: “Desde su vejez, ha pasado los días tranquila y con buena salud, y el año pasado cumplió 100 años. El pueblo de Japón esperaba la longevidad continuada de su alteza imperial, por lo que es verdaderamente lamentable que haya fallecido de forma tan inesperada”, comienza el político nipón su despedida en su perfil de X. “Nos solidarizamos con el profundo dolor de la familia real y expresamos por la presente nuestro más sentido pésame junto con el pueblo de Japón”.
Ishiba se ha mostrado “profundamente entristecido” por la noticia del fallecimiento de la princesa, quien, para él, era un miembro muy destacado de la familia imperial. “Ha contribuido a una amplia gama de campos, como la medicina, la cultura, el deporte o la cooperación internacional”, continuaba en su mensaje en la red social. Además, “participó durante muchos años en proyectos sobre maternidad y crianza de niños, a lo que dedicó grandes esfuerzos” y también “mantuvo una estrecha relación con el pueblo, animando a los participantes en diversas ceremonias y torneos”.
De los 16 miembros que forman parte en la actualidad de la familia imperial nipona, 11 son mujeres. Y si bien ostentan un importante papel en el desempeño de funciones oficiales y en las apariciones públicas de la institución, no cuentan con derechos sucesorios. Además, ellas solamente forman parte de la familia real sin son esposas de príncipes, como fue el caso de la princesa Yuriko, o si son hijas de estos sin desposar —cuando contraen nupcias con varones plebeyos deben abandonar la genealogía familiar y sus funciones—. Esta ley fálica ha ocasionado un apremiante problema sucesorio en el país asiático. Actualmente, solo tres miembros tienen derechos sucesorios: el príncipe heredero Akishino, de 58 años; su hijo, el príncipe Hisahito, de 18; y el tío abuelo de este último, el príncipe Hitachi, de 88 años, hermano del emperador emérito Akihito (90 años).