Pol Espargaró sufrió un espeluznante accidente durante los segundos entrenamientos oficiales del viernes en el GP de Portugal, escenario del estreno del Mundial de MotoGP de 2023. El piloto de Granollers, de 31 años, salió disparado de su GasGas en un cambio de rasante en la curva 10 del circuito de Portimao e impactó con mucha violencia, primero contra el suelo y luego contra las barreras del trazado luso.
Después de más de media hora sin información concreta sobre su incidente y un ambiente de gran preocupación, el doctor Ángel Charte, responsable médico del certamen, detalló desde la clínica del circuito el primer diagnóstico sobre el corredor: “Ha tenido una caída de alta energía, con una contusión politraumática que habrá que ver que implica a nivel de toda la columna, dorso, lumbo y sacro. A nivel cervical está bien, y a nivel neurológico también. No ha perdido la consciencia en ningún momento y no ha precisado que tuviéramos que intubarlo. Es verdad que tiene una fuerte contusión pulmonar”.
Mientras un helicóptero medicalizado trasladaba al piloto al hospital de Faro, donde pasará esta tarde más pruebas diagnósticas, Charte se mostró moderadamente optimista sobre la situación del piloto: “Está consciente, orientado, responde perfectamente. Está un poco sedado por la analgesia. Lo mueve todo, y no hay que temer que tenga ninguna lesión medular. No hay ninguna gran preocupación en principio, pero hemos de esperar a las pruebas complementarias”, comentó.
El fuerte accidente del pequeño de los hermanos Espargaró paró la segunda sesión de entrenos oficiales de la temporada recién estrenada casi 14 minutos por disputarse. Fue una jornada con muchas caídas y que dejó varias sorpresas, como el primer puesto de Jack Miller a lomos de una KTM. El australiano pulverizó el récord del circuito establecido por Pecco Bagnaia hace apenas unas semanas durante el último test de pretemporada. Marc Márquez y el resto de Hondas confirmaron su falta de ritmo quedando fuera de los diez mejores clasificados.