Quiere Paula Badosa, que aprieta e insiste, no se rinde la catalana. Sin embargo, la realidad dice que hoy día, todavía, su tenis no le alcanza para aproximarse el lugar que ha ido perdiendo desde hace un año, cuando figuraba en el segundo escalón del ranking y se elevaba como una de las más fuertes. Va perdiendo terreno la española y desinflándose, aunque su última intervención, frente a Elena Rybakina sobre el asfalto del Masters de Miami, ofrece indicios esperanzadores. Cedió por 3-6, 7-5 y 6-3, pero al menos estuvo cerca de tumbar a la jugadora más en forma del momento; tan cerca que dispuso de una bola de partido que al final se esfumó. Desperdiciada la ocasión, se consumó otra salida prematura. Continúa la caída.
No termina de reengancharse Badosa, apeada por la misma rival hace dos semanas, en Indian Wells, y de nuevo eliminada por el poderoso golpeo de la kazaja. Es puro fuego Rybakina, que en sus dos últimos compromisos ha logrado conectar 100 ganadores, 60 en esta última cita. Se resolvió el duelo en 2h 31m y ofreció una doble lectura: la de Begur se resiste a perder más terreno, pero el sistema es así de frío y le relega ahora hasta el puesto 33º, con la posibilidad de que caiga más en función de lo que suceda esta próxima semana en Florida. ¿Consecuencia directa? Perderá su condición de cabeza de serie de cara a los Grand Slams y otros torneos de postín como los WTA 1000, de modo que no cabe otra opción que sumar y sumar en lo venidero.
Se rebela y experimenta Badosa, que ha contratado a un nuevo técnico –Joel Canell, hasta ahora su agente, ha relevado a Jorge García– pero que no termina de remontar el vuelo. Una desafortunada lesión en un muslo derecho le privó de competir en el Open de Australia cuando había comenzado el curso con buen pie, triunfo en la United Cup y semifinales en Adelaida; sin embargo, a partir de ahí su rendimiento se traduce en primeras y segundas rondas. Cedió en los estrenos de Qatar (Haddad Maia, 12ª) y Dubái (Samsonova, 13ª), y en Indian Wells se topó con la efervescente Rybakina, última campeona de Wimbledon y que esta temporada se ha convertido en una de las indiscutibles jugadoras a batir.
Estuvo a un tris Badosa, set y 4-2 arriba, con bola de partido después, pero no acertó y su adversaria terminó llevándosela por delante. Aseguró más, pero le faltó mordiente; 31 errores, 16 winners. Se brindó un buen puñado de oportunidades, pero de las 15 convirtió solo cinco. Le falta un último golpe de riñón e intentará recuperar sensaciones próximamente en Charleston, pendiente después de Stuttgart y a continuación de la tierra batida. Fue ahí, en la arcilla, donde empezó a perder fuelle la catalana, que desaparecerá el lunes de entre las 30 mejores y se ha descolgado del tren de cabeza. Lo dice un dato: su último triunfo frente a una top-10 fue el pasado 22 de abril, cuando superó en Stuttgart a Ons Jabeur (10ª).
Su derrota en la segunda estación del torneo deja el cuadro femenino sin representación española. Mientras, esta noche (sobre las 22.15, Movistar Deportes) interviene Carlos Alcaraz, citado con el serbio Dusan Lajovic.
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