La zona que une Ciudad Universitaria con el barrio de Moncloa fue el frente republicano que más tiempo resistió la llegada de las tropas franquistas durante la Guerra Civil. Cuando el dictador llegó al poder, levantó un arco al estilo de los cesares romanos que bautizó como Arco de la Victoria ―la suya, claro―. Para cumplir con la Ley de Memoria Democrática, tanto el arco como la carretera que lo une con la Nacional 6, que también se llamaba avenida de la Victoria, pasaron a llamarse Arco de la Memoria y Avenida de la Memoria durante el mandato de la exalcaldesa Manuela Carmena (en 2017). Ahora su nombre vuelve a cambiar por una iniciativa conjunta del PP y Vox. Se llamará Avenida de la Concordia, tal y como ambos aprobaron en un pleno del distrito de Moncloa-Aravaca el pasado 12 de diciembre. El PSOE de Madrid presentó un recurso en cuanto supo que ambos grupos planeaban aprobarlo. Ahora Más Madrid se suma y ha presentado ya un recurso para impugnar esta decisión ante el Tribunal Contencioso-Administrativo. El cambio de nombre acabará en los tribunales.
“Sin memoria no hay concordia”, recuerda la portavoz del grupo, Rita Maestre. Añade que el nombre actual de la calle “trata de cerrar las heridas” de la represión franquista, algo que no ocurre con el nuevo nombre porque “la concordia no se impone”. Maestre considera que la decisión del PP es un guiño para atraer a los votantes de Vox con dinero público: “Yo entiendo que hay señores en el Partido Popular que están preocupados por el crecimiento de la extrema derecha, desde luego no va a ser con el presupuesto y los recursos del Ayuntamiento de Madrid con los que el Partido Popular trate de ganarle la partida a Vox”.
Más Madrid denuncia, entre otras cosas, que la iniciativa se llevó al pleno de distrito por vía de urgencia. El delegado del distrito de Moncloa-Aravaca, Borja Fanjul (PP), presentó la propuesta fuera de lazo. Para poder llevarla al pleno de ese día convocó un pleno extraordinario urgente. “Esto no puede hacerse”, señala una fuente de Más Madrid. Según el Reglamento Orgánico de los Distritos, para utilizar este mecanismo debe cumplirse que el asunto a tratar no se puede comunicar con dos días de antelación al pleno. “Evidentemente, no ocurre en el cambio de nombre de una calle”, destaca esa misma fuente.
Francisca Sauquillo formó parte del Comisionado de Memoria que acordó cambiar los nombres de calles y avenidas franquistas en 2017 y el nuevo cambio de nombre la ha descolocado. “Si lo que quieren es concordia, ¿por qué no empiezan por cambiar el nombre de las calles de Madrid con nombres franquistas?”, se pregunta. Pese a que en su día cambiaron 47 calles que rendían homenaje a la dictadura, fueron rebautízalas, la Justicia revirtió el nombre de algunas de ellas. En Madrid sigue existiendo una calle de Millán Astray, en honor al general franquista y fundador de la Legión, o una calle de Los Caídos de la División Azul, por el ejército falangista de voluntarios que fueron a luchar al frente ruso junto a los nazis durante la Segunda Guerra Mundial.