En el siglo XIX la esperanza de vida era de 40 años y en el siglo XX alcanzó los 80. El envejecimiento y, sobre todo, cómo hacer para ralentizarlo e incluso frenarlo, es una de las cuestiones que traen de cabeza a científicos en todo el mundo y donde el debate sobre la manipulación genética está a la orden del día. De ello habló Ginés Morata, biólogo y uno de los dos únicos españoles en la Royal Society del Reino Unido y la Academia Nacional de Ciencias de EE UU, con el periodista científico Javier Sampedro en el Evento Tendencias 2024.
Morata recordó que la mortalidad es inevitable, pero que hoy la ciencia permite postergarla. “Podemos manipular nuestro cuerpo con pastillas o cambios en los hábitos para prolongar la vida”, afirmó. Relató la historia de He Jiankui, el científico chino que modificó genéticamente a dos gemelas para hacerlas resistentes al VIH y transmitir estas modificaciones a futuras generaciones. “No es nuevo, pero la precisión para intervenir el ADN abre enormes posibilidades en medicina y mejora de especies”. Aun así, el biólogo alertó sobre los riesgos de la manipulación genética. Aunque modificar genes para tratar enfermedades hereditarias es positivo, señaló, los cambios en la línea germinal sin un consenso ético global son todavía un reto complejo.
El Evento Tendencias 2024 es un foro organizado por EL PAÍS con el patrocinio de Abertis, Enagás, EY, GroupM, Iberdrola, Iberia, Mapfre, la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), Redeia, Santander y Telefónica.