“La mirada, ya se sabe, no es ingenua ni neutra”, advierte el filósofo Carlos Skliar en un texto que acompaña a Subida al cielo (Dalpine), el rotundo y primer monográfico dedicado a Lúa Ribeira (As Pontes, Galicia, 1986). La publicación sirve de catálogo a la exposición más extensa dedicada a la fotógrafa hasta la fecha, que bajo el mismo título se exhibe en la sala Kutxa Kultur Artegunea de Tabakalera, en San Sebastían. Una muestra que pone de manifiesto el interés de la autora por utilizar el medio fotográfico para crear encuentros donde se establecen relaciones que apuntan y cuestionan las separaciones estructurales entre las personas. Fotografías que centran su mirada en los márgenes y trascienden límites con el fin de hacer menos invisibles a quienes no siempre queremos ver, al tiempo que aluden a los mecanismos de exclusión que tienen lugar en la sociedad actual.
Son 74 las fotografías que dan forma a la exposición comisariada por Sonia Berger. Recorren el quehacer artístico de la fotógrafa —miembro asociado de la agencia Magnum—, a través de cinco series, realizadas en distintos territorios, desde 2016 a 2020, de las cuales la autora ha destacado cinco imágenes para Babelia. Estos son sus comentarios:
1. Trepa con abrigo de piel rosa. Visión (2017). De la serie Subida al cielo.
Subida al cielo es la serie que abre la muestra y da nombre a la exposición. Trata sobre el dolor, la decadencia y el sufrimiento y ha sido realizada fundamentalmente en Reino Unido.
“En un principio me había propuesto hacer un trabajo sobre la crisis de la vivienda y sus consecuencias en los habitantes de Bristol, lugar donde vivo, pero pronto me di cuenta de la necesidad de incorporar a otras personas. En los parques me encontraba a gente que vivía en la calle. Fue en ese espacio natural, donde el estatus social se difumina, donde decidí trabajar. Me planteé evocar el viaje de un héroe que va encontrando y superando obstáculos en la vida y ofrece la posibilidad de mostrar algo con lo que uno puede identificarse en cada imagen. Por tanto, la serie va más allá de los parámetros de documentar una comunidad en concreto y, poco a poco, fui incorporando a amigos y familiares como protagonistas. La protagonista de esta fotografía es una amiga de la infancia que, de una forma muy corporal, entiende mi trabajo y se transforma, adaptándose visualmente a lo que hago. Me interesa la teatralidad que implica un momento de supervivencia, el ascenso desde un terreno oscuro y he querido mostrar el impulso elemental que lo guía. El trabajo parte de la aceptación de que la fotografía no es una verdad sólida e incuestionable, sino la búsqueda de una imagen que tenga el potencial de transmitir, no siempre a través de lo testimonial o lo circunstancial. Debajo de esta serie late la convicción de que el dolor es algo que compartimos todos; define a la condición humana. De ahí, mi intención de utilizar la fotografía para crear imágenes atemporales, y mi interés por lo mitológico”.
2. Los Jetones. Puente Genil. Andalucía. Semana Santa (2019). De la serie Las visiones.
La serie parte de un encargo de Magnum sobre la Semana Santa en Puente Genil, Córdoba.
“La imagen muestra a un grupo de niños de la corporación de Los Jetones que representan a los romanos que azotaban a Cristo durante la pasión, en su camino hacia la cruz. La sangre del cuerpo les salpicaba la cara y esta se iba deformando. El contexto resultaba muy adecuado para explorar la función de la mitología popular y la tradición religiosa en la representación. La gente del lugar conoce bien las historias representadas en la celebración y la simbología que hace referencia a experiencias profundas y existenciales, a ritos sobre la muerte y la vida. Hoy, en la forma en la que vivimos, nos hemos desconectado mucho de ese mundo simbólico en el cual me interesaba profundizar y ahondar, en cómo la tradición que rodea a estas celebraciones influyen a la hora de forjar una identidad”.
3. Merienda en el jardín. Esclavas de la Virgen Dolorosa, Covas, Galicia (2018). De la serie Aristócratas.
La serie surgió en julio de 2014, cuando la autora visitó por primera vez una residencia de mujeres con incapacidad intelectual regida por la congregación católica de las Esclavas de la Virgen Dolorosa, en Dovas, Galicia.
“Para mi esta es una fotografía distinta a las demás, donde no existe la fuerte carga de ambigüedad que conllevan muchas de mis imágenes. Es una imagen mucho más obvia, como si se hubiese abierto el telón para dar paso a un teatrillo. Yo acudía a unos talleres de teatro que se organizaban por las tardes en la residencia, y allí encontré la manera de trabajar para abordar la serie. Se establecía un juego que me resultaba sumamente interesante por el cual se representaban rituales sociales muy simples, como por ejemplo bodas, de los cuales, en cierta forma, dada la naturaleza de las protagonistas, estas quedan excluidas. La fotografía revela la forma en la que las residentes colaboraban, propiciando momentos de mucha intensidad. Sin temor alguno a la idea de la representación o al escenario. No me gusta utilizar la palabra ficción, ya que voy en busca de algo verdadero. Tampoco me gusta referirme a algo como escenificado. Nunca compongo las imágenes a priori. Lo que me interesa visualmente es lo que ocurre en la foto, algo que va mucho más allá de lo teatral”.
4. Vista de la jungla. Tijuana, México (2019). De la serie La jungla.
La serie parte de otro encargo de Magnum, dentro del proyecto Linea: The Border Project, para tratar el tema de la inmigración en la frontera que separa México de Estados Unidos.
“Esta imagen es de la pocas en las que se ve el lugar en el que trabajo: La jungla, el paisaje en que se desarrolla la serie. Decidí incluirla para relajar la carga de retratos ambiguos y paisajes simbólicos que componen el proyecto y enseñar el contexto en el que tiene lugar. A pocos metros de la casa donde me alojaba se encontraba este paraje en el que vivían unas doce personas. El lugar está atravesado por el muro y resulta un lugar muy propicio para cruzar al otro lado. Un lugar con una vegetación muy densa y en forma de valle. Cuando uno se adentra en él parece entrar en otra dimensión. Hubo un intercambio de vulnerabilidades. Sus habitantes me acogieron, me guiaron por el lugar y compartieron algunas cosas conmigo. Un encuentro corto pero intenso”.
5. Habla. Beni Ensar. Marruecos (2019). De la serie Los afortunados.
La serie se desarrolla en Melilla y sigue los pasos de unos jóvenes que intentan llegar a Europa desde Marruecos.
“Se trata de la primera fotografía que hice de esta serie. Tardé bastante tiempo en empezar a ver la forma de abordarla. Los temas no me atraen por su componente visual. Lo que me seduce es otra cosa que viene de algo mucho más político. De manera que, suelo tardar bastante tiempo en encontrar un ángulo visual. Este tema en concreto está muy estereotipado por todas las imágenes de las noticias que llegan de la frontera, algo de lo que quería huir. De esta imagen en principio me atrajo el protagonismo del azul del cielo. El joven está explicando sus problemas para llegar hasta allí. Lo que ha tenido que negociar previamente y lo que tendrá que hacer. Son momentos cargados de riesgo y adrenalina para estos muchachos que han abandonado sus casas con un objetivo muy claro: sobrevivir el trance para alcanzar una vida mejor. Traté de centrarme en esos momentos para buscar un componente más arquetípico y elemental, y dejar de lado el contexto de la frontera. Me interesaban mucho sus explicaciones en las que reflejaba la necesidad de establecer constantemente una estrategia. Algo que implica compartir información entre ellos; una hermandad para conseguir sus objetivos. Son aspectos relevantes que van surgiendo sobre la marcha y nunca antes pensé en tratar”.
Subida al cielo. Lúa Ribeira. Kutxa Kultur Artagunea. Fundación Kutxa. Edificio Tabakalera. San Sebastián. Hasta el 2 de julio.
Subida al cielo. Lúa Ribeira. Dalpine. 212 páginas. 55 euros.
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