Los tres hijos de Andic tomarán el relevo en Mango con Toni Ruiz, consejero delegado y accionista, al frente de la gestión | Economía



El inesperado fallecimiento del empresario Isak Andic deja a Mango sin su alma y fundador, pero también sin su presidente no ejecutivo y máximo accionista. Este controlaba el 95% del grupo textil catalán a través de la sociedad patrimonial Punta Na Holding, de la que poseía la totalidad las acciones. La mayoría las ostentaba a nivel personal, y un pequeño porcentaje a través de otra de sus empresas, Punta Na. Esta última está dedicada a la inversión inmobiliaria, y Andic también era su único accionista, aunque sí compartía consejo de administración con sus tres hijos: Judith, Sarah y Jonathan.

Un consejo que creó hace poco más de dos años, hecho que marcó el inicio de un proceso de transición familiar que la desaparición del fundador de Mango acelera ahora. Ayer, de hecho, la compañía celebró un comité de crisis tras la inesperada noticia. Serán sus tres herederos los que pasen a ejercer el control accionarial de la empresa textil y de su patrimonial, según explican fuentes conocedoras y como era el deseo del propio empresario de origen turco. En una de sus últimas entrevistas, concedida hace unos meses a El País Semanal, Andic aseguraba al ser preguntado por la transición en la empresa que “la propiedad será de la familia, pero yo creo que ya siempre estará llevada por profesionales”. Una separación entre propiedad y gestión que el empresario tenía muy marcada: “Cuando haya que buscar el relevo a Toni [Ruiz, consejero delegado], juntos buscaremos a la mejor persona y el mejor profesional para dirigir Mango. La familia no tiene por qué intervenir en esto. Y eso lo tiene clarísimo. Ahora se les está preparando para ser buenos accionistas”.

De sus tres hijos solo uno, Jonathan, está en el consejo de administración de Mango, en calidad de consejero ejecutivo como director de la línea masculina. Este, primogénito de la familia, entró en la empresa en 2005 y en 2012 ya era vicepresidente. Judith, hija mediana, también trabajó en Mango, en concreto en el equipo de diseño, aunque lleva años fuera de la empresa. En ella no ha llegado a entrar nunca la hija menor del empresario, Sarah Andic, aunque también ha estado vinculada al ámbito de la moda.

El destino de Jonathan Andic era ser el sucesor de su padre, lo que alcanzó en 2014 cuando fue designado consejero delegado. Sin embargo, el errático rumbo de la empresa en aquellos años hizo que el fundador decidiese recuperar las riendas ejecutivas del grupo en 2016, nombrando también un comité de dirección para tomar las decisiones estratégicas y reubicando a su hijo como vicepresidente.

Una experiencia que sembró la idea de Andic de separar propiedad y gestión, respaldada de manera definitiva por el trabajo de Toni Ruiz. A este le entregó la plena responsabilidad ejecutiva en 2020 como consejero delegado de Mango, y este mismo año le entregó el 5% del capital de la compañía, convirtiéndose en su único accionista aparte del fundador. Un “reconocimiento a su destacada gestión al frente de la compañía”, según reconoció Andic, que expresó su “convencimiento de que su visión contribuirá a la continuidad, solidez y crecimiento de Mango en el futuro”, dijo el empresario. La confianza de este en Ruiz, confirman fuentes consultadas, era absolutamente ciega y su tranquilidad respecto al futuro de la empresa, con su directivo de confianza a los mandos, era total.

Su entrada en el capital coincidió también con un cambio profundo en la gobernanza de Mango. Andic amplió el consejo de administración de cuatro a nueve miembros, con cuatro independientes, entre ellos el presidente de Puig, Marc Puig, y Jorge Lucaya, socio fundador de AZ Capital, junto a otros tantos consejeros ejecutivos. La empresa también cuenta con un comité de dirección compuesto por una decena de ejecutivos. Mango deberá nombrar un nuevo presidente, que no deberá tener función ejecutiva, como era el deseo de su fundador.



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