Entre el caos y la destrucción, brota la alegría. Al son del tabal y la dolçaina, instrumentos típicos valencianos, Luciana Martínez, de 10 años, salta de felicidad y no despega la mirada de un robusto vehículo que emerge de entre la oscuridad de una calle de Paiporta. No es la carroza de Melchor, ni la de Baltasar, ni la de Gastar, sino un camión de la Unidad Militar de Emergencias (UME) que, adornado con luces navideñas y con el famoso elfo travieso colgando encima del capó, se ha unido a la cabalgata de este municipio en la víspera de Reyes.
Ni la falta de iluminación en las vías, ni la visible acumulación de escombros en algunos descampados han impedido que los Magos de Oriente regresen para devolver la alegría que la dana arrebató el 29 de octubre. En la cabecera de la marcha, en la que han participado más de 100 personas, entre figurantes, pajes y voluntarios, tres tractores conducidos por agricultores han cruzado el pueblo entre aplausos. Una segunda comitiva, formada por tres vehículos de la UME y cerca de 30 efectivos, se ha unido en esta ocasión a la cabalgata para entregar dulces y juguetes a los más pequeños. No han faltado los abrazos entre los vecinos y los cuerpos de emergencia, que aplaudían agradecidos por las labores de limpieza.
“Esta es una manera de recuperarse psicológicamente”, explica Abdón Mesado, uno de los organizadores de la marcha, que en esta ocasión ha contado con la participación de una comitiva de al menos 20 voluntarios que han llegado de diferentes partes de la provincia. Cristina Romero (44 años) estuvo repartiendo comida con su mochila durante la primera semana de noviembre, hoy ha vuelto para acompañar a una carroza dedicada exclusivamente a los voluntarios que sacaron adelante al pueblo. “Queremos que al menos esta noche la gente no note la diferencia con otros años”, exclama Carlos Senent (54 años), que ha llegado desde Murcia para acompañar a esta comitiva. La alegría se ha encendido desde el primer momento.
Desde la seis de la tarde, el parque Xúquer se ha llenado de coloridos pajes, timbaleros y niños y niñas que esperaban impacientes el aterrizaje de los Reyes. Martín Garrido, un pequeño paiportino de 7 años, se ha ubicado en el inicio de la marcha para ser el primero que reciba a los monarcas. Garrido ha pedido una réplica de la copa del Valencia y un timbal, le encanta la música. Su madre, Ana Gómez (45 años), explica que al pueblo le faltan muchas cosas para que la normalidad vuelva, pero que las dos horas de música, luces y alegría que trae la cabalgata le hacen sentir que nada ha pasado.
Los tres Reyes Magos que oficializan la cabalgata son residentes de esta localidad de 25.000 habitantes. Rudolf Kanhonou, de 55 años y originario de Benín, se ha puesto el traje de Baltasar por cuarta vez. Comparte que al vivir en un tercer piso no sufrió ninguna pérdida, pero que vio como el agua arrastraba vehículos y personas. ”Si tuviera el poder de un rey mago real, pediría la inmediata reconstrucción del pueblo, especialmente de las pistas de fútbol y de los parques para que los niños puedan volver a jugar”, comparte mientras se baja de un bus para subirse a su carroza. Enseguida empieza a saludar a los niños que saltan alrededor de su carroza pidiéndole regalos y dulces.
Esta ocasión, la cabalgata ha cambiado de trayectoria, ante el evidente daño que presentan algunas calles. Mesado, de la organización, explica que las carrozas recorrerán la circunvalación hasta el auditorio municipal, que durante estos dos meses se ha convertido en un punto vital de entrega de alimentos y víveres a la población. En ese punto, los reyes entregarán regalos a los cerca de 2.200 niños que hay en el pueblo, según datos de la organización.
Además de en Paiporta, la cabalgata organizada por las Cámaras de Comercio, con la colaboración de la Generalitat, ha repartido juguetes, turrones y dulces entre los niños de Llocnou de la Corona, Sedaví, Benetússer, Alfafar, Massanassa, Catarroja y Albal. También ha habido cabalgatas reales en Utiel, donde sus majestades dirigirán un mensaje a los niños desde el balcón consistorial; Benifaió, donde se les ha hecho entrega de la llave mágica que abre todas las casas; o en Chiva, Alaquàs, Beniparrell, Picanya o Riba-roja.
Las bandas de música de la riada
En Valencia, la Cabalgata de los Reyes Magos ha hecho un pequeño homenaje a los damnificados de la dana por medio de la música. Abrían el paso de las comitivas de Melchor, Gaspar y Baltasar bandas de música de las pedanías de La Torre y de Castellar l’Oliveral, asoladas por la riada, y también la del cercano municipio de Aldaia. “En el pueblo no hemos podido organizar una cabalgata como la de todos los años. Hay una recepción real porque los Reyes Magos tienen que pasar por allí pero falta iluminación y el pueblo está un poco triste, así que estar aquí hoy es volver un poco a la normalidad y alegrar a la gente con la música, que es lo que sabemos hacer”, comenta Amparo Comes, presidenta de la Unión Musical de Aldaia. “Los hemos invitado”, añade Vicent Aleixos, presidente de la banda del Grao, “para que se sientan respaldados y sepan que Valencia no se olvida de ellos”.
David Jiménez Serrano, con su trompeta bajo el brazo, esperaba junto a la veintena de músicos de la banda musical de La Torre, de la que es director, que arrancara el séquito de Baltasar. Mientras espera explica que están sin ensayar desde antes de la dana porque tocan en un local municipal todos los martes y el 29 de octubre se aplazó el ensayo por la amenaza de temporal, pues hay miembros que vienen de otras localidades y no tienen coche. “Participar en la cabalgata nos da moral porque hay mucha gente afectada en la pedanía”, señala. La riada se llevó por delante todos los atriles de la banda, bombos, cajas y algún otro instrumentos de metal. Al igual que el resto, intentan recuperar la ansiada normalidad.