Hasta que todo estalló en los Globos de Oro en 2021, se solía hablar de que estos eran unos premios a los que les gustaba desmarcarse en sus reconocimientos en las categorías televisivas. A diferencia de los Emmy, más conservadores y que gustan premiar a viejos conocidos, los votantes de la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood solían dar alguna sorpresa al decantarse por títulos más recientes y fuera del carril. Sin embargo, este año, el tercero desde que los premios cambiaran de manos y sus votantes aumentaran hasta más de 300 periodistas de más de 80 países diferentes, ese riesgo, eso que les convertía en unos premios imprevisibles en ocasiones (para bien y para mal) ha quedado atrás.
Era difícil que Shogun (Disney+), que arrasó con 18 galardones en los pasados Emmy, no fuera la triunfadora de la noche. Y así fue. En los Globos de Oro se ha llevado mejor drama, actriz y actor protagonista y actor de reparto. También era difícil resistirse a reverenciar la maravillosa tercera temporada de Hacks (Max) y a la grandiosa Jean Smart. O no premiar el atrevimiento y esa patada al algoritmo que es Mi reno de peluche (Netflix; mejor miniserie y actriz de reparto).
Pero es triste que, en un 2024 en el que, a falta de que alguna consultora publique el recuento final, se habrán superado de largo las 400 series estrenadas solo en Estados Unidos con casi toda probabilidad, solo dos de los premiados este domingo no se llevaran un Emmy en septiembre: Tadanobu Asano por Shogun (en su misma categoría competía Javier Bardem por dar vida al padre de los hermanos Menéndez en Monstruos: La historia de Lyle y Erik Menéndez) y Colin Farrell por El Pingüino (Max). De los otros nueve galardonados ya escuchamos entonces sus discursos de agradecimiento. Si una de las principales funciones de los premios televisivos hoy en día es servir de escaparate a títulos que merecen la pena en medio del maremágnum de la producción actual, esta repetición hace que ese sentido se pierda.
Y eso que los Globos de Oro tenían donde elegir. Por ejemplo, se ha quedado sin premio la entretenida Nadie quiere esto (Netflix) y sus protagonistas, Adam Brody y Kristen Bell. Tampoco ha rascado nada Solo asesinatos en el edificio (Disney+) ni sus actores: ni la serie ni los intérpretes han recibido hasta ahora ni un Globo de Oro en sus cuatro temporadas. También habrían sido muy dignos ganadores los actores de Terapia sin filtro (Apple TV+) o de Colegio Abbott (Disney+). En cambio, Jeremy Allen White sigue recibiendo premios como actor de comedia en una serie, The Bear (Disney+), en la que las risas brillan por su ausencia. Tampoco Andrew Scott ha recibido reconocimiento por su Mr. Ripley (Netflix). Ni los espías de Slow Horses (Apple TV+) han pescado nada. Ninguna posibilidad tenía una de las mejores series del año recién terminado, Somebody Somewhere (Max), ni la descarada y ácida English Teacher (Disney+) o la consolidada y en auge Industry (Max): ni siquiera habían sido nominadas.
Sobre las series que sí han ganado ya queda poco por decir. Shogun es un drama épico situado en el Japón feudal sobre el choque de civilizaciones occidental-oriental en medio de una lucha entre señores de la guerra que el espectador vive a través de los ojos de tres personajes: un señor feudal, un marinero británico y una mujer que hará de improvisada traductora de idiomas y puente de civilizaciones. Es difícil no rendirse ante una gran producción con sabor clásico, ritmo oriental y dominada por pasiones y sentimientos profundos.
Hacks, que, como han recordado durante la gala, rueda en estos momentos su cuarta temporada, se adentra en las bambalinas del mundo del espectáculo desde el punto de vista de una veterana monologuista y una joven humorista condenadas a entenderse y entre las que va surgiendo una profunda relación de amistad y respeto. Unos guiones brillantes están acompañados por una ejecución sobresaliente y una gran química entre sus protagonistas.
A Mi reno de peluche se le ha escapado esta vez el premio a su protagonista y creador, Richard Gadd, en cuyas experiencias de acoso y abusos sexuales se inspira esta “historia real”, como reza la propia serie. La producción se coló por los márgenes del sistema para convertirse en un fenómeno de la recomendación de boca en boca y en un éxito global que impactaba a quien se adentraba en él. Gadd no se cansa de repetir en los agradecimientos de sus premios la importancia de que las plataformas den voz a historias que se salen de lo habitual y alejadas de lo que una máquina podría recomendar.
También recibieron galardón The Bear con Jeremy Allen White, El Pingüino gracias al trabajo de los maquilladores y artistas protésicos en el rostro de Colin Farrell, y True Detective: Noche polar (Max) como reconocimiento a una temporada que logró dar un giro a su propia herencia y salió victoriosa del tirabuzón con Jodie Foster (la premiada) al frente del reparto.
Es posible que todos, o casi todos, sean galardones merecidos, pero no por ello deja de ser aburrido vivir en el día de la marmota.