Lobitos: Un derrame de petróleo afecta a las costas del norte de Perú y daña la vida marina de la región



Un derrame originado en la Refinería Talara, operada por la empresa estatal Petroperú, ha convertido uno de los balnearios más emblemáticos de Perú en un cementerio marino, donde peces, pulpos y delfines manchados de crudo yacían inertes este domingo. Un reporte preliminar de la compañía informa de que se han vaciado en el océano alrededor de 0,9 barriles o 37,8 galones de petróleo. El incidente, informa el organismo, ocurrió a la medianoche del viernes durante las maniobras de un embarque de hidrocarburos en el buque Polyaigos, construido en el 2005 y que navega con bandera de Grecia. El Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) calcula que se han visto afectados al menos 10.000 metros cuadrados de mar, incluyendo la playa Las Capullanas, importante centro turístico ubicado en el distrito piurano de Lobitos, en el norte del país. Grupos ambientalistas estiman que la tragedia puede ser mayor.

Fueron los pescadores artesanales quienes dieron el aviso a las autoridades. Varios de ellos, consternados por lo sucedido, grabaron videos con las manos manchadas de petróleo para transmitir la magnitud de un nuevo desastre en el mar peruano. “Este terrible accidente no solo pone en riesgo la riqueza natural de nuestra región, sino que también afecta directamente las actividades económicas y sociales que dependen del equilibrio ambiental, como la pesca artesanal y el turismo sostenible, pilares fundamentales para el desarrollo de nuestra población”, cuestionó la Asociación de Protección Ambiental Pro Desarrollo Sostenible de Talara (ASPAST). El organismo exige a las autoridades una investigación exhaustiva para determinar responsabilidades.

Un informe del Grupo de Trabajo de Impactos de Hidrocarburos de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos revela que en los últimos veintiséis años en el Perú se han registrado 1.462 emergencias por derrame y fugas de petróleo. En la selva sucedieron 831 incidentes, en la costa fueron 609 y en la sierra, veintidós. Piura, escenario de esta nueva desgracia, es la segunda región con mayor afectaciones: 566 eventos, solo detrás de Loreto, en la Amazonía, con 707 eventos. Entre ambas regiones han ocurrido el 87.07% de derrames de petróleo en el Perú entre 1997 y el 2023.

El 15 de enero de 2022 se produjo un derrame de hidrocarburos en el mar de Ventanilla, provincia del Callao, durante las operaciones de descarga de un buque italiano. La Refinería La Pampilla, de la multinacional Repsol, minimizó el asunto, pero más tarde se informó de que se habían vertido sobre el mar 11.900 barriles de petróleo, constituyendo así la mayor emergencia ambiental de la costa peruana. Murieron 1.852 especímenes de fauna silvestre y quedaron afectados otros doscientos ejemplares. Se contaminaron 15 mil hectáreas de costa y mar, que comprenden a 46 playas y dos áreas naturales protegidas. Tras ese derrame, a mediados de año fue aprobada una ley para atender las emergencias ambientales. Se promulgó en agosto, pero todavía no entra en vigencia porque no se ha diseñado el reglamento.

OEFA ha informado de que está supervisando el nuevo derrame de cerca, mientras que PetroPerú ha señalado que ha enviado personal calificado a la zona para remediar el daño. Sin embargo, la ONG Oceana Perú ha denunciado que no se están llevando a cabo los protocolos necesarios. “La empresa estatal PetroPerú, responsable del derrame de petróleo en Lobitos, está contratando personal local para realizar la limpieza sin proporcionar equipos de protección personales adecuados. Exigimos que se garantice la seguridad de las personas involucradas”, ha señalado el organismo.

Durante todo el 2024 se ha discutido si Petroperú, una empresa en crisis financiera desde hace varios años, debe ser declarada en quiebra y posteriormente vendida. El Gobierno aprobó en septiembre un decreto de urgencia como medida de salvataje. Hace un año, en diciembre de 2023, la presidenta Dina Boluarte inauguró entre bombos y platillos la remozada Refinería de Talara. Medios periodísticos revelaron después diversos problemas técnicos. Hoy, a poco de despedir el 2024, una marea de crudo se esparce de nuevo por el mar peruano. Su magnitud todavía es una incógnita.



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