El inversor Juan González Herrero, cerebro del grupo financiero leonés Herrero Brigantina, urdió un plan para proteger su fortuna de las garras de la Justicia tras sospechar que se encontraba en la mirilla de unas pesquisas que le señalaban como ideólogo de un presunto fraude de 70 millones, según un informe de los investigadores al que ha tenido acceso EL PAÍS.
El documento forma parte de la causa por estafa contra González Herrero y otros 14 imputados que instruye el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz. Sus pesquisas arrancaron tras una investigación de este diario en 2023 que afloraba las sombras de esta firma que embaucó a decenas de miles de inversores en España con alambicados productos financieros que prometían una rentabilidad de hasta el 50% en 10 años.
El ideólogo del conglomerado, de 45 años, compró dos propiedades de lujo en Colombia, de donde es originaria su esposa. Destinó más de 1,5 millones de los fondos de la estafa a esta operación. Y, para no dejar rastro, recurrió a la inmobiliaria colombiana Grimaldi Real Estate, a la que nutrió con el capital recaudado de decenas de miles de inversores.
Con esta treta, el economista se hizo con la finca valorada en un millón de euros El Jaguar en Medellín y con otro inmueble en Colombia en el denominado Conjunto residencial Saint Moritz, que adquirió por 521.389 euros. La Policía ha solicitado anotaciones preventivas de embargo de sendas propiedades.
Los investigadores han detectado también una transferencia de 850.000 euros a la empresa de Elda (Alicante) Blue Sphere Events S. L. La mercantil adquirió con estos fondos en julio de 2023 una vivienda en este municipio alicantino. Los agentes también solicitan su embargo.
Operación salvar la fortuna Herrero
Tras sentir el aliento en la nuca de los sabuesos, la Policía sostiene que González Herrero traspasó sus bienes y propiedades a su mujer, Kelly Johana Galeano, que también está imputada por estafa. El objetivo: esquivar los embargos judiciales. La esposa del economista amplió el capital de la inmobiliaria colombiana Grimaldi Real Estate con la aportación de estos inmuebles.
González Herrero, que contrajo matrimonio en gananciales, pasó después al régimen de separación de bienes. Con esta argucia, habría conseguido proteger de la mano judicial -según las pesquisas- una propiedad en Ponferrada (León).
Entre otros manejos para resguardar su fortuna, el fundador de Herrero tejió también un opaco entramado societario en Colombia con testaferros y firmas instrumentales (sin actividad). En este esquema jugaron presuntamente un papel clave las mercantiles Grimaldi Real Estate y Galatas Sas, una cuñada del economista y un trabajador de la citada inmobiliaria. “[González Herrero] está sumamente interesado en poder controlar una sicav (sociedades de inversión de capital variable, instrumento que suelen usar los altos patrimonios) y salvar sus inmuebles desde Colombia”, indica el informe de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF).
El análisis de los móviles y ordenadores ha revelado también que González Herrero buscó en Internet cómo conseguir la nacionalidad de paraísos fiscales como Bahamas o Barbados o países como Brasil, se interesó por saber cómo funcionaba Interpol, con qué países tenía convenios de extradición España y qué delitos se persiguen con órdenes de búsqueda y captura internacionales. El empresario también contactó con una firma dedicada a la constitución de fideicomisos y sociedades en Panamá, donde es posible ocultar la identidad real del dueño de una compañía. Y, para proteger sus comunicaciones, recurrió a un móvil seguro para hablar con su esposa, padres, socios y abogados.
El ‘wasap’ de la discordia
González Herrero envió en diciembre de 2023 un mensaje de WhatsApp a su padre. En él, el empresario se jactaba de la situación de las víctimas, que reclamaban recuperar su capital al sospechar que el presunto esquema de éxito era realmente una monumental estafa piramidal. El fundador de la empresa compartió con su progenitor un artículo del diario digital Confilegal en el que denunciaba la preocupación de los ahorradores el abogado José Luis Ortiz Miranda, que representa a 500 afectados que depositaron 15 millones. Y acompañó el texto con 30 emoticonos de sonrisas.
Ortiz Miranda, que cifra el volumen total del pufo en 200 millones, siempre sospechó que el capital de los ahorradores nunca aterrizó en los productos financieros, sino que acabó en paraísos fiscales. “Es un gran timo piramidal”, explica este letrado especializado en este tipo de fraudes.
Para desenmarañar la madeja financiera, Policía Nacional ha rastreado desde hace más de un año más de un centenar de cuentas de directivos y sociedades de esta corporación que colocó sus productos a reputados médicos y empresarios y que en 2023 barajaba su salida a Bolsa.
Y es que, desde un entramado en Ponferrada (León), con la pirotécnica de convenciones a la americana, González Herrero captó el capital y la confianza de pymes, autónomos y familias, que invirtieron entre 5.000 euros y dos millones por cliente. Su carta de presentación era una flamante red comercial integrada por agentes y oficinas en España y tentáculos en Londres, París, Miami, Ámsterdam y Hong Kong.
Su entramado vendía productos de inversión, planes de pensiones, seguros, hipotecas y préstamos y presumía de tener 35.000 clientes en Europa. La firma sostenía también haber registrado en 2022 una facturación de 56,4 millones.
El producto estrella de la compañía se lllamaba unit linked. Era un seguro de vida cuya prima se invertía en una cartera de fondos. La inversión estaba fuera del radar de supervisores como el Banco de España o la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y su control dependía solo de la Dirección General de Seguros (Ministerio de Economía). Este diario reveló que la corporación leonesa usó sin permiso para vender estas soluciones financieras el aval de las aseguradoras Axa y Plus Ultra.
González Herrero fue arrestado el pasado diciembre por estafa en el aeropuerto de Madrid-Barajas cuando regresaba de Colombia, de donde es su pareja. Tres años antes, su firma figuraba en el puesto 149 de las 1.000 compañías europeas que más rápido crecían, según el Financial Times.
investigacion@elpais.es