Los inversores necesitan de nuevos catalizadores para prolongar la fiesta de las Bolsas. La reunión de la Reserva Federal, la última antes la toma de posesión de Donald Trump el 20 de enero, adquiere una relevancia espacial, no tanto por la decisión de esta tarde; lo que el mercado aguarda con expectación es conocer la actualización de las proyecciones. El consenso del mercado no duda de que el Comité de Mercado Abierto de la Fed (FOMC) volverá a recortar los tipos en 25 puntos básicos hasta situarlo en la horquilla del 4,25%-4,5%. Pero espera, también, que la rebaja esté acompañada de una orientación de tipos que apunte menos recortes en 2025 de los previstos hasta ahora. En concreto, el consenso espera que la estimación media del comité pase de una rebaja de 100 puntos en 2025 (prevista en septiembre) a 75, al calor de los buenos datos económicos o incluso 50.
“Los argumentos a favor de más recortes de tasas en EE UU, más allá de este mes, han disminuido significativamente”, señala Dennis Shen, economista de Scope Ratings. Desde la agencia consideran que después de haber recortado el precio del dinero en 100 puntos básicos este año, en enero harán una pausa y podrían retomar la senda bajista marzo. “La inflación sigue siendo pegajosa, la economía y los mercados financieros se están recalentando, el ligero aumento del desempleo de este año se ha revertido y la administración Trump amenaza con más riesgo de inflación a corto plazo”, remarcan.
David Kohl, economista jefe de Julius Baer, afirma que con una inflación que parece estabilizarse entre el 2% y el 3%, la política monetaria debería mantenerse ligeramente restrictiva a medio plazo. “La situación del mercado laboral estadounidense y de la economía en su conjunto permite cierta relajación, pero desaconseja recortes agresivos o sostenidos de los tipos de interés”, subraya. Con un crecimiento del empleo que se mantiene en línea con las tendencias (en noviembre se crearon 227.000 empleos, por encima de los 200.000 esperados) y una tasa de desempleo en el 4,2%, inferior al 4,4% que preveía la Fed para el conjunto de 2024, desde la entidad suiza creen la necesidad de ajustes más intensos se ha reducido.
Los mercados de futuros dan una probabilidad del 97% a un recorte este miércoles, pero apenas un 17% a otra rebaja en enero. La clave, como siempre en este tipo de situaciones, está en el lenguaje. La medida en que Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal, deje abiertas sus opciones para la próxima cita y, aunque evite dar una orientación específica sobre el calendario de rebajas, insinúe que saltará alguna reunión sin rebajar tipos. Una pausa que, según el consenso de analistas, será temporal. Los futuros apuntan a un recorte entre mayo y junio y al menos otro en el tercer trimestre. Son minoría quienes creen que la reducción de esta semana sea un punto y final en el actual ciclo de rebaja de tipos.
Los analistas de Bank of America, en sintonía con el consenso del mercado, esperan que el diagrama de puntos recoja tres rebajas de tipos de 25 puntos básicos para el próximo año, se reduzca a dos en 2026 y ninguno en 2027. “Los comentarios recientes de la Reserva Federal sugieren que el comité también está reevaluando sus opiniones sobre la tasa neutral, y esperamos que la mediana de largo plazo suba 25 puntos básicos hasta el 3,125%”, remarcan.
Junto a las proyecciones de los tipos, el comité actualizará el cuadro macroeconómico. Después que el índice de precios al consumo personal (PCE) subyacente aumentara un 0,3% por cuarto mes consecutivo hasta situarse en el 2,8% interanual, el consenso espera que los funcionarios revisen al alza sus proyecciones de inflación. Para 2024 el índice más seguido por la Fed podría pasar del 2,6% esperado en septiembre al 2,8%, reduciéndose al 2,4% para el próximo año, dos décimas más que lo previsto hace tres meses. La resistencia que muestra el mercado laboral permitirá el comité rebajar del 4,4% al 4,3% la tasa de paro a cierre del ejercicio. Por su parte, las previsiones de crecimiento para este año mejorarán cinco décimas hasta alcanzar el 2,5%. Unas estimaciones servirán para refutar la idea de recortes acelerados en el precio del dinero.
Declaración política
En la reunión de noviembre, celebrada un día después de confirmarse la victoria de Donald Trump, el presidente de la Fed reiteró que no piensa dimitir ni ceder a las presiones políticas para bajar los tipos. La mala relación entre ambos dirigentes, iniciada en el primer mandato de Trump, no se ha apaciguado en los últimos meses. Pedro del Pozo, director de inversiones financieras de Mutualidad, cree que en este contexto el mensaje que traslade la institución es aún más relevante. Es pronto para estimar con seguridad los efectos en los precios de la rebaja de impuestos y la política protecciones que defiende Trump, pero la mayoría de los expertos cree que una combinación de aranceles más altos, restricciones a la inmigración y rebaja de impuestos podría acelerar el repunte de la inflación. “Los cambios de política bajo la nueva administración podrían alentar la presión en los precios y acelerar el crecimiento, pero siguen siendo demasiado vagos para determinar las decisiones del comité esta semana”, apuntan desde Juluis Baer. Los expertos esperan, no obstante, que las proyecciones reflejen esta incertidumbre mostrando una mayor divergencia y una orientación menos acomodaticia.
Con Wall Street revalidando máximos sesión a sesión, una política monetaria más restrictiva podría servir de impulso a la toma de beneficios, especialmente en el sector tecnológico, el más dependiente de los cambios en el precio del dinero. A pesar de ello, el consenso de los analistas se sigue mostrando optimista con el futuro de la renta variable estadounidense. Mientras Blackrock eleva al máximo su exposición a la renta variable estadounidense, gestoras como DWS dan un potencial de entre el 10-15% para el S&P 500 el próximo año. Alfonso de Gregorio, director de inversiones de Finacces Value, considera que el equipo que está configurando Trump tiene un marcado perfil promercado que como en la legislatura anterior ayudará a impulsar el crecimiento y a la Bolsa. Aunque las medidas económicas podrían estimular el crecimiento, la Fed tendrá que caminar con pies de plomo para evitar que la inflación vuelva a desbocarse.