Las asociaciones del transporte de viajeros por carretera ATUC y Confebus han certificado esta tarde lo que a su juicio ha sido un sonoro fracaso en la huelga de conductores de autobús que han mantenido en pie, tanto ayer jueves como este viernes, los sindicatos CC OO y CGT. Ambos colectivos empresariales han firmado un comunicado en el que constatan que el seguimiento de la protesta ha sido nulo en ciudades como La Coruña, Córdoba, Cádiz o Málaga, y que el respaldo apenas ha alcanzado el 5% en Bilbao, un 7% en Madrid y un 33% en Barcelona entre los trabajadores que cubren líneas de transporte interurbano, de media y larga distancia. También estaban llamados al paro los profesionales del transporte urbano y servicios escolares.
Los sindicatos reclaman la fijación de coeficientes reductores para anticipar la edad de jubilación del personal de conducción sin penalización en sus pensiones. Un beneficio que viene siendo demandado desde hace años y del que gozan colectivos como el de maquinistas ferroviarios y pilotos aéreos por la penosidad y peligrosidad de sus profesiones.
ATUC y Confebus estiman que el seguimiento ha sido del 20% en Oviedo, del 16% en Gijón y de apenas un 5% en Gerona. UGT se había desvinculado de la convocatoria de huelga el pasado fin de semana tras firmar un acuerdo con la patronal para que ambas partes reclamen los citados coeficientes reductores 15 días después de que sea aprobado el Real Decreto que los regulará, según el acuerdo alcanzado el pasado 31 de julio por el Gobierno, CEOE, Cepyme, CC OO y UGT. Esto sucederá en 2025, pero CC OO se queja de la indefinición del plazo y ha seguido adelante con una medida de presión que perdió efervescencia con el abandono de la misma por parte de la otra central sindical mayoritaria.
Los datos aportados por las operadoras de autobús contrastan con la impresión del sindicato convocante, que habló ayer de “seguimiento mayoritario” entre los conductores que no estaban obligados a acudir al trabajo para cumplir con los servicios mínimos. Según sus cálculos, la respuesta a la huelga fue del 85% del personal convocado en Castilla y León, como pico más alto, o de un 70% en Cataluña.
Las asociaciones aseguran que están abiertas al diálogo para evitar las jornadas de paro previstas para diciembre: los días 5, 9 y 23. A partir de esa última jornada CC OO, que cuenta con un 40% de representación entre los conductores de autobús, está dispuesto a ir a una huelga indefinida si no se da un acuerdo previo.
Sus representantes recelan de la propuesta de Confebus que ha sido aceptada por UGT. Desde la patronal se indicó a principios de semana que el acuerdo persigue el “adecuado equilibrio económico financiero de los contratos públicos, preservar el empleo y la viabilidad de la actividad empresarial”. Ahora se formará una mesa de negociación de la que deben salir los mecanismos para compensar “los desajustes financieros que se pudieran producir en los contratos públicos de ámbito local, autonómico y estatal”. Y es en este punto donde CC OO aprecia que podría vetarse la aplicación de los coeficientes reductores si no se da una suficiencia financiera para poder activarlos, lo que depende de las cotizaciones de las empresas de transportes y de los acuerdos que tienen con las distintas administraciones.
La petición de los coeficientes a la Seguridad Social precisa de la intervención de las organizaciones empresariales y sindicales más representativas, según marca el artículo 206 de la Ley General de la Seguridad Social, por lo que CC OO actúa aún desde una posición de fuerza pese a que su llamamiento a la huelga ha perdido fuerza respecto a la primera jornada, la del 28 de octubre.