Las exhibiciones de Juan Bernabé, 57 años, el cetrero gaditano de la Lazio que desde hace 15 años se encarga de hacer volar el águila símbolo del club antes de los partidos en casa, han ido demasiado lejos. En 2021 ya fue despedido por hacer el saludo fascista, diciendo “¡Duce, duce!” con unos espectadores, durante su tradicional paseo por el césped con el ave, una imponente águila americana de cabeza blanca. Luego fue readmitido ―dijo que no era fascista, solo de Vox y admirador de Franco―, por ser portador de su imperial mascota, llamada Olympia. Pero esta vez parece definitivo: ha sido despedido de forma fulminante por andar poniendo en redes sociales fotos de su pene erecto, su nueva prótesis tras una intervención. Imágenes muy explícitas que enseguida acumularon miles de visualizaciones y una proporción similar de chistes, encima después de perder el derby con la Roma. Además, iba dando entrevistas y poniéndolo cada vez peor.
El temperamental presidente del club, Claudio Lotito, que también es diputado del partido de Berlusconi, se ha cogido tal cabreo que ha echado incluso al urólogo del equipo, Gabriele Antonini, que es quien hizo la operación y también salía en una de las fotos del quirófano, levantando el pulgar en señal de éxito. El cachondeo pronto se hizo viral a nivel internacional. “Cuando me han avisado de comunicación he tardado una hora en despedirlos a los dos”, ha dicho Lotito. “Yo predico valores, mando el águila para crear entusiasmo en los niños y luego esta persona tiene este comportamiento de declive moral (…) Ha violado el código ético de la Lazio, que prevé comportamientos dentro de los valores auténticos del deporte”.
El comunicado del despido ha sido gélido: “La S.S. Lazio, sobrecogida al ver las imágenes fotográficas y en vídeo del señor Juan Bernabé y al leer las declaraciones que lo han acompañado, comunica que ha interrumpido con efecto inmediato cualquier relación con él, por la gravedad de su comportamiento”. El club añadía, compungido, que era consciente del dolor que causará en los aficionados la pérdida del águila en los próximos partidos en casa, porque si se va Bernabé, también se va el símbolo alado del equipo biancoceleste, van en el mismo paquete. “Pero no es posible ser asociados, todos, además con el símbolo histórico del águila, a un sujeto que ha hecho inadmisible seguir con esta relación”, razonaba la nota. Ya están buscando otra rapaz.
Bernabé hizo su aparición estelar el sábado, dos días después de los festejos del 125 aniversario de la fundación del equipo, por redondear las cosas. Durante el fin de semana su autopromoción se disparó. Él, que sigue defendiendo que no ha hecho nada malo, alega que su perfil es privado y no tiene la culpa de que luego se difundieran las imágenes. Hasta su despido seguía orgulloso de una iniciativa con la que quería mostrar las maravillas de su nueva prótesis de pene, tras una intervención debida a dos carcinomas en el pasado y un problema en un testículo cayendo de un caballo. Hasta dio entrevistas para explicarse: “Me he operado para aumentar mis prestaciones sexuales porque soy muy activo, necesito eyacular cada vez que tengo tiempo libre”, dijo en un programa radiofónico, donde dijo que lo hacía “con fines médicos”. “No entiendo la relación con la pornografía”, alegaba.
Siguió en La Repubblica: “Me he expuesto para dar ánimos a tantos hombres que tienen problemas de erección y sufren escondidos en silencio. Los tifosi de la Lazio me han dado fuerza y me han pedido consejo. Para mí es natural vivir así mi cuerpo”. Luego se explayaba sobre los detalles técnicos: “Ahora he vuelto a encontrar la fe en mí mismo y la potencia sexual. Es más, me basta apretar el botón para tener una erección que dura el tiempo que quiera. Esto abre horizontes desconocidos en las fantasías sexuales de una pareja”. También le ha abierto nuevos horizontes profesionales.