La inflación en España experimentó un leve repunte en octubre, situándose en el 1,8%, tres décimas por encima del mes anterior, según ha publicado este miércoles el Instituto Nacional de Estadística (INE). Este ascenso, aunque moderado, pone de relieve las tensiones en la economía nacional, con factores contrapuestos que afectan al índice general de precios. Mientras que los combustibles siguen actuando como un freno a la inflación, al registrar niveles sustancialmente inferiores a los de hace un año, otros factores, como la recuperación del IVA en ciertos productos de la cesta de la compra, han contribuido a esta ligera subida. La subyacente, que excluye alimentos frescos y energía por su alta volatilidad, también sube ligeramente y se sitúa en el 2,5%, una décima más respecto a septiembre.
A la espera que el centro estadístico proporcione los datos confirmados el 14 de noviembre, el Instituto Complutense de Análisis Económico (ICAE) estima que respecto a octubre del año pasado, los precios del gasóleo y la gasolina se han desplomado un 15,9% y un 9,8%, respectivamente, contribuyendo a moderar la presión inflacionaria en el conjunto de la economía. En comparación, el año pasado la gasolina experimentó un encarecimiento que superó el 9%.
La electricidad, a diferencia de los carburantes, sufre en esta ocasión un repunte interanual del 7,4%. Su variación está relacionada con el comportamiento del mercado eléctrico en España, que se divide en un 60% de mercado libre y un 40% de regulado. “Nosotros tenemos información de lo que sucede en el mercado regulado, pero no del resto”, explica Rafael Salas, investigador del ICAE, que atribuye el alza a que la parte donde operan las compañías que no están controladas por el Ministerio para la Transición Ecológica estén compensando las bajadas registradas en la otra parte de la industria. Esta variación en términos interanuales añade una presión adicional sobre el Índice de Precios al Consumo (IPC).
Otro elemento que ha afectado negativamente la tasa ha sido el impacto del IVA en los alimentos. Después de cerca de dos años de una bonificación impositiva al 0% que permitió a los consumidores españoles pagar precios reducidos por productos básicos, el 1 de octubre se ha restablecido parcialmente este impuesto, según el plan estipulado por el Gobierno. Este contempla que a partir de este mes y hasta diciembre la tasa sea del 2% para después pasar al 4% que se tenía antes de la crisis inflacionaria. Además, en el caso de las pastas y los aceites ―con excepción del de oliva― el impuesto ha pasado del 5% al 7,5%.
La paulatina vuelta a la normalidad está afectando directamente a la cesta de la compra, que en octubre mostraría un repunte en torno al 4%, según la Asociación de Usuarios Financieros (Asufin). La organización ha advertido el martes que este retorno del tipo impositivo ha encarecido el coste de la harina, la leche, los huevos, el arroz o el aceite de girasol, productos que se habían mantenido estables en lo que va de año. Además, consideran que el repunte “anticipa un cierre de año complicado en el ámbito de la alimentación, debido a las fechas de compra intensiva que se acercan”. Con la temporada de compras navideñas y las celebraciones de fin de año en el horizonte, es probable que los alimentos registren nuevos repuntes. Así lo señala también Raymond Torres, director de Coyuntura de Funcas, que recuerda además que los tipos habituales se recuperarán por completo a inicios de 2025.
Por otra parte, el ligero aumento de la subyacente refleja una presión más estructural que responde no solo a los incrementos en los precios de los alimentos, sino también a factores como la evolución salarial y los costes de producción en sectores no energéticos. La evolución de ambos indicadores está, en cualquier caso, en línea con las proyecciones mensuales de los economistas.
En las previsiones de septiembre, el Banco de España revisó ligeramente (una décima) a la baja la inflación general, por lo que espera que cierre diciembre en el 2,9%. No obstante, elevó en dos décimas la estimación de la subyacente, anticipando que cerrará en el 2,8% y no en el 2,6% que contemplaba en junio. Además, la tasa de octubre sigue siendo considerablemente menor que el 3,5% alcanzado en el mismo mes 2023 y representa la mejor cifra de inflación desde marzo de 2021, siendo solo superada por la tasa de septiembre. Esto significa que, a pesar del leve incremento, los niveles actuales no son preocupantes a pesar de que persisten algunas presiones inflacionarias.
Desde el Ministerio de Economía insisten en que “España sigue haciendo compatible el mayor crecimiento económico entre las economías desarrolladas, con una inflación que se ha moderado de forma notable en los últimos meses. Esto está permitiendo que estos excelentes datos macroeconómicos se están trasladando también a los datos micro, mejorando la situación y perspectivas económicas de nuestras empresas y familias”.