Loreto Arenillas, diputada de Más Madrid a la que este partido reclama el acta a raíz del caso Íñigo Errejón, seguía sin dejar el escaño al cierre del registro del Parlamento el martes y ha anunciado este miércoles que se niega a pasar al grupo mixto y que ha recurrido ante el comité de garantías del partido su destitución como integrante de la dirección ―donde tenía la cartera de coordinación―. La exjefa de gabinete del fundador del partido, que abandonó la semana pasada la política señalado por una denuncia anónima por acoso colgada en redes, a la que siguió luego otra registrada ante la policía por la actriz y presentadora Elisa Mouliaá, asegura ser víctima de “un abuso de autoridad”; argumenta que estatutariamente las líderes del partido (Manuela Bergerot, Rita Maestre y Mónica García) no tienen autoridad para quitarle sus cargos ni reclamarle el acta; y niega la acusación que pesa sobre ella: que medió con la denunciante del primer caso para evitar que este trascendiera más públicamente.
“Quiero aclarar que yo no pasaré al grupo mixto”, ha escrito Arenillas en la red social X (antiguo Twitter). “Además, agradezco a la Comisión de Garantías de Más Madrid admitir a trámite mi denuncia”.
Una fuente parlamentaria precisa, sin embargo, que Arenillas no pasaría al grupo mixto de dejar Más Madrid, puesto que configurar esa agrupación requiere de cinco diputados. Por ello, sería considerada diputada no adscrita.
“Confirmamos [la admisión a trámite]”, ha dicho un portavoz del partido. “Admitir a trámite una denuncia es lo normal en cualquier procedimiento y forma parte de la normalidad garantista del derecho”. En la formación entiende que la queja de Arenillas no tiene base porque no se le ha retirado la militancia, sino los cargos internos “por pérdida de confianza”, y eso es potestad de las portavoces.
Si Arenillas continúa en el cargo, colocará a Más Madrid en una posición política de extrema debilidad. Esta semana no hay pleno en la Asamblea regional. Pero si Arenillas no cede su escaño antes del jueves 7 de noviembre, cuando está programada la siguiente sesión plenaria, el partido de Bergerot se verá en la tesitura de propiciar la fotografía de la diputada sentada en su bancada o expulsarla formalmente, lo que le haría perder el liderazgo de la oposición, al tener un diputado menos como consecuencia (en este momento, Más Madrid y PSOE están empatados a 27 representantes, pero el primer partido logró más votos).
Los hechos que han acabado con la carrera política de Arenillas habrían ocurrido en junio de 2023, y en Castellón de la Plana, donde una chica asegura que el diputado Errejón le tocó sin su consentimiento la cintura y el culo en un festival, el Tremendas femfest. Tras quejarse a la organización, Arenillas, según el relato de esos mensajes anónimos publicados en X, se presentó como “mediadora” para resolver el caso de acoso. Su objetivo, dijo, siempre según esa cadena de mensajes, era “reparar el daño”, aunque, apuntó, “el escarnio público no le parecía la manera más adecuada”.
Esa argumentación escandalizó a la denunciante. “Estoy harta de los hombres cis heteros de izquierdas que se aprenden el discurso transfeminista mejor que nosotras, se pintan las uñas y parece que ya esté todo hecho”, lamentó. Y recordó: “No fue un tío cualquiera, fue un representante público [Errejón] que ha hecho carrera a base de protestar continuada y abiertamente contra este tipo de situaciones”. Sin embargo, Arenillas ha negado desde el principio esa versión de lo ocurrido, y por eso se ha mostrado dispuesta incluso a acudir a la justicia para defender su inocencia.
“Nunca encubrí ese episodio ni ningún otro (…). Defiendo que actué con corrección”, aseguró la diputada en un comunicado publicado tras la rueda de prensa que dio la dirección de Más Madrid el lunes. “Lejos de tapar u ocultar nada, lejos de minimizar los hechos, me puse a disposición del director de comunicación, Luis Giménez, para explicarlo públicamente si era necesario”, ha añadido, insinuando que mantendrá el escaño al sentirse víctima de “un abuso de autoridad” y considerar, además, que la suspensión cautelar de sus cargos orgánicos o la exigencia de que devuelva el acta “debe requerirla el comité de garantías”. Por ello, ha avanzado, presentará una denuncia ante este organismo, “sin renunciar a acudir a los tribunales”, ya que, ha denunciado, la dirección ha distribuido “información falsa” sobre ella.
La vuelta a la normalidad, por lo tanto, no será inmediata. Ni está garantizada. Para empezar, por la forma en la que se produjo el viernes la salida de Arenillas. A las 21.26, tras una jornada maratoniana, Más Madrid publicó un comunicado en el que anunciaba que su representante se negaba a dimitir como diputada. Menos de un cuarto de hora después, a las 21.40, la aludida, que ya había sido destituida de todos sus cargos orgánicos, publicó un escrito en el que comunicaba que dejaba el acta, decisión personal e intransferible. Pero lo hizo sin asumir los hechos por los que se le señala. Todo lo contrario. De hecho, su renuncia como diputada, anunciada por ella misma el viernes, sigue sin formalizarse.