La Cumbre Iberoamericana arranca en busca de “resultados que tengan un impacto en la calidad de vida” de la región | Cumbre Iberoamericana XXVIII


La XXVIII Cumbre Iberoamericana que se celebra este sábado en República Dominicana ha arrancado este viernes por la noche con el objetivo de buscar “resultados concretos que tengan un impacto positivo en la calidad de vida de los iberoamericanos”. El excanciller chileno Andrés Allamand, al frente de la Secretaría Iberoamericana, ha llamado a los 22 países que integran la comunidad a aprovechar el contexto regional que, ha subrayado, “como pocas veces entremezcla oportunidades y desafíos”. Una de esas oportunidades es, en su opinión, la presidencia española del Consejo de la Unión Europea, el segundo semestre de este año. Se trata, ha subrayado en la instalación del encuentro en la Fortaleza de Ozama de Santo Domingo, de una ocasión “para generar una agenda de futuro entre América Latina y Europa para trabajar juntos en la solución de problemas como el cambio climático, que es, una amenaza existencial de la humanidad”. Y la cumbre de la Celac, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, convocada para el 17 y 18 de julio en Bruselas, concretará un paquete de inversiones europeas en la región, según ha anunciado el rey Felipe VI.

Los retos climáticos son precisamente uno de los ejes de la cita, cuyo lema es “Juntos por una Iberoamérica justa y sostenible”. La reunión de presidentes y jefes de Estado tiene previsto aprobar tres documentos, una Carta Medioambiental o Pacto Verde Iberoamericano, una Carta de Principios Derechos Digitales y una Estrategia de Seguridad Alimentaria. Se cayó a última hora una propuesta central sobre arquitectura financiera internacional, que perseguía en última instancia una reforma del mercado para facilitar el acceso a los créditos. La falta de consenso por la oposición de algunos países, por ejemplo Cuba, frenó ese debate, según fuentes diplomáticas. Su mandatario, Miguel Díaz-Canel, fue uno de los 11 que esta noche compartieron escenario con el anfitrión, el dominicano Luis Abinader, el rey Felipe VI, el chileno Gabriel Boric, el argentino Alberto Fernández, el boliviano Luis Arce o la hondureña Xiomara Castro.

Las ausencias, los retrasos, la expectación y las especulaciones sobre los asistentes también han marcado la cumbre. El brasileño Inácio Lula da Silva y el mexicano Andrés Manuel López Obrador, gobernantes de dos gigantes iberoamericanos, no viajaron a República Dominicana por motivos distintos, el primero por tener programada una visita a China y el segundo por sus recelos a los foros internacionales. El colombiano Gustavo Petro no llegó a la ceremonia de inauguración de la cumbre tras retrasar su salida de Cartagena de Indias, mientras que el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, que viajaba con el alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, y el primer ministro portugués, António Costa, seguían volando y aterrizaron a última hora.

Las hipótesis sobre la participación del venezolano Nicolás Maduro, que en 2021 acaparó protagonismo en los días previos a la anterior Cumbre Iberoamericana de Andorra y finalmente dejó plantada a la organización, se enredaron con el paso de las horas. A mitad de semana, el sucesor de Hugo Chávez tenía confirmada su asistencia. Después, cobró fuerza la opción de que le sustituyera el canciller, Yván Gil, quien de hecho llegó a Santo Domingo y se sumó a la inauguración trayendo “el mensaje del presidente Maduro por la unidad de Nuestra América y el Gran Caribe”. Pero la presentadora del evento mencionó también el nombre del mandatario venezolano entre los líderes que estaban a punto de llegar. Sin embargo, omitió el de Gustavo Petro, generando cierta confusión. Nadie descarta que Maduro pueda llegar poco antes del comienzo de las reuniones de este sábado. Pero tampoco nadie descarta que, pese haber confirmado su presencia, opte por no viajar a esta cumbre, que busca sentar las bases para una cooperación más allá de las diferencias políticas y los choques ideológicos.

Un momento de la inauguración de la Cumbre Iberoamericana.
Un momento de la inauguración de la Cumbre Iberoamericana. Mónica González Islas

Abinader ha recordado en su discurso que la comunidad iberoamericana afronta “retos comunes que requieren respuestas colectivas” y ha invitado a los participantes a dialogar “sincera y amigablemente”. En la Fortaleza de Ozama —el primer fuerte construido por España en América— el presidente dominicano fue el encargado de recibir a los mandatarios que han acudido a la Cumbre. Entre ellos, el presidente argentino, Alberto Fernández, quien apenas una semana antes había sido operado de una hernia discal. Abinader ha saludado también al presidente ecuatoriano, Guillermo Lasso, que también caminaba con la ayuda de un andador a causa de un quiste lumbar.

Los aplausos entre los asistentes fueron generosos con la presencia del presidente chileno, Gabriel Boric, que ha seguido el arranque del encuentro sentado al lado del presidente boliviano, Luis Arce. Ambos mandatarios no se han dirigido la palabra, a pesar de que han manifestado cierta voluntad para hablar de las diferencias entre sus países, principalmente de la disputa por territorio en el que Bolivia exige una salida al océano Pacífico.

Entre quienes han conversado intensamente con el presidente anfitrión ha estado la presidenta de Honduras, Xiomara Castro, quien también ha sido la única mujer jefa de un Estado miembro que ha viajado a Santo Domingo. Castro se ha presentado a la recepción del brazo de su hijo Héctor Zelaya, que además es su secretario particular. Los jefes de Estado se han uniformado con guayaberas blancas para el acto de bienvenida, a excepción de los presidentes de Uruguay, Luis Lacalle, y de Argentina, Alberto Fernández, que han optado por sendos trajes con corbata.



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