La Audiencia Nacional acoge desde este lunes el juicio contra cuatro etarras acusados de intentar asesinar en 2000 a dos periodistas de EL PAÍS y Antena 3, Aurora Intxausti y Juan Palomo respectivamente, y a su hijo Íñigo, que entonces tenía solo 18 meses de edad. Los terroristas colocaron una potente maceta bomba junto a la entrada de su domicilio en San Sebastián (Gipuzkoa), cargada con 2,3 kilos de explosivos y 2,5 kilos de metralla (tuercas y tornillos), que debía explotar cuando la familia saliera de su casa. Sin embargo, no consiguieron su objetivo. Ese día, coincidió que Juan Palomo abrió la puerta con un ademán brusco que provocó que el mecanismo trampa fallara: el sistema de iniciación eléctrico funcionó, pero no activó el detonador.
La Fiscalía pide casi 75 años de cárcel para cada uno de los cuatro procesados (con un límite de 30 años de cumplimiento): Patxi Xabier Makazaga, Jon Zubiaurre, Imanol Miner y Asier García, que se encuentran actualmente en prisión por otros crímenes. Según el escrito de acusación, Makazaga ordenó a sus tres compañeros, miembros del comando Gaua, que recabaran información sobre las víctimas y estudiaran la “viabilidad” de asesinarlas. De esta forma, una vez conseguidos los datos e ideado el atentado, colocaron la bomba el 10 de noviembre de 2000.
Los investigadores resaltaron que los terroristas sabían que la pareja solía salir a esa hora de su casa para llevar a su niño a la guardería antes de dirigirse a sus respectivos puestos de trabajo. “La activación del explosivo debía haberse producido justo en el momento de la apertura de la puerta del domicilio por sus moradores, lo cual habría provocado la explosión de la totalidad del artefacto y la proyección tanto de la deflagración como de la tornillería hacia la boca de dicha puerta, lo que hubiera conllevado la muerte de Juan Palomo de forma instantánea y la de Aurora Intxausti y su hijo, así como graves daños en el inmueble”, afirma el escrito de acusación de la fiscal.
El juicio se celebrará más de dos décadas después del crimen tras reabrirse el caso al hallar nuevas pruebas.