Kevin de Bruyne frena la caída del City | Fútbol | Deportes


Kevin de Bruyne disputó su primer partido como titular después de casi tres meses de lesión y el Manchester City interrumpió su declive. ¿Coincidencia? Un pase de gol en el 1-0 y el gol del 2-0 le merecieron la consideración de mejor jugador de la noche ante el Nottingham Forest, según anunció la megafonía del Etihad. Los fenómenos del fútbol nunca respondieron a causas simples pero pocas crisis se han anticipado con más precisión que esta racha de siete partidos sin ganar que ha sacudido al City desde que una plaga de lesiones le arrebató a algunos de sus futbolistas fundamentales. Las fuerzas naturales que gobiernan el fútbol se empeñaron en recordarle al entrenador más influyente del siglo que se encuentra a merced de los muchachos que imaginan y actúan con la pelota en sus pies. Pep Guardiola fue el primero en reconocerlo. “¡Solo pido recuperar a mis jugadores!”, repetía. Este miércoles el regreso de De Bruyne a la alineación no resolvió todas las descompensaciones, pero contribuyó de forma decisiva a ganar tres puntos por primera vez después de 39 días.

M. City

3

Stefan Ortega, Gvardiol, Aké (James Mcatee, min. 90), Rúben Dias, Manuel Akanji (Walker, min. 45), Gündogan, De Bruyne (Rico Lewis, min. 74), Grealish (Matheus, min. 90), Bernardo Silva, Jeremy Doku (Sávio, min. 89) y Erling Braut Haaland

0

Nottingham Forest

Matz Sels, Ola Aina (Eric da Silva Moreira, min. 62), Nikola Milenkovic, Murillo, Álex Moreno, Ryan Yates (Morato, min. 45), Morgan Gibbs-White (Elliot Anderson, min. 62), Nicolás Domínguez, Anthony Elanga, Jota (Ramón Sosa, min. 72) y Wood (Awoniyi Taiwo, min. 62)

Goles 1-0 min. 7: Bernardo Silva. 2-0 min. 31: De Bruyne. 3-0 min. 57: Jeremy Doku.

Árbitro Michael Oliver

Tarjetas amarillas Nicolás Domínguez (min. 45), Morgan Gibbs-White (min. 51), Murillo (min. 53), Bernardo Silva (min. 69) y Nikola Milenkovic (min. 75)

“Kevin jugó 75 minutos fantásticos”, dijo Guardiola, que abrazó al belga cuando le sustituyó. A sus 33 años no muy bien llevados, De Bruyne venía de atravesar una penosa recuperación de una lesión de tobillo y, según Guardiola, hasta este miércoles carecía de las condiciones físicas necesarias para aguantar el ritmo. “Lo más importante de este partido ha sido que hemos roto la rutina sin ganar”, señaló el técnico, que lamentó las lesiones de Aké y Akanji, sustituidos durante el encuentro. La rutina de malos resultados se interrumpió, pero las lesiones se siguen multiplicando.

El Forest visitó Mánchester cómodamente instalado en el sexto puesto de la Premier. Sin mucho que perder y con una plantilla excelente, el equipo de Nuno se convertía en un rival peligroso. El City venía golpeado en su amor propio tras la derrota en Anfield. El desánimo amenazaba con romper la moral de la plantilla. El purasangre que Guardiola montó en la temporada pasada había trocado en toro de mil kilos. Los problemas se multiplicaban por la ausencia de especialistas para puestos que exigen especialización. Cada alineación entrañaba un jeroglífico. Esta vez Guardiola lo resolvió, como tantas veces, con audacia. Ante la baja de Foden por una bronquitis, según el Manchester Evening News, el entrenador reactivó el ataque paralizado en Anfield con dos desafíos estridentes y un par de modificaciones. Retó a Gvardiol a ejercer de lateral con funciones de interior-llegador, y retó a Grealish a coger la manija del mediocampo para actuar como un eslabón entre Gündogan en el mediocentro y la línea de tres cuartos que conformaron Doku, De Bruyne, y el omnipresente Bernardo Silva. A Silva el técnico lo situó en el extremo derecha con libertad total para asociarse con todos en todo el campo. Cada movimiento del portugués, cada pase, cada desmarque, cada gambeta, transmitió un mensaje de sublevación a sus compañeros. No hay supervivencia sin unos mínimos de actividad.

Los cambios animaron el ataque. El 1-0, a los siete minutos de partido, resumió la intención de Guardiola y recordó viejos tiempos. Gvardiol se proyectó por el carril central, pasó para Gündogan que subió por la izquierda y cambió de orientación, y en el flanco derecho recibió De Bruyne que centró para que Bernardo Silva, el más pequeño de todos, empujara la pelota entre los centrales y el portero. Dicen que la Premier es la liga más física. Que ese gol lo metiera un chaparro de 1,73 explica muchas cosas de la inteligencia y el coraje del futbolista que en este arranque de temporada se convirtió en el único faro del equipo.

El City se estabilizó con su vieja guardia y grandes dosis de sufrimiento. No faltaron los desatinos en la zona de cobertura. La presión de Jota a Gvardiol descubrió la incompetencia del croata para emplear su cuerpo para proteger la pelota, y de no ser por una mano salvadora de Ortega, el remate de Gibbs-White habría supuesto el 1-1 y el comienzo de otra noche de angustia. Hubo más. Un error de entendimiento entre De Bruyne y Dias dejó solo a Woods ante Ortega a la media hora de encuentro. Otra vez, el City jugó a la ruleta. Con suerte. El tiro de Woods se fue desviado.

Empate del Liverpool

A las malas, regresaron todos como posesos. Grealish se esforzó por defender como un pivote y Gündogan dio señales de tonificación. Sin un mediocentro de referencia, la compenetración de los veteranos maestros para articular el juego en el eje del campo resultó inspiradora. La entrada de Walker por Akanji en la segunda parte aportó solidez a la zaga y el gol de Doku premió la buena voluntad de Haaland por hacer algo más que ir a rematar. El noruego no solo amenazó al área contraria sino que se sumó al mediocampo para dar apoyos con resultados espléndidos en dos de los goles de su equipo.

El 3-0 definitivo situó al City en el cuarto puesto de la clasificación de la Premier, frontera de la zona Champions, en una jornada que confirmó el carácter accidental de este campeonato. El Liverpool es líder, pero menos tras perder dos puntos en Newcastle (3-3), el Chelsea goleó al Southampton (1-5), y el Arsenal se impuso al United (2-0) en dos lanzamientos de córner.



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