Justin Bieber se ha llevado una ingrata sorpresa. El cantante canadiense, de 30 años, ha recibido una reclamación de 380.349 dólares (unos 350.300 euros, al cambio actual) por impagos en impuestos a la propiedad sobre su casa vacacional de 16,6 millones de dólares de Coachella Valley (La Quinta, California), que compró en 2023 junto a su mujer, Hailey Bieber (Arizona, 27 años). Se trata de la última propiedad adquirida por la pareja, que dio la bienvenida a su primer hijo el pasado mes de agosto —Jack Blues Bieber—, y está situada en la exclusiva comunidad Madison Club, cerca de Palm Springs y donde tienen de vecinos otras estrellas como Adele, Kris Jenner o Kourtney Kardashian. Sin embargo, los registros oficiales obtenidos por The US Sun revelan que los impuestos sobre la propiedad de esta mansión no han sido pagados en el plazo correspondiente. Según estos informes, la mitad de esos más de 380.000 dólares debían pagarse antes del pasado 12 de octubre ―cosa que no ha pasado― y la otra mitad antes del 10 de abril de 2025.
La abultada reclamación sale a la luz días después de que TMZ publicara que hace tiempo que el cantante de Baby o Sorry tiene problemas financieros. “Piensa que administraron mal su dinero y podría ser momento de emprender acciones legales [contra sus gestores]”, advirtió el medio estadounidense el pasado 23 de octubre. “Justin ha estado muy molesto durante varios años, alegando que ha perdido una tonelada de dinero como resultado de decisiones terribles tomadas por gestores financieros; no sabemos cuántos, pero sí sabemos que es más de uno”, explicaba TMZ. Al parecer, Bieber está decidido a demandar a esos gestores, pero su equipo está dividido sobre esa posible demanda, ya que no consideran que el canadiense, que tiene un patrimonio neto estimado en 300 millones de dólares ―en gran parte gracias a vender su catálogo de música por 200 millones de dólares a Hipgnosis Song Fund en 2023―, sea precisamente responsable con sus fondos.
Una fuente cercana al músico le dijo la semana pasada a Page Six que los gastos de la estrella del pop están “fuera de control” y que habitualmente derrocha dinero en aviones privados, casas y donaciones a iglesias. “Gasta cantidades astronómicas al mes. En un momento dado, ni siquiera podía conseguir una tarjeta de crédito”, confesó la fuente. “Justin está rodeado de mucha gente que no tiene en cuenta sus mejores intereses”, añadió.
El pasado 19 de junio, People ya confirmó que Bieber se había separado de su representante comercial, Lou Taylor ―también exgerente de negocios de Britney Spears o Sean Diddy Combs―, y había contratado como nuevo asesor financiero a Edward White, el mismo que tiene Johnny Depp ―y en 2022 testificó en la demanda por difamación de Depp contra la exmujer del actor, Amber Heard―. El músico canadiense conectó sus empresas (Bieber Time Touring LLC, Justin Bieber Brands LLC y Bieber Time Merchandise) con la empresa de Taylor, Tri Star Sports And Entertainment Group, en 2022. El pasado mes de mayo, sin embargo, la relación comercial llegó a su fin después de 18 meses. “Fue una transición mutua y sin problemas. Ya no era una buena pareja”, comentó una fuente a la revista estadounidense.
A día de hoy, según confirmaba este miércoles The US Sun, no se ha presentado todavía ninguna demanda. Este mismo medio también se ha puesto en contacto con John Hueston, representante de la compañía Tri Star, quien asegura que “Justin Bieber no está considerando tomar acciones legales” contra su empresa. “No hicimos nada malo en los breves 18 meses que lo representamos y él es consciente de ello. No estuvimos involucrados en ninguna supuesta factura de propiedad impagada”, afirma.
La firma que ha sustituido a Tri Star es Edward White & Co., fundada en 1976 por el propio White. La compañía, que recientemente se ha fusionado con la empresa de contabilidad Eide Bailly, ofrece servicios fiscales y de consultoría y tiene una lista de clientes que incluye a varias figuras de Hollywood, como el actor Jack Nicholson, así como los patrimonios de estrellas como la actriz y cantante Lena Horne.