Irene Paredes regresa a la selección. La capitana está en la lista de Jorge Vilda para los amistosos que España jugará frente a Noruega y la República Popular China, los próximos 6 y 11 de abril, última parada antes de la preparación para el mundial de Australia y Nueva Zelanda de este verano. Señal inequívoca de que Paredes, futbolista del FC Barcelona, abre el proceso de paz entre la Federación española y las jugadoras de la Roja, después del pleito que comenzó tras la Eurocopa, en verano de 2022, y que terminó con las cartas de 15 futbolistas, que solicitaban no ser convocadas a la selección: alegaban hechos que afectaban a sus “estados emocionales”. Paredes, de 31 años, no había mandado ningún mail. Sin embargo, había ejercido de portavoz en el momento en el que las jugadoras negociaban como grupo. Pero la unidad en el vestuario se rompió, al igual que la paciencia de la Federación. Paredes y las 15 futbolistas nunca más aparecieron por Las Rozas. Pero algo está cambiando en la Roja femenina. “El regreso de Irene es una buena señal”, celebran desde el vestuario del Barcelona. Ninguna otra futbolista, sin embargo, ha sido indultada.
El conflicto entre las jugadoras y la Federación se gestó antes de la Eurocopa. “No puede ser que valga ir en cualquier condición a jugar la Eurocopa. Porque lo que queremos no es jugarla, es ganarla”, se quejaba Alexia Putellas en una conversación junto a su madre y su tío, publicada en la docuserie de Amazon Prime. El problema, en cualquier caso, no era solo institucional. Ya concentradas en Inglaterra, por entonces con Putellas en la enfermería, en el seno de la Roja se repetía una frase: “Falta ambición en el cuerpo técnico”. Eliminada España, las diferencias eran inaguantables para las futbolistas. “Malos entrenamientos, mala gestión de vestuario, malos planteamientos de partidos”, subrayaba una de las jugadoras de la Roja. Las más disconformes, las azulgrana. “Nosotras sí sabemos lo que es ser profesionales”, se defendía una jugadora del Barça, campeona de la Champions en 2021.
La Federación señalaba a Aitana, Mapi León, Paños, Guijarro y Putellas cómo las líderes de la revuelta. Sin embargo, en aquel momento, el vestuario parecía unido y todas aceptaron que Irene Paredes tomara la voz en nombre del grupo para explicar el malestar a Luis Rubiales, presidente la RFEF. Pero en Las Rozas no están para pulsos. Mucho menos cuando consideran que la infraestructura que se le ofrece a la absoluta femenina es calcada a la del masculino. ¿La solución? Hablar una a una con las jugadoras. Fue entonces cuando se rompió la unión entre las futbolistas: no todas siguieron la línea que había marcado Irene Paredes. “La traicionaron”, protestaban en el vestuario del Barcelona. “Florentino Pérez les dijo a las jugadoras del Madrid que no se metieran en líos”, añadían las mismas fuentes.
Mientras Jorge Vilda, apoyado por Rubiales, se aferraba a su cargo, las jugadoras tomaron diferentes caminos. No es baladí ni mucho menos caprichosa la decisión de la federación de sostener a su entrenador. “Todavía estamos esperando que las jugadoras nos expliquen cuáles son los motivos concretos de la protesta o de su disgusto. Las escuchamos a todas y no nos quedan claros. Todos los argumentos son ambiguos”, contraatacan desde Las Rozas.
La mayoría de “las 15″, como se conoce al grupo que envió el mail a la federación, se han arrepentido de la estrategia. Otras, en cambio, siguen fieles a sus convicciones. “Me joderá si no voy al Mundial, pero antes están mis valores”, expuso Mapi León en una entrevista a Mundo Deportivo. Aunque de cara a la galería todas han estado amparadas por las negociaciones de Futpro (sindicato de las futbolistas españolas), cada una (o en pequeños grupos, según sus agentes) intentó acercar posturas con la Federación. Paredes, escarmentada, fue por libre. Sabía, en cualquier caso, que su regreso abriría las puertas a sus compañeras. Esencialmente a la Balón de Oro Alexia Putellas (nada menos), pero también a algunas de las 15 (nada mejor). “Irene ha roto el hielo”, subraya, en privado, una futbolista del Barcelona. Las que quieren ir a Australia y Nueva Zelanda cruzan los dedos. Les queda, sin embargo, poco tiempo. El mundial está a la vuelta de la esquina.
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