Iago Aspas, los cromos de sus hijos y el inexistente plan b de Luis Enrique en Qatar | Deportes



Durante la Copa del Mundo de Qatar, Iago Aspas comprendió que su hijo mayor, Thiago, de 6 años, ya entendía la trascendencia del fútbol y de su figura: “Conoce a muchos de mis compañeros. Tenía los cromos del Mundial, cambiaba con los amigos. Ya se va dando cuenta de quién es su padre”, contó ayer el delantero en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas.

También durante el Mundial, mientras España sufría en octavos contra Marruecos —”estaba deseando que metiera gol la selección”—, Aspas comprendió el problema que cree que condujo al 0-0 y a la eliminación: “Con Luis Enrique, se tenía un modelo de juego muy muy marcado. Y para mí, desde el punto de vista de que en un futuro igual puedo ser entrenador, no teníamos plan b. Y cuando se atascaba el plan a, no había el plan b, otros registros de futbolistas para intentar darle la vuelta a esa situación”, explicó. Y añadió lo que pareció una leve disculpa con el seleccionador anterior: “Desde mi punto de vista, eh”.

El análisis de Aspas coincide con el que realizó la federación después del Mundial, cuyas conclusiones desembocaron en la salida de Luis Enrique y en la promoción de Luis de la Fuente. De ahí parten también las ideas que han inspirado la primera lista de convocados de la nueva etapa y las jornadas de trabajo de estos días en el campo de entrenamiento de Las Rozas. Al espíritu del plantel convocado le puso letra también Aspas: “El míster trajo a los tres máximos goleadores nacionales. Si no hay gol, no sé qué se le puede pedir al míster. Joselu, Borja [Iglesias] y yo tenemos varios registros. No se ciñe solo a un plan como en la anterior etapa”, insistió.

También ha empezado por ahí el trabajo preparatorio de los dos primeros partidos de clasificación para la Eurocopa 2024, mañana contra Noruega en Málaga (20.45, La1) y el martes contra Escocia en Glasgow (20.45, La1). Ya desde la primera sesión del lunes, abierta al público y desarrollada en tono ligero y festivo. El único ejercicio desarrollado con balón fue una sucesión de ataques rápidos con aperturas a la banda y remates en el área ejecutados por Dani Olmo, Morata, Ceballos, Nico Williams, Oyarzabal y Mikel Merino.

De la Fuente ha comenzado por el ataque, en el que ayer perdió a Bryan Gil, lesionado. Parte del entramado defensivo inicial de la selección va destinado también a atacar mejor, y a atacar antes, a partir de una presión arriba en la que los laterales suben mucho. Ya con la pelota, Aspas parece tener en las pruebas de estos días un papel fundamental como segunda punta, o mediapunta, situado por detrás de Álvaro Morata. Buena parte del juego pasa por él, que en el Celta se ha retrasado también unos pasos, desde donde saca partido a su visión y pase.

Del sofá al centro de operaciones, después de casi cuatro años sin aparecer en el campo vestido de rojo. Aspas jugó su último partido con la selección en las Islas Feroe el 7 de junio de 2019: “Un recuerdo muy bonito, porque cada vez que juego con la selección tengo un bonito recuerdo. Creo que di una asistencia [a Navas] y ganamos 1-4, en un campo sintético. Y nunca había estado en las Islas Feroe”. Aquel fue el primer partido que dirigió Robert Moreno después de que tres meses antes Luis Enrique tuviera que abandonar de manera precipitada una concentración en Malta por la enfermedad de su hija.

Después de aquel día, Aspas no solo no volvió a jugar con la selección. Ni siquiera apareció de nuevo en una convocatoria hasta esta lista inaugural de De la Fuente. El regreso, ya con 35 años, tiene para él un significado profundo: “Yo jugué tres años en Segunda B, tres años en Segunda, debuté en Primera con 25 años… Para mí estar aquí es un premio, y no voy a dejar pasar la oportunidad”.

Cuando no la tuvo, lo sufrió: “Eran momentos difíciles. Sobre todo cuando llegaba la lista y veía que no estaba, y hacía las cosas bien en mi equipo…”, recordó. Se mostró comprensivo con que el anterior seleccionador escogiera a otros futbolistas —”Creía que otros compañeros eran los mejores”—, pero discrepó de alguna de las explicaciones que deslizó en su día el técnico para preferir a otros, como su insuficiente dedicación defensiva: “La verdad es que no estaba muy de acuerdo, y no tuve una charla con Luis Enrique para hablar de esto. No sé si me lo dijo explícitamente a mí. Yo en mi equipo tengo que correr como el que más. Los datos los puede ver cualquiera: hago más de 10 kilómetros por partido. Si no los demás equipos te aniquilan”.

También discutió la idea de que resultaba un problema que viniera de un club, el Celta, donde el juego se desarrollaba alrededor de él: “Era un futbolista importante en mi equipo, pero cuando he venido en anteriores etapas a la selección, creo que soy un futbolista versátil. Puedo jugar en varias posiciones: por detrás del punta, en punta, en banda… Tengo varios registros a los que me puedo amoldar”, dijo. “A veces puede ser bueno, o puedes ser el suplente de todos, claro”, bromeó.

Con De la Fuente, esa flexibilidad supone una ventaja, como explicó el seleccionador el día que anunció su lista. Buscaba futbolistas capaces de variar el plan en función de las circunstancias del partido. Lo que Aspas cree que no sucedió, ni era posible, contra Marruecos.

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