El mundo no se va a parar por las políticas arancelarias de Donald Trump, ni mucho menos los mercados financieros. El mensaje Guillaume Menuet, director de estrategias de inversión para Europa de la división de banca privada de Citi, es optimista para 2025. El experto confía en que nada hará descarrilar el escenario de crecimiento y menor inflación que contempla la firma y que será caldo de cultivo propicio para los activos de riesgo. Menuet recomienda sin dudarlo estar invertido el próximo año. “Somos realistas. Las recesiones a nivel global son muy poco frecuentes. Hay que estar invertido. Si te pierdes los diez días más alcistas, la rentabilidad de la cartera se puede reducir a la mitad”, asegura en una entrevista online con Cinco Días.
Pregunta. ¿Cómo puede influir la política de Donald Trump en Wall Street? ¿Hay riesgo de que pueda llegar a pinchar el rally con medidas inflacionistas?
Respuesta. Somos bastante constructivos sobre la dirección del mercado financiero, pensamos que lo más importante de todo será lo que pase con el coste de financiación en dólares y lo más probable es que la inflación vaya en descenso. Cuando la balanza entre el crecimiento y la inflación se inclina hacia el crecimiento, es positivo para los activos de riesgo. Esperamos un dólar más débil, una inflación más baja y recortes de tipos en EE UU.
P. ¿Por qué un dólar más débil?
R. Cierto que si quieres atraer capital a EE UU, no es con un dólar más débil. La tensión comercial sí puede ser positiva para el dólar. Creo que Trump va a alcanzar acuerdos en muchos ámbitos, habrá muchas negociaciones y se harán algunas concesiones. Y que el común denominador para EE UU será vender más, como va a suceder por ejemplo con la energía a Europa. Cuando el dólar está fuerte, es por dos motivos: porque se convierte en refugio cuando las cosas van mal o porque EE UU se comporta de forma excepcional en términos de crecimiento y tipos de interés. El entorno de un dólar más débil que vemos para la segunda mitad de 2025 o 2026 es porque pensamos que la economía estadounidense se está desacelerando lentamente. La brecha entre EE UU y el resto del mundo en cuanto a crecimiento va a ser menor en 2025 y 2026 frente a lo sucedido en los dos últimos años.
P. ¿Qué espera para los tipos en EE UU? ¿Cree posible que no haya recortes este año?
R. La Fed ha mandado un mensaje realista, de recorte de tipos de medio punto, al entorno del 3,75%, que es quizá un nivel algo más alto de lo que debería ser el tipo de interés neutral. Es un nivel razonable en un entorno de normalización de la inflación a nivel mundial, en el que las importaciones se harán también a un precio más bajo. Esperamos entre dos y tres recortes de tipos en EE UU en 2025 y que el bono a 10 años se sitúe en el 4,75%. Pero es un escenario incierto.
P. Es optimista con el impacto de las políticas de Trump, ¿cuál es su escenario base para los aranceles?
R. Depende de lo que entendamos por guerra comercial. Yo hablaría más de una guerra fría, que es lo que se da por hecho. El foco estará en China, aunque la amenaza está sobre la mesa, como ya se ha visto con los anuncios sobre Canadá y México. Pero lo más probable es que haya concesiones por parte de los socios comerciales, con el fin de evitar el aumento de los aranceles. Para Europa, la cuestión estará en la energía y la defensa, quién sabe si no habrá un acuerdo con EE UU para aumentar el gasto en defensa. No creo que vayamos a ver una tarifa plana en aranceles a escala global. Habrá meses de negociaciones y los primeros acuerdos comerciales podríamos verlos en la segunda mitad de 2025. Y no podemos estar fuera del mercado a la espera de que se conozcan esos acuerdos. Ahora la recomendación que hacemos es que los gigantes de la Bolsa de EE UU están caros, con lo que si se quiere exposición a EE UU hay que buscar empresas de menor tamaño, más centradas en el negocio doméstico y menos expuestas a las tensiones comerciales.
No esperamos una tarifa plana en aranceles a escala global. Los socios comerciales harán concesiones a EE UU para evitar el alza de los aranceles”
P. Los sectores que les gustan se concentran en EE UU, como biotecnología, equipos médicos, defensa… ¿Hay oportunidades en la Bolsa europea?
R. Me sorprendería si dentro de un año, hablando de las perspectivas para 2026, la posición del mercado en Bolsa de fuera de EE UU no se ha incrementado. Creo que las valoraciones van a ser un elemento más importante en las decisiones de los inversores. Cuanto más suba la Bolsa de EE UU, más problemático puede ser para una ganancia marginal. Las grandes compañías están muy caras, algunas de ellas puede que desconectadas de la expectativa de su trayectoria de beneficios. Ahora la sobreponderación que tenemos para la Bolsa fuera de EE UU es sobre todo Brasil, que está muy barata, y también para Asia, excluyendo China. En 2020, EE UU era el principal socio comercial de los países de América del Sur y Asia. Pero en 2023 y 2024, ahora es China el principal socio comercial de Brasil, Argentina, Australia, Japón… EE UU puede poner aranceles al resto del mundo pero China no va a elevar tarifas al resto del mundo. Hay que ser realistas, EE UU es la mayor economía del mundo, con un impacto en los mercados globales, pero el crecimiento mundial no va a pararse porque Trump ponga aranceles al comercio. A menos que sean muy agresivos y se implementen muy rápido, no creo que los aranceles vayan a interrumpir la trayectoria de la economía mundial.
P. ¿Por qué les gusta Brasil?
R. Es un mercado extremadamente atractivo por valoración, cotiza a menos de ocho veces beneficios. Va a haber muchos inversores mirando de nuevo hacia los mercados emergentes. ¿Por qué no tomar entonces exposición a un mercado barato y que ha caído en 2024? El mercado brasileño se va a recuperar por su atractiva valoración y por los fundamentales de su economía, creemos que es una oportunidad para el medio plazo.
P. También tienen exposición a la industria de los criptoactivos, en concreto a las compañías que contribuyen a su desarrollo.
R. No tenemos una posición en el bitcoin por sí mismo sino en la tecnología blockchain. La administración Trump va a dar un impulso a esta infraestructura. No sabemos cuánto tiempo vamos a tener esta posición pero sí vemos potencial de subida en la primera mitad de 2025. Por un lado está la tecnología, que es una tendencia imparable, pero también hay historias cíclicas atractivas para este año, como la banca. También vemos potencial de subida en el sector financiero, queda margen tras el alza posterior a la victoria de Trump, y la petición de créditos y la actividad de fusiones y adquisiciones va a aumentar. Además, con el incremento de la riqueza financiera gracias a la buena marcha de los mercados, los gestores de activos podrían ingresar más comisiones. Y en este entorno, con crecimiento y una menor regulación, los bancos van a ser más rentables.
P. Con el impulso a los criptoactivos que se espera de Trump, ¿es momento para aconsejar la compra directa de bitcoin?
R. No estamos cerca de hacer nada de eso, es demasiado volátil. Algunos de los clientes tienen exposición a criptoactivos y debatimos con ellos que esa exposición tiene que ser pequeña. La idea no es jugar en el casino, que es lo que me parecen algunas criptodivisas, extremadamente volátiles. Y la regulación puede tener negativas consecuencias en muchas de ellas. Nos gustan los activos que generan ingresos, dividendos, pagos de cupón…No creo que tenga sentido invertir en criptomonedas, hay opciones mejores con mucho menor riesgo. Ni siquiera tenemos exposición al oro. Así que si no tenemos exposición al oro, no creo debamos tenerla en criptoactivos. Si analizas el oro en dólares en términos reales, ajustado por la inflación, está al nivel más caro de los últimos 50 años. Si el mercado va a inclinarse por el riesgo y la inflación no da sustos, no creo que el oro tenga mucho más recorrido.