El presidente de CaixaBank, Jose Ignacio Goirigolzarri, presentará este miércoles su dimisión como presidente del primer banco del mercado español. El ejecutivo, que debía renovar su cargo en la próxima junta de accionistas, da un paso atrás en plena presión del Banco Central Europeo (BCE) contra el modelo de gobernanza de los bancos españoles, por la presencia de presidentes ejecutivos en detrimento de los poderes de los consejeros delegados, y cuatro años después de la fusión de Bankia y CaixaBank.
El banquero presentará su renuncia en el consejo de administración que el banco celebrará este miércoles, según ha adelantado La Vanguardia. Si bien se prevé que su salida no sea inmediata, el banco previsiblemente dará a conocer este miércoles el nombre de su sustituto.
El banco cuenta con un consejo de administración formado por 15 miembros. Entre las opciones barajadas está potenciar a un ejecutivo del banco. Tomás Muniesa ejerce actualmente como vicepresidente, si bien es uno de los consejeros designados por la Fundación La Caixa, que es el primer accionista del banco, con el 31%. Será relevante también el papel del Estado a través del FROB, que tiene el 18% del capital heredado del rescate a Bankia.
El movimiento de Goirigolzarri refuerza el papel de Gonzalo Gortázar, consejero delegado del banco, y en esencia primer ejecutivo, dado que las funciones ejecutivas del banquero vasco estaban ya muy mermadas. CaixaBank y Bankia pactaron en 2020, con su fusión, un reparto de poderes según el cual el consejero delegado de la antigua Cajamadrid, Goirigolzarri, asumía el puesto de presidente ejecutivo, con mando sobre comunicación, auditoría interna y la organización de las comisiones, si bien no formaba parte del comité de dirección. Gortázar, procedente de CaixaBank mandaba sobre el resto y reportaba directamente al consejo de administración.
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