La política está en plena efervescencia, a medida que las elecciones en todo el mundo modifican radicalmente el panorama político y crean nuevas alianzas. En algunos países, el poder pasa de un partido a otro. En otros, el poder se consolida cada vez más firmemente. En Europa, los nuevos Comisarios tomarán posesión de sus cargos el 1 de diciembre. Entre ellos está Andrius Kubilius, que será el Comisario Europeo de Defensa y Espacio. El torbellino reafirma la importancia de que Europa se una en el espacio para reforzar su economía y aumentar su influencia mundial.
La innovación es la piedra angular de la prosperidad, pero a Europa le ha costado igualar el ritmo de sus competidores mundiales, dejando a mucha gente con la sensación de haberse quedado atrás. Europa debe perseguir un crecimiento económico integrador, centrado en la competitividad sostenible, la seguridad económica, la autonomía y la competencia leal, como señalaba el ex primer ministro italiano Mario Draghi en su reciente informe sobre competitividad. En él recomienda que Europa utilice el espacio para impulsar el crecimiento y abordar desafíos esenciales, contribuyendo a restaurar la prosperidad y la posición de Europa en el mundo.
Europa destaca en ciencia espacial, observación de la Tierra y navegación. La Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés), colabora estrechamente con la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio estadounidense (NASA, por sus siglas en inglés) en misiones internacionales como el telescopio espacial James Webb. La ESA cuenta con misiones europeas propias de primer orden, como el telescopio espacial Euclid. Estoy seguro de que sus detallados mapas de la energía y la materia oscuras garantizarán futuros premios Nobel.
Europa ha demostrado su valía en programas como Copernicus, el mayor sistema mundial de observación de la Tierra para detectar y mitigar el cambio climático, y Galileo, un programa de navegación por satélite más preciso que el GPS estadounidense. Estos sistemas espaciales han impulsado industrias que van desde la agricultura de precisión al reparto de paquetes. Pero debemos hacer más para impulsar el éxito económico de Europa.
Durante más de 50 años, la ESA ha liderado la I+D europea en el sector espacial y ha fomentado una industria espacial dinámica. En las últimas décadas, el organismo ha colaborado cada vez más con la Unión Europea (UE). Celebro el firme liderazgo del nuevo Comisario. Apoyo su petición de aumentar la financiación en el próximo marco financiero plurianual de la UE, cuya duración prevista es de siete años a partir de 2028. Mientras la ESA prepara sus propuestas para las próximas decisiones trienales de financiación en noviembre de 2025, debemos trabajar de forma holística para alinearnos con los planes de la UE. Es más, Europa no debe limitarse a imitar lo que Estados Unidos, China e India hacen en el espacio compitiendo para llegar a la Luna; el objetivo único de Europa es utilizar el espacio para mejorar la vida en la Tierra.
Según un informe sobre la preparación civil y militar de Europa publicado recientemente por el expresidente de Finlandia, Sauli Niinisto, debemos reforzar los vínculos entre las industrias espacial y de defensa. Europa debe tener la tranquilidad de que el marco jurídico y de seguridad de la ESA ofrece las condiciones y garantías necesarias para emprender actividades y programas de doble uso y relevantes para la seguridad, si así lo ordenan sus Estados miembros y la UE. De hecho, la ESA desarrolló la señal segura utilizada en el sistema de navegación Galileo, y nuestros ingenieros trabajan ya en encriptación cuántica, ciberseguridad y comunicaciones gubernamentales seguras.
Para impulsar la innovación y el crecimiento económico, Europa necesita atraer más financiación privada y pública para el espacio. Esto podría lograrse aprovechando la larga experiencia de la ESA y su consolidada red de centros de incubación de empresas. El organismo podría trabajar con la UE para establecer una red única y conjunta de inversores espaciales en Europa que redujera las barreras de entrada para el capital riesgo y los fondos de inversión privados, como se sugiere en el informe Draghi.
Para triunfar como una Europa unida, debemos garantizar que las normativas están bien coordinadas y que son proporcionadas. La nueva legislación espacial de la UE brinda una enorme oportunidad para sostener y reforzar la competitividad del sector espacial europeo. Para aumentar la sinergia, evitar la duplicación y reducir las cargas reglamentarias y administrativas ―como recomienda el informe Draghi―, la legislación espacial debe basarse en los conocimientos, los instrumentos, los procesos y las competencias existentes. La ESA tiene una enorme experiencia práctica que ofrecer y está dispuesta a ponerla sobre la mesa, como socia y amiga.
Por otra parte, la ESA está transformando su forma de trabajar para ser más ágil, más rápida y menos burocrática, manteniendo al mismo tiempo unos altos niveles de calidad y una plena responsabilidad financiera. La ESA reducirá a la mitad el tiempo que se tarda en firmar un contrato con una empresa espacial y recortará drásticamente los trámites burocráticos relacionados con las revisiones técnicas de los proyectos y la contratación de nuevos talentos. Adoptará un estilo de gestión de proyectos práctico e iterativo, centrado en los resultados más que en la documentación.
Por último, para impulsar la prosperidad europea, la ESA debe encontrar el equilibrio óptimo entre competencia y cooperación. La política de adquisiciones de la ESA da prioridad a la competencia, al tiempo que garantiza que los países que invierten en el espacio obtienen una rentabilidad por su inversión. El informe Draghi recomendaba suprimir este elemento de georrentabilidad. Sin embargo, la política ha creado experiencia en países que antes carecían de una industria espacial competitiva. Ha aumentado la resiliencia europea. Ha impedido la aparición de monopolios. Y ha atraído grandes sumas de financiación pública para importantes programas espaciales. Recientemente, el planteamiento de la ESA ha evolucionado para dar a las empresas más flexibilidad a la hora de crear consorcios, independientemente de dónde tengan su sede. Ahora estamos probando su éxito, y seguimos abiertos a nuevas reformas.
A medida que el mundo gira sobre su eje –y se vuelve cada vez más complejo desde el punto de vista geopolítico– se observa desde el espacio. En la Tierra, el espacio no solo es vital para la vida cotidiana, desde los servicios de emergencia hasta la banca, sino que también es crucial para crear innovación y riqueza. Debemos evitar la fragmentación de las mentes, la inteligencia, los presupuestos y las ambiciones europeas. Para que Europa prospere en el nuevo orden mundial, debemos unirnos en el espacio.
Josef Aschbacher es director general de la Agencia Espacial Europea.