Para un país como Malaui, los impactos del cambio climático no son nuevos. Ciclones como Gombe, Idai, Ana y Freddy han sido catastróficos en el país en los últimos años. Este último, en marzo de 2023, causó 676 muertos y más de 500 desaparecidos, dejó sin hogar a más de 650.000 personas y destruyó 202.095 tierras agrícolas, según el Departamento de Gestión de Desastres. Pero hay un grupo que sufre de forma desproporcionada estos fenómenos: las personas con discapacidad —50.000 fueron desplazadas por el ciclón, según el Consejo de Malaui para Asuntos de Discapacidad (MACODA)—. Muchas de ellas no reciben información accesible antes de la llegada de fenómenos extremos, y quedan desatendidas en las intervenciones posteriores.
“Tuvimos una lluvia torrencial persistente durante cinco días. No podíamos salir de casa ni hacer nada. El 14 de marzo de 2023, en plena noche, oí una gran explosión en la montaña cercana. No sabíamos que era una avalancha de lodo y arrasó nuestro pueblo, sepultando casas e hiriendo a mucha gente. Perdí a 23 familiares, incluida mi hija de nueve años”, cuenta Magret Makawa, agricultora de la aldea de Mtauchila, mientras no para de llorar. Las fuertes lluvias debidas a Freddy arrastraron un alud de lodo desde una montaña cercana que arrasó todo el pueblo, en el distrito meridional de Chiladzulo. La tragedia causó numerosos heridos, muertos y desaparecidos.
Para Makawa, que no puede caminar bien y necesita muletas para desplazarse, sobrevivir fue una odisea. Relata que la olvidaron por completo mientras todos se apresuraban a salvar sus vidas y las de los niños: “Gritaba, pero nadie podía oírme. La situación era mala. Las piedras me golpearon, pero por suerte me puse a salvo y me descubrieron por la mañana”. Aún no puede conciliar el sueño más de un año después. “Todavía me siento mentalmente inestable, y me atormentan pesadillas de lo que pasó aquel día”, asegura.
El Gobierno debe hacer un esfuerzo consciente para asegurarse de que también recibimos información sobre el cambio climático para prepararnos mejor
Magret Makawa, agricultora con una discapacidad motora
“Como personas con discapacidad, carecemos de información de alerta temprana ante catástrofes inminentes por el cambio climático”, lamenta. “Creo que el Gobierno debe hacer un esfuerzo consciente para asegurarse de que también recibimos información sobre el cambio climático para prepararnos mejor”, afirma. “Hay personas con discapacidad visual que no pueden leer la información escrita, e incluso hay quienes no pueden oír. El ciclón hizo que perdieran sus audífonos y objetos de valor que les ayudaban en su vida diaria”, pone como ejemplo.
Según el Banco Mundial, “las personas con discapacidad representan el 16% de la población mundial y se enfrentan a formas generalizadas de marginación social y económica”. Según el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola, se prevé que para 2050 unos 18 millones de personas con discapacidad se vean desplazadas por fenómenos climáticos. El Banco Mundial destacaba, en un informe en 2023, cómo el cambio climático aumenta los riesgos para las personas con discapacidad en países en desarrollo, y cita un estudio según el cual “la tasa de mortalidad de personas con discapacidad en catástrofes naturales es hasta cuatro veces superior a la de las personas sin discapacidades”. “Un aspecto crítico de la adaptación al cambio climático es que la planificación tenga en cuenta la discapacidad”, advierte el Banco Mundial.
Dyson Malaya, de 57 años, procede de la Autoridad Tradicional de Ndamera, en Nsanje, en el sur del país, una de las zonas que más sufre los estragos del cambio climático. El desastre del ciclón Freddy dañó su silla de ruedas, y le impide seguir con sus actividades cotidianas. “Debido a las lluvias, mi casa se derrumbó. Tuve que gritar muy fuerte para que me oyeran. No fue fácil, pero por suerte algunas personas me llevaron a un lugar más seguro. Sin embargo, cuando visité la casa por la mañana, encontré mi silla de ruedas dañada, así como algunos audífonos arrastrados por el agua”, recuerda.
“A día de hoy, sigo sufriendo las consecuencias, porque ya no puedo trabajar como lo hacía antes. Me dedicaba a la pesca, pero ahora me resulta difícil. No puedo recorrer largas distancias porque mi triciclo está dañado y no funciona bien”, dice. Malaya pide al Gobierno y a las ONG que redoblen sus esfuerzos para garantizar que las personas con discapacidad tengan información sobre el cambio climático para poder tomar decisiones.
Crisis humanitaria en ciernes
Sin embargo, el director ejecutivo de la Federación de Organizaciones de Discapacitados de Malaui (FEDOMA), Simon Munde, afirma durante una entrevista que no se han puesto en marcha estrategias adecuadas y eficaces para garantizar que las personas con discapacidad estén incluidas en la preparación ante desastres, el desarrollo de la resiliencia o las medidas de recuperación.
Esta exclusión no es solo un descuido, sino una crisis humanitaria en ciernes, opina Munde, para quien la falta de medidas de acción positiva para garantizar la accesibilidad de la información, la comunicación, la infraestructura y la ayuda a las personas con discapacidad revela una cruda realidad: que las estrategias de adaptación climática de Malaui están fallando a la mayoría de la población vulnerable.
“El Gobierno, las ONG y las agencias internacionales no suelen reconocer los peligros y riesgos a los que se exponen las personas con discapacidad durante las catástrofes climáticas”, dice. Esta falta de prioridad ha incrementado las protestas de las comunidades de personas con discapacidad, lo que ha provocado que algunas no hayan sido tenidas en cuenta en la distribución de ayuda de emergencia.
“Creemos que también es necesario capacitar a las personas con discapacidad en cuestiones relacionadas con el cambio climático para que estén bien informadas y puedan tomar decisiones con conocimiento de causa”, explica Munde, pero según él, solo lo hace FEDOMA con sus afiliados. “Sin embargo, los efectos del cambio climático se sienten más sobre el terreno, en las comunidades”, dice, e insta al Gobierno y a las ONG a garantizar que las personas con discapacidad participen en la toma de decisiones sobre cuestiones relacionadas con el cambio climático.
El director general del Consejo de Malaui para Asuntos de Discapacidad (MACODA), George Chiusiwa, coincide en que queda mucho trabajo por hacer en el país. “Se necesitan políticas más integrales que aborden explícitamente las necesidades de las personas con discapacidad, que garanticen que se escuchan sus voces y que se defienden sus derechos en la planificación de las catástrofes y en las estrategias de respuesta”, asegura. Esto incluye garantizar la inclusión de la discapacidad en los presupuestos y la financiación de la gestión del riesgo de catástrofes.
Iniciativas de inclusión
“Hemos puesto en marcha varias iniciativas destinadas a promover la inclusión de las personas con discapacidad en las estrategias de preparación ante catástrofes”, explica Chiusiwa. Por ejemplo, “sesiones de formación para las autoridades locales de gestión de catástrofes y los líderes comunitarios para concienciar sobre las necesidades específicas de las personas con discapacidad durante la planificación y respuesta”.
Por su parte, el responsable de Relaciones Públicas del Departamento de Asuntos de Gestión de Desastres (DODMA) de Malaui, Chipiliro Raymond Khamula, dice en entrevista telefónica que el departamento ha hecho esfuerzos para dar prioridad a las comunidades más vulnerables del país. Esto incluye, según Khamula, a las personas con discapacidad, los ancianos y las familias encabezadas por menores. “Recientemente, el departamento ha implicado a organizaciones de personas con discapacidad en la elaboración de mensajes de gestión del riesgo de catástrofes y de alerta temprana que incluyan a estas personas y estén en consonancia con los retos a los que se enfrentan”.
Khamula asegura que el departamento se ha comprometido a garantizar “que nadie se quede atrás en todas las etapas del ciclo de gestión de riesgos de desastres y la creación de resiliencia ante los desastres debidos al cambio climático”.