Morder la mano que te da de comer suele ser una mala estrategia, pero quizá Elon Musk tenga mayor tolerancia al riesgo. Pese a que sus principales negocios se han beneficiado de forma notable de las políticas e inversiones del Gobierno de Biden, ha hecho de las elecciones una victoria obligada. Una victoria de Donald Trump le daría probablemente un inmenso poder en la sombra, incluso en beneficio de sus empresas. Pero un triunfo de Kamala Harris pondría en peligro sus lucrativos contratos públicos.
Al hacer campaña con celo a favor de Trump, Musk puede aparecer como un forastero deseoso de hacerse un hueco en la política del país, como otras firmas que buscan ganar influencia. Pero SpaceX tiene un contrato de 1.800 millones de dólares con la NASA. Sus negocios de baterías y energía solar dependen en gran medida de créditos fiscales impulsados por Biden y apoyados sobre todo por los demócratas. Y el negocio de Tesla se ha visto impulsado por el crédito fiscal al consumo de 7.500 dólares que los republicanos pretenden eliminar. Sobre el papel, parece que Musk tiene más que perder con Trump que lo que puede ganar.
Pero al apoyarle con vehemencia, el multimillonario podría compensar las posibles pérdidas políticas, ejerciendo como el poder en la sombra. Musk dice que utilizaría un hipotético puesto al frente de un Departamento de Eficiencia Gubernamental para presionar a Trump en la concesión de la aprobación regulatoria para los vehículos de autoconducción –básicamente, cambiando un contrato gubernamental legal por un acuerdo secreto. El republicano también podría dar más libertad a Musk a la hora de desarrollar productos de IA, que los demócratas han mostrado más interés en regular.
Un reportaje del WSJ, según el cual Musk ha estado en contacto frecuente con Vladimir Putin desde 2022, oscurece el panorama. Starlink juega un papel crucial en la guerra de Ucrania, y Musk, supuestamente, tiene autorización de seguridad de alto nivel. Aunque sus empresas afrontan ya un importante escrutinio normativo, las futuras Administraciones demócratas tendrán que valorar si confiar en sus servicios presenta un riesgo inaceptable. Su uso de la red social X lo convierte en un objetivo para la regulación. Aunque es probable que sus negocios de renovables sigan teniendo éxito, está en juego la expansión de su imperio.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías