“¿Quién es el jefe?”. La pregunta de Alejandro Luzón, fiscal jefe de Anticorrupción, resonaba este lunes en una sala del Tribunal Supremo. Va dirigida al comisionista Víctor de Aldama, sentado por primera vez ante el magistrado instructor Leopoldo Puente, que ha asumido la parte del caso Koldo centrada en José Luis Ábalos, exministro de Transportes de Pedro Sánchez (PSOE). Según fuentes jurídicas presentes en la declaración, el empresario no duda ante esa cuestión: “Ábalos”, responde Aldama, que trata así de contrarrestar la estrategia desplegada por el ex secretario de Organización socialista el pasado jueves, cuando también compareció ante el juez y negó su implicación en la supuesta trama corrupta que anidó en la Administración para conseguir adjudicaciones mediante el pago de comisiones. Este martes, el exasesor de Ábalos, Koldo García, tiene la oportunidad de inclinar la balanza hacia un lado u otro. Aunque, de momento, ha mostrado un gran respaldo a su exjefe.
Tras los sucesivos interrogatorios a Aldama y el exministro, la expectación se cierne sobre Koldo García, que debe declarar este martes ante Puente. Cuando Ábalos se desentendió de la trama la pasada semana, dijo que apenas se relacionaba con Aldama y que era su exasesor quien había estrechado vínculos con el comisionista. Este lunes, sin embargo, el empresario ha dibujado en el Supremo un escenario distinto y, durante tres horas, ha insistido en que no solo se manejaba de tú a tú con el asistente, sino también con el propio ministro. De esta forma, el supuesto cabecilla de la trama, que ha confesado su participación en las irregularidades tras alcanzar un pacto con la Fiscalía, ha disparado de nuevo contra el exresponsable de Transportes.
Tras conocerse detalles de la declaración de Aldama de este lunes, funtes del entorno de Ábalos han rechazado sus acusaciones y niegan que el exministro cobrara dinero en efectivo, ni ninguna otra contraprestación a cambio de adjudicar contratos a determinadas empresas. Estas fuentes aseguran que el exdirigente socialista no conoce el origen o a qué se refieren las notas manuscritas que ha presentado Aldama al juez, y aseguran que Ábalos, como ministro, nunca conoció los expedientes por adjudicaciones de obras, de los que se ocupaban otros cargos del ministerio.
El exdirigente socialista, según estas fuentes, prevé presentar este martes en el Supremo un informe con contradicciones que ha hallado en la declaración de Aldama ante la Audiencia Nacional del 21 de noviembre, así como en el escrito que la defensa del empresario registró hace unas semanas en el tribunal y en el que incluía el listado de obras que, según él, fueron “preadjudicadas” a cambio de comisiones. Ábalos, según su entorno, contempla presentar otra documentación que no está en la causa y que considera relevante, como el informe de fiscalización del Tribunal de Cuentas que no encontró irregularidades en el proceso de adjudicación de las mascarillas.
Esta son algunas claves de esta declaración de Aldama en el Supremo:
“Pedían por todo”. Como ya afirmó en la Audiencia Nacional el 21 de noviembre, cuando confesó por primera vez, Aldama ha asegurado que entregó cientos de miles de euros en mordidas a la dupla formada por Ábalos y su asesor. “Pedían por todo”, ha llegado a resumir en un momento del interrogatorio ante el magistrado Puente, según han detallado fuentes jurídicas. El empresario ha afirmado que, desde 2019, hacía abonos a “futuro”: es decir, pagaba comisiones por adelantado para asegurarse adjudicaciones de próximas licitaciones, según su versión. Ante los recelos que esa afirmación ha levantado en el juez, el imputado ha defendido que era consciente del “riesgo” que suponía, pero que entendía que así se aseguraba que las conseguiría.
En este sentido, Aldama ha repetido que dio dinero en mano a Koldo García, parte del cual debía hacer llegar a Ábalos. Pero también ha añadido que hizo aportaciones de efectivo directamente al exministro. En concreto, según fuentes jurídicas, ha especificado que dio 170.000 euros al socialista, mediante siete presuntas entregas en efectivo —cuatro o cinco de ellas, en el propio ministerio—.
La oferta de las mascarillas. Aldama ha entrado de lleno en la trama urdida para conseguir los contratos de compraventa de material sanitario millonarios en lo peor de la pandemia, origen del caso Koldo. Según ha reiterado en el Supremo, él ejerció como “intermediario”: se enteró de las necesidades de Transportes y conocía a Juan Carlos Cueto, que se encuentra supuestamente detrás de la empresa Soluciones de Gestión, capaz de “financiar” la operación y tener “los contactos” necesarios en China para conseguir el suministro de las mascarillas. Esto permitió a Aldama ganar 5,5 millones de euros, que cobró a través de dos de sus empresas, MTM 180 Capital S. L. y Deluxe Fortune S. L., según ha admitido este lunes. Según fuentes jurídicas, ha hecho hincapié en que el ministerio tenía otras ofertas, pero que era un simple paripé para cubrir el expediente.
Las obras bajo sospecha. Durante su declaración en el Supremo, Aldama ha introducido nuevos datos que hasta ahora no había comentado ni en la Audiencia Nacional, ni en las dos entrevistas de radio que ha concedido, ni en el documento que su defensa presentó en el alto tribunal el pasado 4 de diciembre con supuestas pruebas para tratar de demostrar sus acusaciones contra el Gobierno de Sánchez. El empresario ha dicho este lunes que Koldo García y Ábalos le decían continuamente que una parte de las mordidas iba para el partido socialista, aunque no ha aportado documentación que lo respalde. Ha cifrado en tres o cuatro millones las mordidas supuestamente pagadas por constructoras a cambio de contratos públicos. Y ha calculado que estos montantes se corresponderían, de media, con el 1% o 1,5% del importe total de las adjudicaciones bajo sospecha.
La tesis de Aldama es que las constructoras pagaban comisiones por obras preadjudicadas por Transportes. Una teoría que la actual cúpula del ministerio ha refutado. El actual responsable de la cartera, Óscar Puente, encargo dos informes internos para analizar los contratos denunciados por el empresario, enumerados en un listado remitido al Supremo el 4 de diciembre. Pero estos informes de Transportes concluyen que no se han detectado irregularidades. Aun así, según fuentes jurídicas, el comisionista ha persistido este lunes en que ese listado de obras que envió al tribunal se lo entregó Koldo García y que cree que las anotaciones que contienen son del asesor o de Ábalos.
El comisionista ha señalado igualmente a Javier Herrero, quien fuera director general de Carreteras. Según su versión, tenía mucha relación con él y trataban licitaciones y adjudicaciones.
Otros cargos del PSOE. Las acusaciones de Aldama se han extendido a otros altos cargos socialistas, ya mencionados anteriormente por él. Según fuentes jurídicas, el empresario ha vuelto a apuntar a Ángel Víctor Torres, ministro de Política Territorial y expresidente de Canarias. El comisionista dice que Koldo García le pidió 50.000 euros para el exjefe del Gobierno de las islas y, para tratar de reforzar su imputación, ha subrayado que vio pantallazos de mensajes que le enseñó el asesor de Ábalos. Paralelamente, Aldama ha recalcado que costeó, al menos, tres pisos para reuniones de distinta índole, a los que acudieron personas del entorno del Ejecutivo central. En uno de ellos, alquilado a través de la plataforma Airbnb, siempre según su versión, estuvo Torres. El ministro ha negado todas estas acusaciones.
Sin aportar pruebas, Aldama también ha arremetido contra Carlos Moreno, jefe de gabinete de la Ministra de Hacienda, al que asegura que le dieron 25.000 euros por el aplazamiento de una deuda, pero sin aportar pruebas. Y contra Santos Cerdán, al que acusa de pagarle 15.000 euros en un sobre y de imponer un “cupo vasco”: es decir, tener pactos para cobrar comisiones por obras en esta autonomía —ha sacado ahí el nombre de Acciona—. Estas acusaciones ya las hizo en la Audiencia Nacional y el juez Ismael Moreno pidió a la Guardia Civil comprobar los extremos de sus afirmaciones, después de que lo solicitara la Fiscalía. El empresario ha dicho este lunes que también tuvo conversaciones con la exministra Reyes Maroto, para tratar de probar así su capacidad de influencia en Gobierno.
Piso para la pareja. En el interrogatorio de este lunes también se ha preguntado a Aldama por el alquiler de un piso para una mujer que fue pareja de Ábalos, Jéssica R. G. El empresario ha asegurado que fue Ábalos quien le pidió que pagara ese alquiler. Según ha explicado, se lo reclamó durante una cena y él aceptó. El empresario ha comentado que también le pagó los estudios a esa misma mujer.
La guerra de las acusaciones. En la declaración de Aldama, como ya ocurriera la semana pasada en la de Ábalos, no han podido estar presentes seis de las siete acusaciones populares personadas en la causa. El juez solo permite la entrada del PP a los interrogatorios, a quien ha designado representante de todas por ser la primera que se personó. Las acusaciones han recurrido la decisión y una de ellas, la asociación Liberum, ha presentado una queja en el Consejo General del Poder Judicial. Sus representantes jurídicos se presentaron este lunes en el tribunal para intentar entrar y no se les permitió el acceso.
Puente desprecia las supuestas pruebas aportadas por Aldama
El ministro de Transportes, Óscar Puente, ha vuelto a restar importancia a las supuestas pruebas aportadas por Víctor de Aldama este lunes al juez instructor. En una publicación en la red X, Puente se refiere a seis obras supuestamente adjudicadas a cambio de mordidas que aparecen en un papel manuscrito y que ha entregado el comisionista en el Tribunal Supremo. “Este papeluco parece la superprueba que hoy a aportado Aldama”, señala el titular de Transportes, que especifica que una de ellas sigue sin licitar, que otra se corresponde con una etapa posterior al paso de José Luis Ábalos por el ministerio, que tres eran la oferta económica más baja y que otra era la oferta mejor puntuada.