Los jueces del Tribunal Supremo de Estados Unidos parecen inclinarse por respaldar que los Estados puedan imponer requisitos de verificación de edad para acceder a los sitios webs con contenidos pornográficos. El asunto se debatió este viernes en una vista en la que la patronal de las empresas pornográficas y otras asociaciones recurrían una ley de Texas que impone esa comprobación por considerar que suponía un ataque a la libertad de expresión.
Los jueces también mostraron algunas preocupaciones sobre el impacto en la libertad expresión y es posible que no validen de forma inmediata la ley, sino que exijan a los tribunales inferiores un examen más exigente de los requisitos que impone son constitucionales. La sentencia del caso, Free Speech Coalition contra Paxton, no se conocerá previsiblemente hasta junio. Un total de 19 Estados han aprobado leyes similares como parte de una ofensiva conservadora contra el acceso de menores a la pornografía.
Las fronteras entre la libertad de expresión, la pornografía y la obscenidad tienen una larga tradición en el Tribunal Supremo de Estados Unidos. Ante las dificultades para trazar los límites entre los contenidos sexuales y la pornografía dura, el juez Potter Stewart dejó en 1964 un criterio para la posteridad: “La reconozco cuando la veo”, escribió en una sentencia, descartando que la película Los Amantes de Louis Malle debiese ser censurada. Los últimos precedentes, de 1997 y 2002, respaldaban que no podía imponerse una carga excesiva a los adultos para acceder a contenidos protegidos por la libertad de expresión, ni siquiera con el objetivo de proteger a los menores.
La vista de este miércoles no ha dejado ninguna frase para la historia como la de Stewart, pero la sentencia de los jueces puede apartarse de su doctrina anterior, no solo por cómo ha cambiado la composición del Supremo (tiene una supermayoría de seis jueces conservadores frente a tres progresistas) sino también por cómo ha cambiado internet y la tecnología desde que se examinaron aquellos casos. “Estamos en un mundo completamente diferente”, señaló el conservador Clarence Thomas. “Playboy se trataba de líneas borrosas en la televisión por cable”, añadió.
Varios de los magistrados, especialmente los conservadores, dieron a entender con sus preguntas e intervenciones que están a favor de que los Estados puedan legislar para impedir el acceso de los menores a material pornográfico. “¿Pueden los sistemas de verificación de edad alguna vez ser considerados constitucionales?”, preguntó Thomas a Derek Shaffer, abogado de los recurrentes. Shaffer sostuvo que los jueces no necesitan cerrar la puerta a esa posibilidad, pero que la ley de Texas no contiene garantías que protejan la identidad de los usuarios.
El debate se centraba en una sentencia del Tribunal de Apelaciones del Quinto Circuito Judicial de Estados Unidos. Aquella sentencia respaldó la aplicación de la ley. La cuestión jurídica presentada ante el Supremo era si la ley de Texas debía someterse al principio de “escrutinio estricto”, por afectar a la difusión de contenidos protegidos por la libertad de expresión, o si bastaba una “revisión de base racional”, un examen más laxo que fue el que aplicó el tribunal inferior.
Algunos jueces sugirieron que lo apropiado era aplicar el escrutinio estricto, con lo que, formalmente, darían la razón a los recurrentes. Con ese principio, muchas leyes quedan anuladas, pero los magistrados han dejado entrever su impresión de que en este caso el requisito de verificación de edad podría resistir ese grado de exigencia. Una solución posible, por tanto, es que devuelvan el caso al Tribunal de Apelaciones y que este vuelva a validar la ley con ese nuevo parámetro.
También se puso de manifiesto la necesidad de hilar fino para evitar generalizaciones excesivas. “Me parece que hay posibles peligros de contagio en ambos sentidos”, señaló la jueza progresista Elena Kagan. “Uno es el peligro de propagación de que relajas el escrutinio estricto en un lugar y de repente el escrutinio estricto se relaja en otros lugares. El otro es el peligro de contagio es que si se considera que una ley claramente basada en el contenido no requiere un escrutinio estricto, de repente empiezan a aparecer más restricciones basadas en el contenido que no tienen que satisfacer un escrutinio estricto”, añadió.
Kagan sostuvo que si los Estados pueden regular el material obsceno en las tiendas y cines físicos de acuerdo con la jurisprudencia actual del Tribunal, debería haber una forma de trasladar esa norma al mundo de internet.
“Aquí hay una sensación de que el Estado debería poder proteger a los menores de algo de esto”, señaló la jueza conservadora Amy Coney Barrett a Derek Shaffer, abogado de los recurrentes. Shaffer ofrecía como alternativa el filtrado de contenidos. “La tradición en internet es decir que será libre y que corresponde a los padres filtrar los contenidos inapropiados para sus hijos”, sostuvo en la vista. El filtrado de contenidos “es ahora tecnológicamente mejor que nunca, más fácilmente disponible que nunca”, argumentó, señalando que las empresas, por ejemplo, lo aplican en los lugares de trabajo.
Esa alternativa no convenció a Barrett. “Los niños pueden conseguir pornografía en línea a través de sistemas de juego, tabletas, teléfonos, ordenadores”, le dijo. “En el filtrado de contenidos para todos esos dispositivos diferentes, puedo decir por experiencia personal que es difícil mantenerse al día. Y creo que la explosión de la adicción al porno online ha demostrado que el filtrado de contenidos no funciona”, argumentó. El juez Samuel Alito, también conservador, indicó en ese sentido que cualquier chico de 15 años sabe más de tecnología y de internet y de cómo saltarse los filtros que sus padres. “Hay un gran volumen de pruebas de que el filtrado no funciona. Hemos tenido muchos años de experiencia con ello”, aseguró.
Shaffer señaló que la ley permite a los menores acceder a pornografía a través de VPN que simulan que el usuario no se encuentra en Texas y de redes sociales y buscadores en los que menos de un tercio del contenido sea pornográfico.
“¿Discute usted el problema que tiene Texas con el acceso de los niños a la pornografía?”, le preguntó el juez conservador Brett Kavanaugh a Shaffer. “No discutimos el problema subyacente. Apoyamos los esfuerzos para resolver el problema siempre y cuando se adapten adecuadamente”, respondió el abogado.
La ley entró en vigor en septiembre de 2023. Pornhub y otras organizaciones demandaron a Texas, obteniendo inicialmente una orden judicial que paralizó su aplicación ese mismo mes. Sin embargo, el fiscal general de este Estado del sur, Ken Paxton, recurrió ante el Tribunal de Apelaciones del Quinto Circuito de Estados Unidos. Primero obtuvo una suspensión de la decisión judicial en noviembre de ese año, lo que le permitió hacer cumplir la norma. En marzo del año pasado, en una sentencia de 78 páginas, ese mismo tribunal anuló parcialmente la orden judicial original, dictaminando que los criterios de comprobación de la edad son constitucionales.
Para evitar las multas, los principales sitios web de pornografía, incluidos Pornhub, PornTube y YouPorn, han preferido bloquear a los usuarios de los Estados donde esas leyes están en vigor, en lugar de invertir en sistemas o servicios de comprobación de la edad. Muy pocos han implantado el sistema de verificación requerido.