El sondeo a pie de urna de la radiotelevisión pública sitúa al Sinn Féin como el partido más votado en Irlanda, pero sin opciones de gobernar | Internacional



Si el sondeo a pie de urna compartido por la televisión pública irlandesa, la RTÉ, y el diario Irish Times no se equivoca, el Sinn Féin, el partido vinculado durante décadas a la organización terrorista IRA, vuelve a estar en la misma posición de fuerza que hace cuatro años. Podría ser de nuevo el partido más votado en Irlanda, pero con una ventaja mínima y un porcentaje de apoyo (21,1%) muy similar al de los otros dos grandes partidos, el Fianna Fail (19,5%) y el Fine Gael (21%).

De confirmarse esos apoyos, en un sondeo que tiene un 1,5% de margen de error, el panorama parlamentario sería muy similar al actual. En estos momentos, el Sinn Féin cuanta con 33 diputados, el Fine Gael con 32 y el Fianna Fail con 35. Para poder gobernar en coalición, estos dos últimos partidos han tenido que apoyarse en Los Verdes.

Con el Parlamento actual, de 174 escaños (14 más, por el aumento de población), se necesitan 87 diputados —el presidente de la Cámara no vota— para alcanzar una mayoría. Es posible que, de repetir coalición, las dos formaciones deban buscar más apoyos.

Los resultados que arrojan las encuestas a pie de calle no difieren prácticamente de lo que venían anticipando las encuestas, y anticipan un largo fin de semana de recuento.

Cada circunscripción electoral tiene un centro —polideportivos, pabellones, espacios de convenciones y hasta hoteles— donde se envían las urnas de todos los colegios. A partir de las nueve de la mañana de este sábado (10:00, en horario peninsular español) comienza el recuento. Es un proceso complejo, en el que debe primero comprobarse que el número de papeletas en cada urna corresponde con la cifra anotada en el respectivo colegio.

Después del conteo de votos para cada candidato, se lleva a cabo un proceso matemático para ver quién alcanza escaño, que se completa después con las llamadas “transferencias”. Cada votante ha marcado su orden de preferencia de candidatos, para que se pierda el menor número posible de votos.

En las pasadas elecciones, celebradas en 2020, no se supo el resultado final hasta dos días después del cierre de los colegios.

Los votantes se inclinan por el centro

Tanto el Fine Gael como el Fianna Fail representan el centro político del país, en el que los ciudadanos irlandeses se han mantenido cómodos durante décadas. Tomaron la decisión inaudita, en 2020, de gobernar en coalición, para poner freno al auge de su enemigo común, el Sinn Féin, el partido que históricamente fue el brazo político de la organización terrorista IRA.

Hace cuatro años fue el más votado en cifras absolutas, aunque no en escaños. Su líder, la abogada dublinesa Mary Lou Macdonald, logró reconvertir la imagen de la formación, con un mensaje social, antisistema y muy volcado en la gran crisis que arrastra desde entonces el país: la escasez y carestía de la vivienda.

Harris disponía de un cómodo superávit presupuestario, con 37.000 millones de euros recaudados de las grandes empresas tecnológicas, que eligieron hace ya años a Irlanda como su sede social en Europa gracias a un generoso impuesto de Sociedades del 12,5%. A esa cifra había que añadir los 14.000 millones más que Apple tuvo que entregar al Gobierno irlandés por imposición de la justicia europea, que consideró que las exenciones fiscales aplicadas a la empresa eran ayudas de Estado encubiertas.

Pero justo en la misma jornada electoral el Gobierno accedía finalmente a publicar la última cifra de personas sin hogar que hay en Irlanda: 14.966. Hace cuatro años, cuando se formó la coalición entre Fine Gael y Fianna Fail, el número era de 10.148. La cifra de indigentes ha aumentado durante esta legislatura casi un 50%, y revela así las carencias de un país que vive un cierto espejismo de riqueza.

A última hora de la jornada electoral, una larga fila con decenas de personas esperaba su ración de comida en un puesto desplegado en el centro de Dublín por una organización caritativa. A su alrededor, los peatones inundaban una calle repleta de ofertas por el Black Friday.

Tanto el Fine Gael como el Fianna Fail se han dedicado a prometer rebajas fiscales y subvenciones generosas a los ciudadanos, además de anunciar grandes planes para resolver finalmente el problema de la vivienda.

Sus principales críticos no han dejado de recordarles la guerra comercial que se avecina con la llegada de nuevo de Donald Trump a la Casa Blanca, que puede acabar provocando baches económicos al nuevo Gobierno, que seguirá dependiendo en exceso de los regalos fiscales de unas empresas cuyo regreso a casa desea el presidente electo de Estados Unidos.



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