Vallecas volvió a trabar al Real Madrid, que solo ha ganado en una de sus últimas cinco visitas al barrio. El equipo de Ancelotti levantó el 2-0 con el que le sorprendió un Rayo eléctrico, y gracias a una estupenda función de Rodrygo llegó incluso a ponerse por delante, pero el pelotón de Íñigo Pérez, generoso al límite, volvió a levantarse y cortó el paso al Madrid, que olisqueaba ya una noche como líder de la Liga. Reaccionó con solvencia pero la puntera de Isi, incombustible, le redujo al empate a cuatro días de medirse en Doha al Pachuca por la Copa Intercontinental.
3
Augusto Batalla, Pep Chavarría, Abdul Mumin, Andrei Ratiu, Florian Lejeune, Unai López (Pedro Díaz, min. 65), Jorge de Frutos (Iván Balliu, min. 65), Adri Embarba (Álvaro García, min. 53), Pathé Ciss (Óscar Valentín, min. 59), Randy Nteka (Sergio Camello, min. 59) y Isi Palazón
3
Thibaut Courtois, Fran García, Antonio Rüdiger, Lucas Vázquez (Endrick, min. 78), Aurélien Tchouaméni, Jude Bellingham, Luka Modric (Eduardo Camavinga, min. 71), Arda Güler (Dani Ceballos, min. 78), Brahim Díaz (Vinícius Júnior, min. 62), Federico Valverde y Rodrygo
Goles
1-0 min. 3: Unai López. 2-0 min. 35: Abdul Mumin. 2-1 min. 38: Federico Valverde. 2-2 min. 44: Jude Bellingham. 2-3 min. 55: Rodrygo. 3-3 min. 63: Isi
Arbitro Juan Martínez Munuera
Tarjetas amarillas
Augusto Batalla (min. 26), Nteka (min. 33), Isi (min. 43), Modric (min. 61), Vinicius Junior (min. 73), Sergio Camello (min. 91)
Vallecas es territorio minado para el Madrid, e Íñigo Pérez ordenó reactivar las cargas. El Rayo sembró de trampas la reducida pradera y desesperaba al Real calambrazo a calambrazo. Recibían la pelota para tratar de fugarse y se encontraban con las descargas del pelotón de vanguardia: cada toque, un picotazo. Cuando tenía el balón, el Rayo vivía impulsado por la misma electricidad, siempre hacia delante. Sobre todo por la derecha, que atacaba De Frutos.
El canterano le tiró un par de engaños a su excompañero Fran García y sacó un centro al segundo palo, donde se presentó Unai López en una zona despejada del área, a la espalda de Lucas Vázquez, distraído por el señuelo de otro atacante. El Rayo se lanzaba al área de Courtois como un enjambre, con la misma densidad con la que defendía. Unai López conectó un cabezazo cruzado a la base del otro poste que hizo que la estirada del belga resultara insuficiente.
El Madrid no había despejado aún las rutas de salida cuando ya había encajado el primer golpe, mientras Íñigo Pérez arengaba a su gente para que siguiera apretando. Buscaba la agitación permanente, la asfixia, y una pelota que volara veloz. El Real, apurado, trataba de bajar las pulsaciones con la pausa del toque, pero al Rayo le aguantaba la cuerda que alimentaba el asalto inicial.
Rodrygo, por una noche al mando del ataque, con Mbappé lesionado y Vinicius en el banquillo, asomó con una internada por la derecha que salvó Batalla estirando la pierna para un despeje con los tacos. Pero el Rayo insistía y volvió a encontrar la red con un patrón similar. Isi acertó a la cabeza de Mumin desde el córner derecho y Courtois tampoco alcanzó este cabezazo.
El Rayo insistía, pero el toque de Modric iba erosionando la muralla. La pelota daba aire al Madrid. Aunque el nudo empezó a deshacerlo Valverde sin pisar siquiera las zonas calientes. Fue una maniobra de francotirador desde una azotea. Armó el gatillo sin aviso y el proyectil atravesó la línea fuera del alcance de Batalla.
El gol alimentó el paso adelante del Madrid, que empezaba a aplacar a un Rayo que parecía empezar a declinar. Rodrygo dirigía el avance desde la izquierda, escurridizo en las conducciones. Hasta que también desde ese costado avistó a Bellingham en el área y le puso el balón en la cabeza. El inglés marcó, y era el sexto partido seguido en el que lo lograba, una serie que remite a su llegada al equipo el curso pasado, después de haber empezado este sin sumar en las 11 primeras jornadas.
El control creciente de Modric, Valverde y Bellingham y el despliegue de Rodrygo siguieron empujando al Rayo, que iba perdiendo voltaje. El brasileño resultaba cada vez más indescifrable a medida que acumulaba confianza con el balón. Hasta que bailó cerca de la frontal y descargó un zurdazo que rozó la tibia de Andrei. El desvío le sirvió para salvar a Batalla y completar la remontada de los dos cabezazos del Rayo.
Íñigo Pérez maniobró enseguida para meter más carbón a la caldera y tratar de recobrar el impulso inicial que tanto había complicado al Madrid. Introdujo a Camello y Óscar Valentín, y Ancelotti respondió con Vinicius. Los movimientos reactivaron al Rayo, que recobró pulso para volver a empujar. Creyó sobre todo Lejeune. El central pegó una falta desde donde lo habría hecho el exuberante Bebé, un tipo ajeno a las distancias. El Rayo rescató el despeje de Courtois y devolvió el balón a Lejeune, que descargó otro latigazo al área, por donde cruzaba Isi, que alargó la pierna izquierda y marcó con una caricia de la puntera.
El partido repuntó, con un duelo salvaje por cada baldosín de césped y los gemelos acalambrándose en cualquier esquina. Hasta Valverde, tan inacabable, pareció acercarse al borde de la reserva del depósito en el tramo final que afrontó como lateral derecho, cuando Ancelotti removió la formación para dar entrada a Endrick y Ceballos. Vinicius estuvo cerca de marcar con un zurdazo que espantó Batalla y también estuvo a punto de asistir a Rüdiger en el área. Pero ni eso derretía al Rayo, que dispuso de una última ocasión en otro lanzamiento de falta de Lejeune que complicó a Courtois. Ahí murió la noche, un cruce de golpes hasta el final, una frustración para el Madrid.