“El PP se ha mantenido abierto a negociar con todos los grupos políticos, dejando a un lado cualquier juicio ideológico, porque Sevilla no necesita debates partidistas y sí acometer proyectos pendientes”. Con esta frase presentaba el alcalde de la capital andaluza, José Luis Sanz, el pasado 10 de enero, el acuerdo de los presupuestos municipales para 2025 que acababa de suscribir con Vox. Unas cuentas que ascienden a 1.058 millones de euros, pero que, lejos de estar desligadas de ideología, incorporan de lleno el credo sociopolítico de la extrema derecha, reduciendo las partidas destinadas a igualdad, violencia machista o atención a los migrantes a costa de suscribir convenios con una asociación antiabortista y entidades religiosas para fomentar la natalidad. Este pacto con la formación de Santiago Abascal, que ha contado con el visto bueno del presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno, otorga al alcalde popular —que gobierna en minoría— una estabilidad política que le fue esquiva durante el año anterior, en la que para aprobar los presupuestos en el mes de agosto tuvo que someterse a una cuestión de confianza vinculada a las cuentas públicas.
“Ya tiene lo que quería, el acuerdo con la extrema derecha, que tanto ha perseguido”, le ha señalado al regidor popular el portavoz socialista y su predecesor en el cargo, Antonio Muñoz, quien ha recordado a Sanz que siempre se refirió a Vox como su “socio preferente”. El dirigente municipal del PSOE le ha recriminado haberse convertido en “una pieza clave” para “el aterrizaje de las políticas de extrema derecha en la ciudad”. ”Sevilla tendrá las políticas más reaccionarias de España y ese será su legado”, le ha advertido.
El alcalde popular, sin embargo, ha negado la mayor. “En esta corporación municipal no veo ultraderecha ninguna”, ha asegurado, para escudarse en el bloqueo del resto de las fuerzas políticas de la corporación, como ya hizo el año pasado cuando primero tuvo que prorrogar los presupuestos y después, a mediados de 2024, forzó la cuestión de confianza para disponer de nuevas cuentas. “Quiero agradecerle personalmente a Vox su esfuerzo para anteponer los intereses de los sevillanos a sus intereses políticos”, ha enfatizado Sanz.
“Hoy comienza un nuevo tiempo en este Ayuntamiento”, ha sostenido, por su parte, la portavoz municipal de Vox, Cristina Peláez. “Los presupuestos son una herramienta para ayudar a las condiciones de vida de la gente y eso es incompatible con los gastos de carácter ideológico, no es coherente darle dinero a los sindicatos para programas que no sirven para nada, no es coherente dilapidar dinero en propaganda feminista y luchar con la violencia de género, fomentar la inmigración ilegal y a la vez querer mantener la seguridad en nuestras calles, no es coherente mandar dinero al exterior para proyectos que no valen para nada y son imposibles de justificar y ayudar a nuestros vecinos de aquí de Sevilla que llevan toda la vida trabajando por nuestra ciudad”. Así ha resumido la dirigente de la formación ultra el eje de sus enmiendas que el PP ha asumido para sacar adelante los presupuestos de la cuarta ciudad de España.
Fomento de la natalidad
Entre ellas destacan la firma de un convenio con la asociación antiabortista Provida de Sevilla para ayudar a mujeres embarazadas con una dotación de 15.000 euros que se detraerán de los fondos anteriormente asignados a UGT dentro del plan municipal de Igualdad de Oportunidades. En esa misma línea de negar presencia a las organizaciones sindicales —otro de los ejes del argumentario político de la formación de Abascal—, se detraen otros 15.000 euros de ese mismo plan asignados a CC OO, para ampliar la dotación del convenio suscrito con Villa Teresita, una entidad religiosa. De ese mismo plan también van a salir más de 30.000 euros para la rehabilitación de solares para mercadillos municipales.
Las partidas de Igualdad no son las únicas que sufren una merma. Del programa de Unidad contra la Violencia de Género también se van a detraer 17.000 euros que se destinarán a financiar otra congregación religiosa, la de las hermanas Oblatas. “Menos igualdad de género y más ayudar a las mujeres abandonadas y víctimas de la prostitución”, ha enfatizado Peláez.
La población migrante y las personas en riesgo de exclusión es otro colectivo que también ha estado en el punto de mira de Vox. Así, el Programa de Intervención para la población migrante y minorías étnicas se verá reducido en 50.000 euros que se invertirán en la creación de una oficina municipal de ayuda a la mujer embarazada y casi 100.000 euros irán a un programa de intervención para mujeres embarazadas de la comunidad gitana del Polígono Sur (el más pobre de España). “Hemos eliminado las partidas destinadas a la inmigración ilegal”, ha defendido la portavoz de Vox. Una cantidad similar irá a un programa para fomentar el retorno de sevillanos menores de 35 años que están trabajando fuera de España, y de los fondos para la Cooperación al Desarrollo se detraerán otros 100.000 euros para un programa de ayudas directas para fomentar la natalidad.
“Tubo de ensayo de la ultraderecha”
La oposición de izquierdas, que ha votado en contra de las cuentas, ha sido muy dura con su contenido y ha incidido en las consecuencias que pueden tener para el desarrollo y la convivencia en la ciudad. “Fomentan el odio, la privatización y la mercantilización, son un tubo de ensayo de la ultraderecha y nada bueno puede salir de allí”, ha advertido la portavoz adjunta del PSOE, Sonia Gaya, que ha intervenido antes que Muñoz. “No solo incluyen los postulados de la extrema derecha, sino que empeoran unos presupuestos que ya de por sí son ficticios y que abandonan la senda de progreso para crecer de manera más justa y solidaria”, ha añadido.
En la misma línea, Ismael Sánchez, portavoz de Podemos-IU, ha acusado al alcalde de ofrecer “un cheque en blanco a la ideología de Vox”. “Han cargado de ocio, machismo y racismo esos presupuestos que no solo son insuficientes y regresivos, sino que traicionan principios básicos de la ciudad de Sevilla”, ha indicado. Las críticas de la oposición de izquierdas en el pleno han tenido su réplica en la calle, donde a las puertas del consistorio se han concentrado agrupaciones y asociaciones sociales, sindicatos y el coordinador general de IU, Antonio Maíllo, que ha criticado “el contubernio” entre el presidente de la Junta y el alcalde hispalense con Vox para aplicar en la capital andaluza “la agenda de extrema derecha”.
Sevilla la única capital de Andalucía —tras la reciente pérdida del poder municipal en Jaén— donde el PP no gobierna en mayoría. Sus 14 concejales [el pleno es de 31] obligaban a Sanz a contar con apoyos para sacar adelante las cuestiones esenciales de la ciudad. Aunque desde el primer momento, la dirección popular asumió que contarían con el apoyo de Vox, la condición de entrar en el Gobierno municipal que impuso ese partido a cambio impidió que el regidor tuviera un primer inicio de mandato tranquilo, hasta el punto de que la mayoría de las iniciativas y modificaciones presupuestarias salieron adelante con el apoyo del PSOE, tal y como ha recordado Muñoz. Fue el propio Moreno el que frustró la posibilidad de esa coalición a mediados del año pasado, para evitar que minara su imagen de moderación en vísperas de las elecciones generales. Sin embargo, en esta ocasión, el propio Sanz ha asegurado que el presidente de la Junta y líder de su partido ha estado informado “al minuto” de las negociaciones con Vox para sacar adelante sus cuentas y garantizarse la tan ansiada estabilidad.