España recogió en 2023 para su reciclaje solamente un 41,3% de las botellas de plástico de bebidas puestas en el mercado, según un informe que acaba de publicar el Ministerio para la Transición Ecológica. Este dato, muy esperado, tiene una gran trascendencia por varios motivos. El primero es que certifica de forma oficial que el país incumple con el objetivo del 70% de recogida de este tipo de envases que estaba fijado para ese año, lo que deja a su vez en evidencia el actual modelo de gestión de este tipo de residuos y las cifras que se han dado hasta ahora. Pero, además, tiene de forma automática una consecuencia fundamental. Como reconoce el propio Ministerio en la conclusión de este informe, “en consecuencia se deberá implantar, en todo el territorio nacional y en el plazo de dos años, un sistema de depósito, devolución y retorno (SDDR)”.
Este sistema SDDR, que ya funciona en muchos países europeos desde hace años, se basa en que el consumidor deja en depósito unos céntimos cuando compra, por ejemplo, una botella de refresco y ese dinero lo recupera cuando devuelve al comercio el envase vacío, como ocurría antiguamente. Y la obligación de implantarlo ahora sale de la Ley 7/2022 de Residuos y Suelos Contaminados para una Economía Circular, que establecía que si España no llega al objetivo europeo de recogida del 70% de las botellas de plástico de bebidas para su reciclaje en 2023 debería implantar el sistema SDDR.
Hoy en día, las botellas de plástico de un solo uso, al igual que otros envases, son gestionados en España a través del contenedor amarillo, del que se encarga Ecoembes. Según los datos de esta empresa, en 2023 se recuperaron selectivamente el 73,4% de las botellas de plástico de bebida, un porcentaje muy distinto al estimado ahora por el Ministerio para la Transición Ecológica. Tras conocerse el nuevo informe y la obligación de poner en marcha un sistema alternativo SDDR, Ecoembes ha defendido sus números y ha asegurado que “las tasas resultantes no coinciden porque el organismo público apenas incorpora en su cálculo las cantidades recogidas en zonas de alta afluencia (también llamadas “fuera del hogar”) y que representan más del 40% del total de las botellas recogidas selectivamente en 2022 y 2023. Desde hace 25 años Ecoembes siempre ha tenido en cuenta la recogida selectiva de envases en estos espacios privados para computar y reportar los datos operativos de su actividad a las autoridades públicas, contando siempre con su validación y sirviendo para su posterior reporte a instancias superiores (Eurostat)”.
Por su parte, el informe de Transición Ecológica especifica que los cálculos han sido realizados de acuerdo a la metodología establecida en la Decisión de Ejecución (UE) 2021/1752, considerando que el año pasado se pusieron en el mercado 214.039 botellas de plástico de bebidas y se recogieron para su reciclaje 74.482 toneladas por parte de las entidades locales con el contenedor amarillo y otras 14.017 toneladas a través de la recogida separada que no es el contenedor amarillo (las correspondientes a “fuera del hogar”), lo que da como resultado el 41,3%.
“Interpretamos esta discrepancia técnica como la evidencia de una necesidad urgente: la de aclarar y consolidar de manera oficial y definitiva por parte de las autoridades públicas competentes una metodología de medición que permita conocer de una vez por todas, con transparencia informativa y rigor técnico, la única manera posible de calcular a partir de ahora la tasa de recogida de botellas”, asegura la empresa responsable del contenedor amarillo, “algo que no ha ocurrido en esta ocasión a pesar de las numerosas reclamaciones elevadas por Ecoembes durante los últimos meses y que finalmente han terminado derivado en esta discrepancia técnica”.
Por su parte, la organización ecologista Greenpeace ha celebrado como un gran triunfo el dato calculado por el Ministerio para la Transición Ecológica, pues da la razón a los ecologistas cuando criticaban las cifras que se estaban dando sobre las tasas de reciclaje actuales. “¡Lo conseguimos! Hoy es un día de celebración para Greenpeace después de una larga y ardua batalla”, ha incidido la organización ecologista. “Como hemos denunciado reiteradamente, Ecoembes lleva años mintiendo sobre la gestión que realizan, generando unos daños ambientales irreversibles. Poder ‘devolver el casco’ otra vez es, sin duda, una buena noticia para nuestro maltrecho medioambiente”, ha comentado el responsable de la campaña de plástico de Greenpeace, Julio Barea.
Según los ecologistas, la implantación del sistema de SDDR solo aplica a las bebidas, pero aseguran que “todos los días se venden en España 51 millones de envases de bebidas (botellas, latas y briks), de los que solo se recuperan, para poder ser reciclados, 20 millones. El resto termina contaminando el medio ambiente, arrojados a vertederos, quemados o directamente en campos, ríos, playas y mares. Con un sistema de depósito, devolución y retorno (SDDR) se podrían recuperar más del 90% de estos residuos, frente a menos del 40 % actual”.