El Liverpool deslució su condición de aspirante al título de Premier este domingo ante el United, en un partido revelador de las fallas que amenazan con derrumbar su liderato provisional. El 2-2 en Anfield fue reflejo fiel de un partido mal llevado y peor preparado, pues el equipo proyectó el viejo clásico del fútbol inglés más atento a Mo Salah que al United. El máximo goleador del torneo —sumaba 17 goles y 13 asistencias antes de la última jornada— hizo todo lo que no se espera de un líder: reclamar protagonismo para sí y distraer la atención lejos de la empresa colectiva, nada menos que para lamentarse en público de que no le mejoran el contrato en las condiciones que exige.
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Alisson Becker, Virgil van Dijk, Andy Robertson, Trent Alexander-Arnold (Conor Bradley, min. 85), Ibrahima Konaté, Alexis Mac Allister, Cody Gakpo (Harvey Elliott, min. 85), Ryan Gravenberch, Mohamed Salah, Curtis Jones (Diogo Jota, min. 60) y Luis Díaz (Darwin Núñez, min. 59)
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André Onana, Harry Maguire, Matthijs de Ligt (Leny Yoro, min. 82), Lisandro Martínez, Kobbie Mainoo (Alejandro Garnacho, min. 71), Diogo Dalot, Noussair Mazraoui, Manuel Ugarte, Amad Diallo, Rasmus Højlund (Joshua Zirkzee, min. 86) y Bruno Fernandes
Goles
0-1 min. 51: Lisandro Martínez. 1-1 min. 58: Gakpo. 2-1 min. 69: Salah. 2-2 min. 79: Amad Diallo Traore
Arbitro Michael Oliver
Tarjetas amarillas
Diogo Dalot (min. 22), Amad Diallo Traore (min. 53), Matthijs de Ligt (min. 63), Harry Maguire (min. 72), Darwin Núñez (min. 76), Trent Alexander-Arnold (min. 82)
“Son mis últimos seis meses aquí”, dijo Salah, que sabe del interés del PSG por hacerse con el jugador musulmán más popular del mundo. “Estamos lejos de progresar”. La entrevista, concedida a Sky el viernes, revolvió al vestuario y a los propietarios. Desde hace seis años todos en el Liverpool saben que Salah es el futbolista mejor pagado de la plantilla pero los dirigentes no se atreven a darle lo que pide. Y pide más, según fuentes próximas al club: 18 millones de euros netos por temporada hasta junio de 2028, cuando cumplirá 36 años. “Creen que si le firman esa cantidad bajará su nivel”, advierten fuentes próximas a la sociedad de la ribera del Mersey, cautos ante el carácter de un jugador vedette que, tras dos temporadas oficiando de palomero, ha vuelto a correr como en sus años mozos coincidiendo con las negociaciones. El examen del United fue un listón demasiado alto, dadas las circunstancias.
Las distracciones del Liverpool se reflejaron en el campo de juego tanto como las dificultades que apuntan desde la secretaría técnica desde hace meses, y que ponen en tela de juicio la evolución del ataque a manos de Arne Slot, el sucesor de Jürgen Klopp. Demasiados centros, demasiado fútbol frontal donde se precisa sutileza, demasiados balones largos a Salah para resolver problemas que requieren ideas más complejas, sobre todo ante un rival como el United de Amorim. Un bloque bajo de tomo y lomo con Maguire en la trinchera y la lección bien aprendida para despejar centros y bajar el ritmo.
Sin darse cuenta, el Liverpool —igual que el City hace dos semanas— cayó en la trampa del juego somnífero. Lo sufrió al regresar del vestuario tras el descanso. Van Dijk y sus compañeros movieron la pelota con calma, como si pasándosela bastara para controlar la situación. Con el 0-0 en el marcador, los visitantes hicieron lo mismo. Maguire se la daba a Ugarte, Ugarte se la devolvía, Maguire se la pasaba a De Ligt, y De Ligt se la devolvía sin que nadie los presionara, porque Gravenberch, el mediocentro encargado de conducir al Liverpool, no está lo suficientemente maduro para saber cuándo acelerar y cuándo poner un freno. Así, hasta que Lisandro cambió el registro y buscó a Bruno Fernandes con un lanzamiento de 50 metros. El balón se dividió, el Liverpool lo recuperó con fatiga, pues mentalmente se había acomodado, y Alexander Arnold repitió la jugada de rigor. Pase largo a Salah, que esperó a pie parado. Inmóvil como un monumento. Mal dispuesto para proteger el envío. Presa fácil para Lisandro que se le anticipó y lanzó una contra fulgurante que él mismo remató.
El 0-1 de Lisandro le cambió el paso al Liverpool, que ya fue a remolque. Gakpo y Salah (de penalti) se adelantaron pero Amad Diallo gritó el gol más feliz, el 2-2. Al United, 13º en la clasificación, le servirá de poco. Al Liverpool, que sigue líder con 46 puntos, seis más que el Arsenal y un partido menos, podría servirle de lección. Pero no será fácil. La Premier sigue muy abierta.