En Yeda, los protagonistas horas antes de la semifinal de la Supercopa de España entre el Barcelona y el Athletic (Movistar +, a las 20.00) son Dani Olmo y Pau Víctor. No por una razón positiva: ambos integran la expedición azulgrana pese a no tener ficha y quedar a la espera de una cautelar y una resolución del Consejo Superior de Deportes (CSD), que recibió este martes por la mañana un recurso de 52 páginas acompañado de 60 documentos que remitía el club azulgrana. Una “complicada” y “delicada” situación, confesó Raphinha, de la que no escapa el equipo. “No contar con un jugador así es difícil. Los echamos de menos, pero tenemos que seguir. Va a afectar, pero esto también nos da la oportunidad de estar más unidos”, expresó Hansi Flick en la previa al encuentro y sin saber si la resolución llegará este miércoles. “Lo único que podemos hacer es esperar”, añadió.
En medio del ruido, el de Terrassa no se queja. Al menos, no públicamente. Tampoco considera, de momento, ofertas de otros clubes. “Hablará cuando tenga que hablar. Si es que lo hace”, sostienen los que le conocen. Sí hablan sus compañeros. “Si estuviera en otro club y viera su situación pensaría si es lo mejor estar aquí”, aseguró contundente Raphinha en rueda de prensa. “Para Dani y Pau es bastante difícil lidiar con esta situación. Estamos intentando que no lo sea, y esperamos que los responsables puedan solucionar esto rápido. Nos dan mensajes positivos. Intentamos estar tranquilos y hacer nuestro trabajo”, añadió. También habló hace unos días Ronald Araujo que, en un ataque de capitán, salió a defender a Olmo y Pau Víctor tras la goleada frente al Barbastro. “Esperemos que el club pueda solucionarlo. Es un tema de mal gusto por nuestros compañeros”, subrayó el uruguayo, altavoz de un vestuario que cada día mira con más recelo a la directiva de Joan Laporta. “Dani llegó como el fichaje estrella y le hacen esto. Es una falta de respeto”, protesta un miembro de la plantilla azulgrana.
En privado, el centrocampista sí pidió explicaciones. Lo hizo cuando el club no entregó a tiempo toda la documentación requerida por LaLiga el pasado día 31; pero también cuando observaba que Laporta y compañía dilataban la regularización del fair play financiero del Barcelona ante la patronal. En diciembre, en las primeras reuniones que Dani Olmo tuvo con los directivos del club para hablar de su inscripción, la respuesta era similar: “Quédate tranquilo, lo solucionaremos”. Ahora el Barcelona no cambia su defensa frente al futbolista: “Lo vamos a arreglar”. Mientras que en un principio la directiva del Barcelona confiaba en la buena predisposición de LaLiga —había sido tolerante con la entidad azulgrana en el pasado—, ahora el club se aferra a la Federación. Según informó RAC1, desde la Rozas se preparó un informe para enviar al CSD favorable a la petición del Barcelona. ¿La defensa? Los artículos 130.2 y 141.5 que niegan la posibilidad a un jugador de ser inscrito en un mismo club dos veces en una temporada no sería de aplicación a los casos de Olmo y Víctor.
En la Federación lo niegan. Sin embargo, según información de EL PAÍS, desde Las Rozas confían en que Olmo continúe en el Barcelona. “Es un jugador importante para la selección. Ahí estarán los juristas para hacer sus interpretaciones”, explicaba una fuente de la RFEF. Pero ni la buena predisposición de LaLiga en el pasado, ni la de la Federación en el presente, logran, por ahora, resolver el esperpento del Barcelona con la inscripción de Olmo. El jugador sigue callado, también confiado. Y no se queja. Mientras, todos continúan esperando. Pero el calendario no se para, y tampoco espera.
En mitad del caos institucional aguarda una semifinal. “Ahora tenemos la oportunidad a media temporada de pelear por un título, y nos puede dar mucha confianza para lo que viene”, aseguró Raphinha. “Jugar contra el Athletic siempre es difícil. Como equipo es muy bueno, tiene muy buenos jugadores y filosofía. Da gusto verlos jugar”, añadió Flick. Ernesto Valverde, que dirigió su último partido al Barcelona en el mismo escenario donde ahora jugará contra él, apuntó a su ilusión por la Supercopa y al “fortísimo” ritmo del Barcelona al inicio de temporada, pero también recordó los resultados “no tan buenos” del tramo final. No quiere decir eso que se confíe, y alude a las buenas sensaciones con las que llega su equipo. “Debemos tener ese punto de desparpajo para pensar que podemos jugar con cualquiera, pero también ese punto de humildad para saber que tenemos que estar fuertes”. Y concluyó: “Cada vez que superas una prueba difícil te refuerzas en lo que haces”. Cuando suene el silbato el ruido ajeno a lo que suceda en el campo callará. Al menos durante unas horas.