Un gol de laboratorio de Julián Alvarez le dio al Atlético el simbólico campeonato de invierno y un récord histórico de 14 victorias consecutivas ante un buen Osasuna que nunca le perdió la cara al partido. Sucumbió el equipo de Vicente Moreno, pero hizo trabajarse el triunfo al Atlético. Fue de más a menos el equipo de Simeone en los dos tiempos, pero logró su objetivo de coronarse como el mejor equipo de esta primera vuelta, adornado con ese hito de catorce victorias entre todas las competiciones. Los 44 puntos acumulados le habilitan para pelear una Liga que puede exigir al campeón rondar los 90 puntos. Un impensable cuando hace un par de meses el Barcelona había puesto diez puntos de por medio. En el ecuador de la competición, el Atlético se reafirma como aspirante incuestionable al título tras una reacción en la que tiró primero de la solidez defensiva para rehabilitarse hasta terminar soltándose. Quizá este encuentro haya sido el más flojo de los últimos que han protagonizado los rojiblancos.
1
Jan Oblak, Clément Lenglet, Javi Galán, Nahuel Molina, Robin Le Normand, Rodrigo De Paul, Pablo Barrios, Conor Gallagher (Samuel Lino, min. 45), Giuliano Simeone (Marcos Llorente, min. 72), Antoine Griezmann y Julián Alvarez (Ángel Correa, min. 77)
0
Sergio Herrera, Jorge Herrando, Rubén Peña (Jon Moncayola, min. 62), Enzo Boyomo (Aimar Oroz, min. 62), Alejandro Catena, Abel Bretones, Lucas Torró (Jesús Areso, min. 62), Pablo Ibáñez, Moi Gómez, Raúl García (Ante Budimir, min. 77) y Rubén García (José Arnáiz, min. 84)
Goles
1-0 min. 54: Julián Álvarez
Arbitro Isidro Díaz de Mera Escuderos
Tarjetas amarillas
Giuliano Simeone (min. 33), Samuel Lino (min. 52), Moreno (min. 87), Simeone (min. 91)
Tuvo que medirse de inicio el Atlético a un Osasuna a priori rebajado en su once con las suplencias de futbolistas como Aimar Oroz, Juan Cruz o Budimir. Pareció responder a un plan de Vicente Moreno de jugar un partido largo para rematarlo con sus mejores jugadores. Una idea para igualar esas segundas partes en las que el Atlético se ha impuesto gracias a su fondo de armario. Pero ese Osasuna de perfil bajo no fue una mera comparsa. Quiso ser un equipo corto, parapetado en una defensa de tres centrales y también ambicioso para ir a presionar la salida del Atlético en ocasiones puntuales. El conjunto de Simeone lidió bien con ese punzante rival en los primeros minutos. A los siete ejecutó una jugada de mucho toque, con el balón viajando de izquierda a derecha hasta encontrar a Molina. La rosca de este la embocó Griezmann con el hombro y el tanto fue anulado previa revisión del VAR. No pudo abrir el partido el Atlético con premura, pero siguió mandón. Un robo de Giuliano en campo propio lo convirtió Griezmann en una pared que lanzó al argentino a la carrera y a todo campo. La poderosa punta de velocidad de Giuliano le permitió pisar el área y asistir a Julián Alvarez. Este, libre de marca, remató picudo a las manos de Herrera. El propio goleador argentino tampoco acertó a esquinar con potencia un remate franco de cabeza.
Sin finura en el remate, el partido fue virando hacia lo que pretendía Osasuna. En la medida en la que el tiempo pasaba el equipo de Vicente Moreno se sentía más cómodo. Bien atornillado con Torró e Ibañéz en el medio, con la movilidad de Moi Gómez y la zancada de Bretones intentando amenazar a Oblak. Este hizo una salida en falso en un balón aéreo que peinó Catena. De haber ido a puerta hubiera sido gol. Se diluyó el Atlético y se empastó en la banda derecha, donde se amontonaban con demasiada asiduidad Molina, Giuliano, Griezmann y De Paul. Del flanco izquierdo no había señales. Ni de Galán, ni de Gallagher. El inglés no acaba de coger el sitio en esa zona del campo. Tiene demasiados momentos de intrascendencia porque no tiene desborde y pegado a la cal le cuesta perfilarse para combinar. El internacional inglés es un futbolista para llegar y su equipo estuvo demasiado empeñado en el primer tiempo en jugar por la derecha.
Lino por Gallagher fue el cambio con el que Simeone pretendió darle vuelo a su equipo por ese costado tras el descanso. La salida del Atlético fue autoritaria, con Lino percutiendo y Giuliano caldeando el ambiente con sus carreras al espacio. No tardaron los rojiblancos en rentabilizar su carga. Fue en una falta lateral que Griezmann enguantó al segundo palo. Allí Lenglet, con un salto poderoso, hizo una dejada de cabeza que Julián Álvarez remachó a puerta vacía.
No se deprimió Osasuna, que siguió en el partido y se hizo con él en el tramo final. Se percató de que su rival empezaba a recular, presa de un resultado corto que no lograba aumentar a la contra. No tuvo ocasiones muy claras el conjunto navarro, pero merodeó algunas veces el área de Oblak con cierto peligro. Quiso oxigenar Simeone a Julián Alvarez y darle otro airea al ataque con Correa sin mucho éxito. Sorprendió que el Cholo no tratara de dormir el partido con Koke o de terminarlo de cerrar con Sorloth. Terminó por ganarlo y Simeone lo celebró a brincos. Con récord de victorias y como campeón de invierno.