Las primeras horas tras el alto el fuego entre Israel y la milicia libanesa Hezbolá se están viviendo en la frontera entre ambos países con relativa calma y sin graves incidentes. Tras 11 meses de guerra, miles de civiles libaneses emprendían esta mañana el regreso hacia sus hogares después de que la tregua se iniciara oficialmente a las cuatro de la madrugada, una hora menos en la España peninsular. El ejército israelí, que ha penetrado seis kilómetros en Líbano desde que comenzó la invasión del país el 1 de octubre, tiene previsto retirarse de manera progresiva durante los próximos 60 días. Mientras tanto, el ejército libanés prepara el despliegue de 10.000 efectivos en la zona de la contienda, tal como contempla el acuerdo. En las carreteras libanesas podían verse cientos de coches abarrotados de familias, colchones y otros enseres, en dirección al sur, limítrofe con Israel. Las autoridades de ambos países han insistido en que aún no es seguro volver a las zonas que han servido hasta ahora de campo de batalla.
El acuerdo de alto el fuego, apoyado por los Gobiernos de Estados Unidos y Francia, tiene cabos sueltos de gran calado, como el hecho de que se permite a Israel que vuelva a bombardear Líbano no solo para responder a posibles ataques, sino cuando considere que Hezbolá incumple el acuerdo. A pesar de todo, las muestras de alivio y regocijo ante la tregua han sido casi unánimes.
En la carretera hacia el sur y hacia Dahiye, el suburbio de Beirut, se veía esta mañana a ciudadanos en motos con banderas de Hezbolá haciendo signos de victoria y con colchones y bolsas grandes colocados encima de los vehículos. En este barrio de la capital libanesa, feudo chií duramente castigado por los bombardeos israelíes en los últimos meses, el ambiente era de victoria esta mañana entre la gente que ha permanecido en el lugar y los que iban llegando. Se oían disparos de rifles para celebrar el alto el fuego. En ciudades como Sidón, Tiro, Baalbek o el valle de la Becá, donde no había llegado a desplegarse el ejército israelí, centenares de personas también han emprendido el camino de vuelta a sus hogares.
El presidente del Parlamento libanés, Nabih Berri, —líder del partido chií Amal y principal interlocutor de Hezbolá para el acuerdo anunciado anoche por Estados Unidos— ha hecho un llamamiento a los desplazados para que “regresen con orgullo a su tierra”, mientras que el ejército libanés pide a los ciudadanos que no se apresuren en volver a las aldeas del sur donde se encuentran desplegadas las tropas israelíes. Berri, ha asegurado que con la tregua se cierra el capítulo “más peligroso” para Líbano, que ahora entra en una “nueva fase” de “esperanza y reconstrucción”.
Por su parte, Sami Abu Zuhri, dirigente de Hamás, ha declarado este miércoles que el grupo “aprecia” el derecho de Líbano a alcanzar un acuerdo que proteja a su pueblo y que espera otro acuerdo que ponga fin a la guerra en Gaza. Las autoridades de Qatar, también expresaron su esperanza de que este entendimiento entre las partes lleve a otra tregua similar en Gaza, donde las víctimas mortales superan ya los 44.000, según Hamás.