Como la metáfora líquida y mágica de un mundo inventado, los cauces del río Magdalena y sus poblados, tierra adentro en el Caribe colombiano, estallan ante los ojos del visitante cual trasunto del Macondo de García Márquez en Cien años de soledad. Estos son los escenarios reales del realismo mágico del Nobel de Aracataca —ahora retratados en la serie Cien años de soledad, estreno en Netflix el 11 de diciembre— y estas son sus gentes, atribuladas por los excesos del cambio climático y sus tentáculos: entre ellos, las crueles subidas de las temperaturas y las inundaciones causadas por el desbordamiento de los ríos cuando llega la temporada de lluvias. Las comunidades de pescadores instaladas en uno de los ecosistemas acuáticos más grandes de Latinoamérica exhiben en estas imágenes los rostros de la frustración, aunque también de la energía, de la resiliencia y de la belleza: la población de peces disminuye sin remedio por el aumento de las temperaturas y quienes viven de la pesca tienen que mirar hacia otros lados para subsistir. Por ejemplo, a la caza del caimán e incluso al comercio ilegal de fauna silvestre. La preciosa localidad de Mompox, entre los departamentos de Magdalena y Bolívar, es ese escenario real… donde se incrusta el realismo mágico del irreal Macondo.