En 1963, el viñetista Don Martin, uno de los dibujantes de la revista humorística estadounidense Mad, publicó la tira ‘Día Nacional del Disfraz de Gorila’. En ella, un señor avinagrado se sorprendía al descubrir la existencia de la festividad y, mientras elaboraba una indignada reflexión sobre la ulterior razón de ser del día —a sus ojos, un más que obvio complot de los fabricantes de disfraces de gorilas para vender stock—, le sorprendían en su casa personas vestidas de primates, primates vestidos de personas y, también, primates vestidos de primates. En connivencia o no con los fabricantes, el Día Nacional del Disfraz de Gorila fue casi inmediatamente abrazado por los seguidores de Martin y de la revista Mad para quedar instituido el 31 de enero, fecha en la que se pisa con el Día Internacional del Mago, el Día de Comer Coles de Bruselas, el Día de Abrazar a un Economista o el Día Mundial de la Cebra.
Cada mañana trae consigo una oportunidad nueva para celebrar algo distinto, incluso muchas cosas distintas si sabe uno administrarse el tiempo, aunque la ONU, que es quien reviste de oficialidad estas conmemoraciones, solamente reconoce en su web 200 (la del disfraz de gorila no está entre ellas). Si alguien se sintiera huérfano los días que parecen quedar en blanco, debe, en cualquier caso, recordar que las jornadas no son el formato único: también hay algunas semanas internacionales, y este 2023, sin ir más lejos, fue declarado Año Internacional del Mijo por la Asamblea General, a fin de resaltar sus beneficios nutricionales y “su idoneidad para el cultivo en condiciones climáticas adversas y cambiantes”. Asimismo, en este momento transcurren simultáneamente 14 decenios internacionales; entre ellos, el Decenio del Envejecimiento Saludable (2021-2030) o el Decenio de la Paz Nelson Mandela (2019-2028).
Según explica la ONU en su página, los días internacionales sirven para “poner a disposición del público en general información sobre cuestiones de interés, movilizar la voluntad política y los recursos para abordar los problemas mundiales, y celebrar y reforzar los logros de la humanidad”. Aunque son los Estados miembros de la Asamblea General quienes los proponen y aprueban por consenso, también sus agencias especializadas, como la OMS o la Unesco, pueden declararlos, con la diferencia de que los días elegidos por ellas llevan el apellido “mundial” en lugar de “internacional”.
La atención que genera una sonora celebración la corrobora Cristina Barbero, directora de la agencia de comunicación Ideas Bien Contadas y creadora del no oficial, pero ya oficioso, Día Internacional de la Croqueta: “Trabajaba por aquel entonces [2015] para un restaurante de Madrid especializado en croquetas, que ya cerró. Para visibilizar la marca, pensé en mandar una nota de prensa que festejase un día internacional de la croqueta, pero no existía. Me puse a hacer mis investigaciones y vi que el día en que se inventaron fue el 16 de enero de 1817, cuando, en la corte de Francia, al cocinero Antoine Carême se le ocurrió hacer pequeñas bolitas con bechamel, rebozarlas y servirlas”. Su declaración de la efeméride vía e-mail superó toda expectativa. Los medios la amplificaron con listas, recetas y curiosidades; otros restaurantes se sumaron desde sus redes sociales y el hashtag #DíaInternacionalDeLaCroqueta se convirtió en trending topic en Twitter, como ha seguido sucediendo anualmente desde entonces.
“Existen días internacionales de casi cualquier alimento, pero pasan un poco sin pena ni gloria. Con las croquetas se dio en el clavo”, reflexiona la comunicadora y periodista, que no obtiene rédito económico por su ocurrencia, puesto que, explica, la idea no era patentable. En esa línea de pensamiento, la conclusión nítida es que nadie debería tener difícil encontrar la fórmula para celebrar o reivindicar aquello que le gusta o en lo que cree: sobran los motivos. Los preocupados por los globos chinos tienen el Día Mundial de los Ovnis (2 de julio), los dialogantes tienen el Día Internacional del Parlamentarismo (30 de junio, este sí reconocido por la ONU), y los cinéfilos sofisticados, el Día Internacional del Gif de Nicolas Cage (7 de abril). Ya lo observó Hamlet: “Aunque Hércules haga lo que quiera, el gato maullará y el perro tendrá su día”.
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