Si no lo dijo antes es “porque nadie preguntó”. Nadie preguntó si había mantenido una larga comida con una periodista el fatídico 29 de octubre como presidente del PP valenciano y no como jefe del gobierno de la Generalitat, contestó este viernes Carlos Mazón. Tampoco nadie de su equipo ni él mismo se habían referido jamás a esa condición dual en alusión al polémico ágape hasta que la Generalitat justificó el jueves que no tiene y, por tanto, no entrega la factura del céntrico restaurante El Ventorro de Valencia al grupo parlamentario socialista, que la había solicitado. Es cosa del partido.
Y eso que, tras el impacto inicial de la brutal catástrofe, no se ha dejado de preguntar a Mazón, a la vicepresidenta primera y portavoz, Susana Camarero, y a otros representantes autonómicos por qué el máximo responsable de la Generalitat fue el último en llegar (o conectarse) al centro de Emergencias desde donde se gestionaba la respuesta a la dana que segó la vida de 223 personas. Una pregunta de cajón, lógica, formulada de múltiples maneras y por informadores de medios de comunicación diferentes, cuya respuesta aumentaba de interés conforme la Generalitat mantenía silencio, luego daba evasivas y finalmente ofrecía versiones incompletas, diferentes o con algunas variantes.
El propio Mazón ya se quejó el 3 de diciembre de que empezaba a resultar “un poco cansino” tener que dar más explicaciones sobre sus pasos desde poco antes de las 15.00 hasta las 19.30 de aquel 29 de octubre. Entonces, no hizo entonces ninguna mención a su condición presidente del PP, ni tampoco explicó que había hablado aquella tarde con el presidente de la diputación de Valencia, Vicente Mompó, del PP, a través de la aplicación de WhatsApp.
Esto último lo desveló el 18 de diciembre horas después de que Mompó tuviera que admitir que en sus facturas de su móvil no aparecían reflejadas las llamadas a Mazón, tras comprometerse en el pleno de la institución a enseñarlas. El responsable provincial insistió, no obstante, en que sí habló con él, pero a través del móvil de la consejera de Interior, Salomé Pradas, defenestrada al poco tiempo. Ambas estaban en el centro de Emergencias, nerviosos por la alarmante situación.
El presidente de la Generalitat salió a confirmar que había contactado varias veces con el móvil de Mompó, si bien las llamadas no habían quedado registradas en la factura porque fue por WhatsApp. Fuentes de la Diputación añadieron que Mazón le había pedido a Mompó el teléfono de Ricardo Gabaldón, alcalde de Utiel, del PP, que ya había salido en varios medios. Eran las 17.48. La población ya se había inundado. Ya había desaparecidos. En esa llamada, Mompó le instó en “tomar medidas” con urgencia, según contó el propio presidente de la Diputación a los medios el 22 de noviembre. La alerta a los móviles de la ciudadanía se envió sobre las 20.11.
Mazón ha insistido en todo este tiempo en que siempre estuvo comunicado con su equipo y con diversos alcaldes y que no era necesaria ni obligatoria su presencia en el Cecopi (Centro de Coordinación Operativo Integrado), reunido en el edificio de Emergencias de l’Eliana, en el día que se produjo la mayor tragedia natural del siglo en la Comunidad Valenciana. Pero ha evitado abundar personalmente en dar explicaciones sobre su ausencia. En su comparecencia en las Cortes Valencianas del 15 de noviembre hizo un salto temporal de varias horas en su relato y tan solo aludió a un “almuerzo de trabajo” y al tráfico denso y la lluvia de aquella tarde que demoró su llegada a la población situada a unos 20 kilómetros de Valencia.
Hasta este viernes, Mazón nunca ha hablado demasiado del supuesto contenido de la reunión con Maribel Vilaplana, la periodista con la que comió para ofrecerle la dirección de la televisión valenciana, según la versión dada por fuentes oficiales de la Generalitat cuando EL PAÍS desveló el 8 de noviembre el encuentro en el restaurante. Este viernes, Mazón aportó la novedad justificativa de que el ofrecimiento forma parte del paquete de propuestas y de otros posibles candidatos que, “como todo el mundo sabe, las hacen los grupos políticos y los partidos políticos”.
Compartir un botella de vino
El propietario del establecimiento y la propia informadora confirmaron la comida de aquel día. En la versión dada por una fuente autorizada por Vilaplana se aseguraba que compartieron en el centro de la mesa unos platos y se bebieron una botella de vino, sin tomar copas durante en la sobremesa, unas consumiciones que se podrían recoger en la factura que el PP valenciano entregará al Tribunal de Cuentas, según asegura ahora Mazón. ¿Cuándo? Cuando toque. La periodista manifestó que se separaron sobre las 17.45 y que después desconoce si continuó en el restaurante o se marchó al Palau de la Generalitat, como señalaron fuentes de la Generalitat.
Desde allí, el presidente se desplazó a l’Eliana, cuando la Confederación Hidrográfica del Júcar avisó del riesgo de ruptura de la presa de Forata, según las mismas fuentes. Nunca se ha explicado con quién estaba Mazón cuando realizó la extraña llamada a las 18.28 el día de la dana al alcalde socialista de Cullera, Jordi Mayor, solo para ofrecerle su número y sin transmitirle ninguna alarma por la situación meteorológica, según el edil, a pesar de que la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) había decretado el aviso rojo por lluvias torrenciales todo el día.
“Fue un almuerzo de trabajo y ya está”, afirmó Mazón el 7 de noviembre, aunque no constaba ningún acto en su agenda oficial. Con anterioridad, su entorno en Presidencia había deslizado que se trataba de una reunión de “carácter privado”. Este viernes, Mazón también reivindicó su condición dual en su polémico almuerzo: “No dejo de ser presidente de la Generalitat y no dejo de ser el presidente del PP y por tanto no hay ningún cambio de versión”.